Boris Johnson, elegido nuevo líder conservador y primer ministro del Reino Unido
Polémico, carismático y defensor de un Brexit duro si no hay un acuerdo con Bruselas que le cuadre, hay quien compara sus formas con el norteamericano Trump
Las previsiones se han cumplido: Boris Johnson ha sido elegido por la mayoría de los 160.000 militantes del Partido Conservador británico como el nuevo líder del partido, en sustitución de Theresa May. Este relevo implica que el que fuera ministro de Exteriores y alcalde de Londres también se convierte en primer ministro del Reino Unido, cargo que May ejerce de forma interina desde que dimitió, el pasado 7 de junio.
Johnson ha competido contra el actual responsable de la diplomacia británica, Jeremy Hunt, quien desde el principio tenía pocas posibilidades de vencer al polémico y popular Boris. Según los datos aportados este martes por la formación, Johnson recibió 92.153 votos frente a los 46.656 de Hunt, mientras que la participación electoral se situó en el 87,4 %.
Diez diputados tories se presentaron para la sucesión, pero Johnson y Hunt fueron los dos únicos que quedaron en la etapa final, una vez que los diputados conservadores celebraron una serie de votaciones para ir eliminando aspirantes. Johnson tiene un tirón impresionante y se lleva bien hasta con el hombre con quien todos lo comparan, el presidente de EEUU, Donald Trump, quien ha sido de las primeras autoridades en felicitarle.
Tras ser proclamado líder conservador, en un evento que tuvo lugar en el centro de conferencias Queen Elizabeth II, frente al Parlamento de Westminster (Londres), la ambición rubia, como la prensa llama a Johnson, agradeció el “servicio” dedicado por Theresa May a la agrupación y al Reino Unido. Muy pocas palabras, en realidad, para recordar a su antecesora, con la que chocó frontalmente por el Brexit y de cuyo gabinete acabó dimitiendo para encabezar a los partidarios del divorcio con Europa. No obstante, May también ha sido educada y le ha felicitado en las redes sociales, le ha prometido su “total apoyo” y su ayuda para el relevo.
Boris, con gestos enérgicos y un discurso más bien breve teniendo en cuenta los restos que aborda ahora el país, ha prometido que trabajará por unir a los ciudadanos, para imprimir “energía” al Reino Unido y recuperar el espíritu perdido en el camino de las últimas legislaturas “de que podemos hacer” las cosas, y hacerlas “bien”.
El “extraordinario honor y privilegio” que han puestos sus militantes en sus manos pesa mucho, porque sabe que hay también una buena parte de la población que no lo ha votado ni elegido para mandar su tierra. Pero ante esos se ha hecho fuerte, sabe que hay quien le “cuestiona”, pero su apuesta será “para todos”: “trabajar”.
A ver si ese “todos” incluye al principal partido de la oposición, el Laborista, cuyo líder no ha guardado las apariencias ni unos minutos. Jeremy Corbyn ha recriminado a Johnson haber recibido el respaldo de menos de 100.000 afiliados conservadores “no representativos” y no tener “el apoyo del país” por unos comicios. De ahí que haya llamado al nuevo premier a convocar unas elecciones generales, para que sea la totalidad del país quien elija al nuevo primer ministro.
La agenda
El cambio de primer ministro se producirá formalmente mañana miércoles, cuando May acuda al palacio de Buckingham para presentar formalmente su dimisión a la reina Isabel II -de quien es primo muy lejano, ambos descendientes directos del rey Jorge II- y comunicarle que su partido tiene un nuevo líder.
Después, el nuevo premier acudirá al palacio para celebrar la audiencia de rigor con la jefa de Estado, antes de trasladarse a la residencia de Downing Street para empezar a nombrar a sus ministros.
Algunos miembros del Ejecutivo de May ya adelantaron su intención de no servir bajo el mandato de Johnson, y menos de media hora después de conocerse los datos de la votación ya presentaba su renuncia el ministro de Justicia, David Gauke; poco después, lo hacía el ministro de Desarrollo Internacional y exaspirante a suceder a May, Rory Stewart; se espera que haga lo propio el titular de Economía, Philip Hammond, informa EFE. El secretario de Estado británico para Europa y las Américas, Alan Duncan, dimitió ya ayer. Todos, templados y favorables a un Brexit sensato y no a las bravas.
Durante la campaña interna tory, Johnson ha dejado claro que cumplirá con la fecha del Brexit del 31 de octubre, un proceso que calificó de “a todo o nada”, lo que ha hecho temer sobre la posibilidad de que el país salga de la UE sin pacto alguno.
El exministro de Exteriores ha recalcado que el Reino Unido puede salir del bloque europeo con un acuerdo si el país tiene “la voluntad y el espíritu” para hacerlo. Al menos en su primera alocución no ha querido ir más allá.