Bob Pop: "Es muy importante celebrar el Orgullo y sentirnos orgullosas, no superiores, ni soberbias"
Este viernes se estrena 'Maricón Perdido', la serie creada por el escritor, en TNT.
El título de Maricón Perdido, la serie creada por el escritor Bob Pop acerca de su vida, fue un regalo de Andreu Buenafuente. Cuando barajaba nombres para la ficción —producida por El Terrat y que se estrena este viernes a las 22:00 en TNT—, Buenafuente recordó esa frase que decía su abuela, y Bob Pop se la quedó. Le iba como anillo al dedo para contar la historia de un maricón que está perdido y que se busca a sí mismo.
A lo largo de seis capítulos de media hora —este viernes se estrenan tres y el que viene, el resto—, el espectador es testigo de la transformación de Roberto Enríquez, un adolescente con una madre castrante (Candela Peña), un padre que aterroriza (Carlos Bardem) y un abuelo entrañable (Miguel Rellán), del que se ríen en el colegio, hasta convertirse en quien es hoy en día, pasando por su juventud, la que explora las saunas gays mientras triunfa profesionalmente —etapa marcada por su diagnóstico de esclerosis múltiple, trago en el que cuenta con el apoyo de una gran amiga (Alba Flores)—.
Los tres Bob, interpretados por él mismo y por Gabriel Sánchez y Carlos González, conviven y se solapan en una serie tan magnética como resplandeciente.
Hay una frase de la serie acerca de que los libros más tristes son los que dicen que si eres diferente vas a acabar mal. Esto no se aplica en tu caso.
En ese sentido soy un spoiler muy bueno. Estoy aquí, vivo, contándolo, y parte de esa felicidad de estar aquí es el tono que le he querido transmitir a la serie, luminoso y optimista.
Esta serie imagino que estará escrita con la vocación de llegar al público general [asiente con la cabeza] , igual hay quien piensa que está más destinada al colectivo gay [niega]. En cualquier caso, ¿puede abrirle los ojos a alguien?
Yo creo que sí, pero como abre cualquier ficción, que nos da la posibilidad de entender otras vidas, otras voces, otra forma de contarnos las cosas que nunca nos habían contado. No creo que vaya a ser nada definitivo, nadie se va a caer del caballo viendo mi serie, pero sí que es una piececita más para ir construyendo un mensaje diverso donde nos demos cuenta de que hay muchas formas distintas, no solo de vivir, sino de entender lo que estamos viviendo y de procesarlo.
Acaba de ser noticia que Hungría prohíbe hablar de homosexualidad en los colegios. ¿Estamos volviendo hacia atrás?
Me parece estremecedor. Yo siempre que veo esas noticias hago clickbait porque necesito encontrarme dentro algo que haga ese titular falso. Lamentablemente, en Hungría la realidad siempre es peor que el titular del clickbait. Solo le pido desde aquí a TNT que, por favor, emita Maricón perdido en Hungría. Y que me manden de promo, por favor.
¿Y aquí en España tienes esa sensación de retroceso?
Igual que tengo la conciencia del privilegio, creo que también soy un privilegiado en eso, que vivo en una burbuja que tiene que ver con los años y los afectos que no me da esa sensación. Pero tengo el pálpito de que cada vez nos atrevemos menos a hablar de según qué cosas por miedo a recibir una oleada de odio que, aunque en un principio queramos aparentar que no nos afecta, nos afecta. Creo que ese retroceso se está intentando producir, pero creo que cada vez somos más fuertes para evitar que se produzca. Quiero creer eso porque soy superoptimista y porque tiene que ser así, no pueden ganar los malos.
¿Es necesario celebrar el Orgullo?
Es necesario celebrar el Orgullo porque además, yo esto lo digo siempre, el Orgullo es una manifestación que no tiene que ver con la soberbia, tiene que ver con lo opuesto a la vergüenza. Y hemos pasado tanto tiempo avergonzándonos de quiénes éramos que está muy bien que salgamos a enorgullecernos de quiénes somos.
No solo eso, sino que además el Orgullo ahora lleva asociados los Orgullos críticos, que me parecen superimportantes, y que ponen el acento en otras cosas que no son solo nuestra condición sexual ni de nuestra identidad de género, sino también clase social, raza... Con lo cual, es muy importante celebrar el Orgullo y es muy importante sentirnos orgullosas, no superiores, ni soberbias, no, pero saber que quienes somos está muy bien y que hay que mostrarlo.
¿Escribir y crear la serie ha supuesto hacer las paces con tu ‘yo’ del pasado o contigo mismo?
Ha supuesto hacer las paces con el sitio en el que estoy: qué bien que puedo contar esto, que alguien me da autoridad y voz para contarlo y que he llegado a este sitio al que no lo hubiera hecho sin esos antiguos Bobs que muestra la serie.
A la vez, también quería dejar claro que el dolor no te hace mejor. El dolor no ayuda a nada, el dolor no es una medalla. El dolor es un obstáculo.
De todo lo que cuentas, ¿cuánto es cierto? ¿Cuánto es ficción?
Todo es cierto porque todo soy yo.
¿Cuándo escribiste la serie y cuándo se ha rodado?
La escribí antes de la pandemia, pero hemos rodado en plena pandemia. De hecho el casting lo hicimos en plena segunda ola por Zoom y todo el rodaje no solo ha sido en pandemia, sino en Madrid postFilomena, no nos hemos ahorrado nada, hemos ido a todo lo que daba.
Yo no lo sé, porque era mi primer rodaje así tan intensivo de estar cada día en el set, pero el rodaje lo veía como algo muy emocional, donde se generaban como unas familias postizas, donde todo el mundo se tocaba, se abrazaba, se besaba, se solucionaban tensiones inevitables con un abrazo o un beso y aquí no podíamos. Aquí no nos íbamos a tomar cervezas después del rodaje. Íbamos a trabajar y todo era como frío, distante, y pese a eso, ahora que estamos disfrutando del post, que nos vemos en festivales, en ruedas de prensa, creo que ese cariño existe y se ha creado ahí un grupo muy chulo.
¿Qué papel ha tenido Pedro Almodóvar, no solo en la serie, sino también en tu vida?
Almodóvar es otro de los regalos que me da la vida. Le conozco, empezamos como a quedar, a vernos, a charlar. Para mí era un maestro, pero ya en persona descubres a alguien apasionante, interesantísimo, muy cariñoso...
Cuando escribo la serie, se la dejo leer, la lee con mucho cariño, se presta sin ningún problema a hacer el cameo y me da uno de los consejos más importantes después de leer el guión: “Bob, tienes que estar aquí y esta serie tiene que tener tu voz y tu tono. Si no lo tiene, es muy difícil sostenerla”. Y esa frase de Almodóvar está todo el tiempo en mi cabeza durante el rodaje, el montaje, la postpro, y no le puedo agradecer más lo bonico que está en la escena en la que aparece en el último capítulo.
En la que te dice lo de si has perdido el pudor. ¿Lo has perdido?
Lo he perdido. Pero me parece bien haberlo perdido, el pudor es una cosa que solo estorba. Creo que sois los demás quienes, cuando uno pierde demasiado el pudor tenéis que decir ‘oye, para un poco, que tampoco hace falta’. Yo ya no tengo criterio para mi pudor, si veis que en algún momento soy demasiado exhibicionista, me lo decís, por favor.