Boris Johnson pierde los papeles en un discurso y se pone a hablar de Peppa Pig
"Es mi tipo de lugar, me encanta", dice sobre el parque de atracciones de los dibujos, entre citas a Lenin, ironías contra los ecologistas e imitaciones de ruidos de coches.
Boris Johnson la ha vuelto a liar. El primer ministro de Reino Unido estaba dando un discurso este lunes ante la Confederación nacional de Empresarios (CBI) cuando ha perdido los papeles y, tras pedir tres veces perdón y soltar un “maldita sea” bien audible, se ha puesto a hablar de Peppa Pig sin venir a cuento, dejando con cara de alucinados a los reunidos en el puerto de Tyne, en el norte del país. Los medios nacionales llevan, unánimemente, un “bizarre”, o sea, “estrafalaria”, a su titular para calificar la comparecencia.
El político conservador estaba hablando de aumentar los puntos de recarga para coches eléctricos, sobre energías renovables y cómo el al principio no hacía mucho caso de esas recomendaciones ecologistas, había enarcado más de una ceja citando irónicamente a Lenin, comparándose con Moisés y hasta imitando el sonido de un coche -“broom broom brah brah”, traducen la BBC o el Guardian. Y entonces, durante 20 minutos, pierde el hilo de sus papeles y empieza a hablar de lo que se le ocurre. ¿Qué es lo que tiene cerca en la memoria? La visita que ayer hizo al parque temático de Peppa Pig con su hijo pequeño. El único hilo con lo que traía entre manos es que es un unicornio tecnológico, uno de esos hallazgos que logran muy rápido un valor muy alto.
“Ayer fui, como todos debemos hacer, a Peppa Pig World”, dijo Johnson a los ejecutivos de negocios. “Me encanta. Peppa Pig World es mi tipo de lugar: tiene calles muy seguras... y disciplina en las escuelas”, ha dicho, sin saber muy bien por dónde salir. Luego ha cogido carrerilla: ”¿Quién hubiera creído que un cerdo que parece un secador de pelo a lo Picasso, un cerdo que fue rechazado por la BBC, ahora se exportaría a 180 países con parques temáticos tanto en Estados Unidos como en China?”, se ha preguntado.
En el vídeo que recoge sus palabras se oyen murmullos y algunas risas a destiempo. Signo de que su intervención no fue muy bien acogida. De ello dan cuenta los corresponsales del Mirror, que hablaron con varios de los participantes en el acto. Un empresario del nordeste, Richard Swart, director de calidad y ventas globales del fabricante Berger Group y presidente del Foro de Fabricación Avanzada, dijo que el discurso fue “catastrófico”. “Esto está muy por debajo de la media de un primer ministro, especialmente dada la multitud de desafíos que enfrenta este país. Estamos desesperados por el comportamiento de estadista que nos ayude a navegar a través de la covid, el Brexit, la escasez de mano de obra y otros desafíos que enfrentamos”, denuncia.
El Partido Laborista, el principal de la oposición en Reino Unido, simplemente ha tuiteado: “La broma ya no es divertida”.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.