Blinken intenta cerrar en París la crisis de los submarinos
Macron mantiene una conversación “larga” y “cara a cara” con el representante de EEUU, en una entrevista inesperada que explora "vías de recuperación" de su relación.
Francia y Estados Unidos dieron en la tarde-noche de ayer un nuevo paso hacia la normalización de su relación bilateral tras la crisis de los submarinos con la visita a París del secretario de Estado de EEUU Antony Blinken.
Blinken, que viajó a París, para presidir una reunión ministerial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se reunió hoy de forma inesperada con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Este encuentro no estaba previsto inicialmente, y el hecho de que Macron recibiera a un alto funcionario de rango inferior señala el intento del Gobierno francés de recuperar el buen nivel de la relación con Washington.
Blinken se encuentra en París para asistir a la reunión ministerial, que concluye hoy y que este año está bajo presidencia estadounidense.
Macron mantuvo una conversación “larga” y “cara a cara” con Blinken, informó el Elíseo, que por ahora no ha ofrecido detalles del contenido. Previamente, Blinken se había reunido con el principal consejero diplomático de Macron, Emmanuel Bonne, y antes con el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian.
Una fuente del Elíseo explicó que el objetivo de las reuniones es “estudiar las vías de recuperación de la relación” bilateral después de que Francia llamara a consultas durante unos días a su embajador en Washington, “y contribuir a restaurar la confianza entre Francia y Estados Unidos”.
Ambos países, añadió, “continúan su trabajo de coordinación en asuntos de interés común, como la cooperación UE-OTAN, el Sahel o la región indopacífica”.
Reconducir la relación
Según la parte estadounidense, Blinken y Macron discutieron los próximos pasos en la relación bilateral y áreas de cooperación conjunta y la próxima reunión entre los presidentes de ambos países, explicó en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Las reuniones de Blinken con Le Drian y Bonne trataron también sobre la reconducción de la relación, pero también entraron en cuestiones más concretas en la estabilidad de Afganistán, el combate al yihadismo en el Sahel, o en la región indopacífica, añadió Price.
La llamada a consultas de los embajadores franceses en Estados Unidos y Australia, una medida inédita en la relación de París con esos dos países, se produjo dos días después después de que ambos y el Reino Unido anunciaran el 15 de septiembre una alianza de seguridad en la región indopacífica.
Esa alianza incluyó un acuerdo para que Australia adquiera submarinos de propulsión nuclear con tecnología de sus dos socios, lo que supuso la cancelación de un contrato multimillonario para construir sumergibles convencionales con tecnología francesa.
Además, Francia se consideró marginada por la creación de esa alianza, ya que tiene numerosas islas que le otorgan amplias aguas territoriales tanto en el Índico como en el Pacífico, por lo que está muy interesada en la protección de la estabilidad y la seguridad en la región.
El ministro Le Drian calificó entonces ese movimiento como una “puñalada por la espalda”.
La situación se recondujo con la conversación telefónica que Macron mantuvo el 22 de septiembre con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la que se acordó dar pasos para rebajar la tensión y que ambos se reunirán a finales de octubre en Europa.
El golpe para París fue aún mayor debido a que, tras haber chocado repetidamente en numerosas áreas (como cambio climático o fiscalidad global) con la anterior administración estadounidense de Donald Trump, esperaba un cambio fundamental con la llegada de Biden a la Casa Blanca, sobre todo con la designación como secretario de Estado de alguien como Blinken, buen conocedor de Francia y que habla perfectamente francés.