Bolsonaro dice que sus problemas intestinales le harán volver a Brasil antes de lo previsto
El expresidente lamenta no tener "días tranquilos" en Estados Unidos tras su ingreso y el "episodio lamentable" del asalto a los tres poderes de su país.
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha lamentado este martes desde el hospital de Orlando en el que se encuentra internado por dolores abdominales derivados de un apuñalamiento en 2018, que no haya tenido “días tranquilos” desde que está en Estados Unidos, haciendo referencia a sus dolores abdominales y, sin citar, al “episodio lamentable” que protagonizaron sus seguidores el domingo.
“Este es ya mi tercer ingreso por obstrucción intestinal grave. Vine a pasar un tiempo fuera con la familia, pero no he tenido días tranquilos. Primero, hubo ese lamentable episodio en Brasil y después mi ingreso en el hospital”, ha indicado.
Bolsonaro ha explicado que, si bien la intención inicial era permanece en Estados Unidos hasta finales de enero, los problemas de salud que han forzado su ingreso en un hospital local han provocado que adelante su vuelta a Brasil, en plena crisis política por los actos antidemocráticos protagonizados por sus seguidores. “En Brasil los médicos ya saben de mi problema de obstrucción intestinal debido a la apuñalada. Aquí los médicos no harán seguimiento”, ha contado Bolsonaro en declaraciones para la cadena CNN, de las que se ha hecho eco el diario O Globo.
Bolsonaro, que se encuentra en Estados Unidos desde el pasado 30 de agosto -dos días antes de que Luiz Inácio Lula da Silva tomara posesión de su cargo-, ha sido ingresado este lunes un hospital de Orlando, Florida, por las secuelas dejadas por una apuñalada que recibió en 2018 en plena campaña electoral y que desde entonces ha provocado que haya tenido que ser internado en varias ocasiones.
Con anterioridad ya se había referido a ese “episodio lamentable” que tuvo a miles de sus seguidores de protagonistas, invadiendo las sedes de los tres poderes del Estado brasileño, desentendiéndose y negando que tuviera cualquier tipo de responsabilidad en los mismos.
Sin embargo, varios congresistas han comenzado a recabar los apoyos necesarios para establecer una comisión especial parlamentaria que investigue su grado de implicación en unos actos por los que los más de mil detenidos pueden enfrentarse a cargos relacionados con el terrorismo, la rebelión y el golpismo.