Johnson sobrevive a la moción de confianza pero deja a los conservadores divididos
En la votación, 148 parlamentarios (el 40%) votaron en contra de que siga como líder.
Tocado pero vivo. Boris Johnson ha conseguido salvar la moción de confianza interna a la que le han sometido sus compañeros de partido y se mantiene en el Gobierno pero el resultado deja al Partido Conservador tocado y dividido.
Tras una intensa jornada en Londres, del total de los parlamentarios tories, 211 han votado por la continuidad del primer ministro en Downing Street frente a 148 que le quieren fuera, lo que supone un 40%.
De esta forma, Johnson ha salvado literalmente el pellejo con un pequeño margen hasta los 180 votos que le hubieran sacado del poder directamente. Aún así, su futuro queda en el aire y puede seguir el camino de su predecesora, Theresa May, que dimitió del cargo en 2019 después de superar la moción de confianza con un apoyo mayor al de Johnson.
Sin embargo, parece que las promesas de Johnson han convencido a más de uno. Minutos antes de iniciar la votación, Johnson se ha reunido con sus parlamentarios a puerta cerrada donde les ha pedido su apoyo además de ofrecerse a bajar los impuestos y a seguir un plan de crecimiento si le mantenían en el cargo.
Tras conocer que cuenta con el respaldo del 59% de sus compañeros, el propio Johnson ha dado por “convincente” su victoria y ha apostado por “seguir adelante”. “Lo que debemos hacer ahora es unirnos, como gobierno y como partido”, para “centrarnos en las cosas que creo que realmente le importan a la gente”, ha asegurado a la BBC.
Mientras busca la unidad a lo interno del partido, en la calle continúa su descontento. Y así se lo transmitieron en el último acto público en el que participó. Johnson ha perdido popularidad tras las fiestas investigadas durante el Partygate que, de momento, solo le han supuesto pago de multas. Mientras la gente estaba confinada, sin poder salir de casa y pasando unas Navidades aislados de las familias, en Downing Street había otras normas, tal y como se ha comprobado más tarde gracias a las fotografías filtradas.
Este hecho ha provocado, por ejemplo, que durante la misa en honor a los 70 años de reinado de Isabel II en la catedral de San Pablo, Johnson recibiera una serie de abucheos cuando salía del acto junto a su esposa el pasado viernes.
Estos abucheos demuestran el momento de escasa popularidad que atraviesa ya que el público asistente era principalmente monárquico y conservador. Jonhson apenas cuenta en la calle con una popularidad del 28%, del cual un 68% sostiene que está haciendo mal su trabajo, según el sondeo más reciente de Yougov. Este hecho no ha servido para sacar al primer ministro del poder pero sí ha sido detonante para que su partido midiera el músculo político con el que cuenta.
El ‘Partygate’ deja disculpas pero no dimisiones
En los últimos meses, las fiestas durante el confinamiento han puesto contra las cuerdas al premier británico pero estos escándalos no son suficientes para que deje el cargo.
Durante las sesiones de control y cuando ha sido preguntado por las fotografías y las fiestas en los despachos de Downing Street, en un primer momento lo negó y luego, cuando ya era demasiado evidente, se ha disculpado. Pero la dimisión no ha sido una opción que estuviera sobre la mesa.
La postura del líder de los conservadores siempre ha sido la misma: que estaban dentro de las normas que él mismo establecía y que durante la pandemia han trabajado duro.
De hecho, el Partygate no ha hecho rodar tantas cabezas como en un principio se podría creer. La primera salida fue la de su secretaria de prensa, Allegra Statton, que dimitió el 8 de diciembre de 2021 después de aparecer en un video de los preparativos de una rueda de prensa bromeando sobre la fiesta del 18 de diciembre del año anterior.
Otro momento clave fue el 17 de diciembre cuando renunció Simon Case, secretario del Gabinete y encargado de investigar las fiestas, al conocerse que él mismo pudo participar en una celebración.
¿Qué viene ahora?
Con este resultado, Boris Johnson gana principalmente tiempo. Un período que aprovechará para recuperar la confianza de un partido que está dividido, ya que durante un año no podrán someterle a una nueva moción de confianza.
Ahora queda en manos de Johnson cuánto tiempo puede soportar esta decisión. En el caso de Theresa May, aguantó seis meses tras ganar la moción. Sin embargo, queda ver si en el carácter del premier existe esa opción y ver cuánto daño le hace esta herida tras la rebelión.
Cualquier escenario está ahora abierto, sobre todo teniendo en cuenta que ha recibido un resultado peor que el de su predecesora. En el caso de May, consiguió un apoyo del 63% en 2018. Peor suerte corrieron Margaret Thatcher o John Major que tuvieron que salir del cargo tras la votación.