Conoces las banderas verdes y rojas en una relación. ¿Y las rosas?
Te dan la oportunidad de comunicarte con tu pareja.
Se habla mucho de las “banderas” en las citas y las relaciones.
Las más comunes, las banderas rojas, son las señales de comportamiento tóxico o de clara incompatibilidad en una pareja. Puede ser el love bombing (bombardeo amoroso), ser maleducado con un camarero o tratar de controlar y manipular tus movimientos.
Las banderas verdes, en cambio, son indicios de buena pareja o pareja compatible. Por ejemplo, cuando ambos os comunicáis muy bien y os sentís a gusto el uno con el otro.
Pero hay otro color de bandera situado en el centro del espectro: las banderas rosas. A continuación, varios expertos en relaciones explican cómo reconocer las banderas rosas y qué hacer con ellas.
“Las banderas rosas son indicadores sutiles de que quizás no sois del todo compatibles”, explica Damona Hoffman, asesora de relaciones de OkCupid y presentadora del podcast The Dates & Mates Podcast.
Hoffman señala que las banderas rosas no son tan evidentes como las rojas, que suelen ser cuestiones de compatibilidad y comportamiento que cualquiera puede reconocer como problemáticas. Pero aunque las banderas rosas son menos graves, es importante abordarlas para que no se agraven.
“Las banderas rosas son el tipo de señales de advertencia de las que se puede hablar o pasar por alto hasta que se convierten en rojas”, explica Hoffman. “Si no se gestionan bien, puedes convertir las banderas rosas en motivos de ruptura cuando simplemente nacieron como diferencias sutiles que podrían haberse solucionado hablando las cosas”.
Alysha Jeney, psicóloga y propietaria de Modern Love Counselling, recalca la importancia de reconocer las banderas rosas cuando surgen.
“Las banderas rosas son cosas que intuyes que no están del todo bien, pero estás dándole un tiempo a la relación para determinar su gravedad”, dice. “También pueden ser heridas de relaciones pasadas que conviene tener en cuenta. Es importante tomar nota de las banderas rosas en las relaciones y utilizarlas como una oportunidad para reflexionar”.
Las banderas rosas se presentan de muchas formas que varían de una relación a otra, pero hay algunos ejemplos comunes.
“Una que oigo mucho de mis clientes es cuando una persona nunca tiene una opinión o no le importa dónde comes, qué haces, etc.”, comenta Liz Higgins, terapeuta relacional y fundadora de Millennial Life Counseling. “Otra son las diferentes creencias políticas o religiosas”.
Ser desordenado o no enviar whatsapps con suficiente frecuencia también son banderas rosas habituales. Si bien estas cuestiones no son por sí mismas un motivo de ruptura, tampoco hay que barrerlas bajo la alfombra.
“Algunas banderas rosas que debes observar son los cambios de comportamiento”, señala Mabel Yiu, terapeuta matrimonial y familiar y directora general del Instituto de Terapia para la Mujer. “Por ejemplo, si antes era una persona cariñosa y cada vez lo es menos”.
Presta atención si tu relación ha cambiado o si habéis dejado de sentir interés por salir juntos y crecer como pareja.
“Otra bandera rosa es cuando tenéis un lenguaje del amor diferente: por ejemplo, uno prefiere los actos de servicio y otro el contacto físico”, comenta Yiu. “No es un problema grave siempre y cuando ambos miembros de la pareja estén dispuestos a adaptarse al lenguaje del amor del otro”.
Sarah Weisberg, psicóloga y fundadora de Potomac Therapy Group, subraya la importancia de tomar nota de los propios pensamientos y comportamientos, no solo los de la pareja.
“Cuando nos damos cuenta de que hacemos daño a otra persona, ya sea de forma deliberada o involuntaria, es importante dar un paso atrás y preguntarnos por qué”, dice. ”¿Qué podría estar diciéndonos esto sobre nuestros sentimientos conscientes o inconscientes sobre la relación? En estos casos puede que tengamos que trabajar con nosotros mismos, escuchar nuestra intuición y tener ciertas conversaciones difíciles”.
Sin embargo, lo que es una bandera roja para una persona puede ser una bandera rosa o incluso verde para ti.
“Lo que unas personas consideran demasiados whatsapps, otras lo ven como la cantidad perfecta”, dice Hoffman. “Tienes que conocer tus necesidades y deseos en una relación y ser capaz de comunicárselos a tu pareja. Piensa en las banderas rosas como un indicador de que necesitas obtener más información, no como un indicador de que la relación se va a pique”.
“Las banderas rosas son más fáciles de pasar por alto y, por tanto, potencialmente más dañinas que las rojas”, afirma Tracy Ross, trabajadora social especializada en terapia de pareja y familiar. “A veces las banderas rosas son sutiles (no las pillas a la primera ni a la segunda), a diferencia de las rojas, que son obvias. Pero si algo te molesta repetidamente, es hora de prestarle más atención”.
Ross recomienda preguntarse: ”¿Está tu pareja dispuesta a comunicarse y a trabajar juntos? Si expreso mis preocupaciones, ¿me escucha y acepta lo que digo?”.
Una bandera rosa podría ser el indicador que te lleve a descubrir una bandera roja. En el proceso de exploración de una bandera rosa, quizás descubras que tu pareja no está dispuesta a resolver las cosas juntos.
“Cada relación tiene que encontrar ese equilibrio”, sostiene Ross. “Las banderas rosas son aquellas señales que te hacen cuestionar si será posible o no; las banderas rojas son con las que descubres que no lo será”.
Eso sí, no hay que confundir las banderas rosas con tener expectativas poco realistas de que tu pareja satisfaga todas y cada una de tus necesidades. Céntrate en sentirte una persona completa por ti misma mientras identificas lo que es importante para ti en una pareja.
“Una forma segura de entender la diferencia entre las banderas rosas y las banderas rojas es reflexionar de forma seria y honesta sobre lo que quieres en una relación: haz un inventario de ‘cosas imprescindibles’, ‘cosas no negociables’ y ‘cosas que estarían bien si...’”, explica Ross. “Si dedicas tiempo a reflexionar sobre eso de antemano y sabes lo que buscas, entonces será mucho más fácil cuando veas una bandera”.
“Independientemente de si es una bandera rosa o una bandera roja, lo más importante es no ignorarla”, sostiene Ross. “La incomodidad o la incertidumbre que rodea a estos temas a menudo hace que la gente tienda a evitarlos, y muchos problemas de una relación crecen a partir de esa evitación”.
En vez de dejar que las cosas se cocinen a fuego lento, tómate el tiempo necesario para procesar las banderas rosas que observas, pero luego habla de ellas.
“Conocer tus espacios seguros para hablar de estos temas es importante: con un psicólogo, un amigo cercano o una relación segura...”, comenta Higgins. “A veces es mejor esperar un poco antes de poner las cartas sobre la mesa. En una relación muy reciente, el vínculo no está tan estructurado o firme, por lo que sacar a relucir temas muy importantes tan pronto puede no ser tan eficaz. El equilibrio es la clave”.
Reflexiona para descubrir por qué te preocupa o incomoda algo y si es posible que derive de un problema mayor que debéis resolver juntos o por separado.
“Las banderas rosas también te dan la oportunidad de comunicarte con tu pareja, y la forma en que lo hagas puede determinar por sí misma si quieres continuar con la relación o no”, advierte Rachel Needle, psicóloga y codirectora de Modern Sex Therapy Institutes. “Independientemente de si un problema es grande o pequeño, es importante en cualquier relación que seáis capaces de hablar de ello de forma sana y sintiéndoos cómodos”.
En estos casos, también se aconseja reconocer los aspectos positivos de la relación. Hablad honestamente para ver si esa la bandera rosa es negociable, o si es algo que puedas aceptar en un término medio.
“Es importante prestar atención a las banderas rosas, pero no obsesionarse con ellas ni dejar que dominen la relación”, añade Hoffman. “Son simplemente cosas a las que hay que prestar atención o preocupaciones por las que hay que sentir curiosidad”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.