Biden firma la ley estrella sobre inflación con la que busca fortalecerse para las elecciones
Contempla más de 400.000 millones de dólares en nuevas inversiones, casi todas centradas en dar un impulso a la industria de la energía verde y reducir las emisiones.
El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó esta pasada noche su ley estrella, la Ley para la Reducción de la Inflación, que calificó como “una de las más importantes de la historia” del país y con la que busca salir reforzado de cara a las legislativas de noviembre, que se celebran en la mitad de su mandato.
“Los demócratas votaron a favor de reducir el déficit para combatir la inflación haciendo que los ricos y las grandes corporaciones paguen una parte más justa, mientras que todos los republicanos se opusieron a exigir que las grandes corporaciones paguen un impuesto mínimo del 15%”, apuntó en un acto en la Casa Blanca.
Este es uno de sus proyectos estrella y para dejarlo claro realizará durante las próximas semanas una gira por el país para explicar las ventajas de la ley, que aspira a reducir la inflación, en plena escalada de precios por la pandemia y la guerra de Ucrania.
Además, el 6 de septiembre organizará un evento para celebrar la promulgación del paquete fiscal, sanitario y ambiental, aprobado el pasado viernes por el Congreso y que tiene numerosas inversiones a largo plazo.
“No se trata solo del hoy, se trata del mañana. Se trata de brindar progreso y prosperidad a las familias, de mostrar a los estadounidenses que la democracia todavía funciona en Estados Unidos, a pesar de todo lo que se habla de su desaparición”, apuntó Biden.
El presidente apareció con mascarilla y solo se la quitó para hablar, después de que este mismo martes su esposa, Jill Biden, diera positivo por coronavirus, unos días después de superar él la enfermedad.
La ley contempla más de 400.000 millones de dólares en nuevas inversiones, casi todas centradas en dar un impulso a la industria de la energía verde en el país y en reducir las emisiones de gases contaminantes.
Supondrá la mayor inversión pública contra la crisis climática en la historia de Estados Unidos. Sus partidarios estiman que servirá para reducir en un 40 % las emisiones contaminantes del país de aquí a 2030 respecto a los niveles de 2005.
“Es la ley más ambiciosa en cuanto a inversión en la transición a una economía de energía limpia que enfrente el problema del cambio climático”, dijo a Efe Frances Colon, miembro del Consejo Asesor de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca.
Impuestos a los ricos y precios de medicamentos
La ley busca crear normas tributarias más justas para evitar, por ejemplo, que se repita lo sucedido en 2020, cuando 55 de las corporaciones más grandes y ricas de Estados Unidos no pagaron impuestos federales sobre la renta.
Así, habrá un impuesto mínimo del 15 % a las compañías con beneficios superiores a los 1.000 millones de dólares, mientras que se reforzará también la agencia de recaudación de impuestos para hacer más difícil evadir el pago de impuestos. Hoy se dejan de cobrar unos 160.000 millones, según cálculos del Ejecutivo.
La norma también busca impactar en la inflación reduciendo el gasto en sanidad de los ciudadanos, que pagan entre dos y tres veces más que los ciudadanos de otros países por los medicamentos recetados.
De la reducción en los precios se beneficiarán entre 5 y 7 millones de personas cubiertas por el plan sanitario Medicare, mientras que el límite de 2.000 dólares anuales en los gastos de los medicamentos recetados favorecerá a unos 1,4 millones.
Una economía limpia
Aunque la inflación ha robado el protagonismo al resto de aspectos de la ley, la norma es fuertemente ambiciosa en términos medioambientales y pretende, entre otras cosas, construir una economía de energía limpia para 2030 que incluye 950 millones de paneles solares, 120.000 aerogeneradores y 2.300 plantas de baterías.
También se busca que este cambio genere un impacto en la economía doméstica con una bajada de unos 500 dólares por año en los costes de la energía y numerosos incentivos para transformar los hogares.
Habrá reembolsos directos de unos 14.000 dólares por consumidor para cambiar los sistemas de calefacción o los electrodomésticos por unos más eficientes y también créditos fiscales para instalar energía solar en los hogares y fomentar el uso de vehículos eléctricos.
Con todas estas medidas se busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente 1 gigatonelada en 2030, o 1.000 millones de toneladas métricas.
Esta ley, según Colon, es el primer paso para que el país norteamericano deje de ser visto como “uno de los mayores emisores del mundo”.
En su opinión, Estados Unidos llegará en noviembre a Egipto, donde se celebrará en Sharm El-Sheikh la próxima convención sobre crisis climática, diciendo: “Estamos implementando este plan, ustedes qué van a hacer, y es muy interesante ese cambio de paradigma”.