Este es el papel de los bancos en la crisis económica que viene
En 2008 las empresas de servicios financieros fueron responsables del cataclismo, pero ahora se erigen en parte de la solución.
La banca tiene una oportunidad para paliar los efectos de la morrocotuda crisis económica que vaticina el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que ya sienten miles de familias. Cuando arrecie la tormenta del coronavirus se habrán disparado los niveles de deuda pública, la tasa de paro y los niveles de desigualdad.
Algunos líderes internacionales, como el presidente de Portugal, confían ahora en los bancos para que devuelvan a los ciudadanos el esfuerzo que acometieron hace ocho años. En 2012, al igual que los portugueses, los contribuyentes sacaron alrededor de 50.000 millones de euros del bolsillo común que fueron directos a la UCI en la que se encontraba parte del sistema bancario español. Con ese montante se rescató a las cajas de ahorro. Después llegaron los recortes. ¿Qué papel jugarán ahora los bancos?
“Uno clave: seguir financiando a familias y empresas a pesar de las malas perspectivas económicas de nuestro país”, responde a este diario Antonio Carrascosa, exresponsable del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, (FROB) y exconsejero ejecutivo de la Junta Única de Resolución (JUR) en Bruselas.
La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, también barrunta que el sector tiene ante sí una ocasión única de recuperar la credibilidad que perdió durante el crack de 2008. “Esta crisis es distinta, hoy los bancos somos parte de la solución”, aseguró la responsable de la principal entidad española durante un discurso virtual ante la Junta de accionistas del pasado 3 de abril. Botín es, además, un fichaje del FMI para asesorar al organismo sobre el impacto de la epidemia.
El pasado jueves, la UE pidió a las entidades financieras que se abstengan de repartir dividendos entre sus accionistas durante este periodo de crisis. Los socios de la Unión reclamaron a sus bancos que destinen ese dinero a otras “necesidades urgentes”.
Los bancos están llamados a garantizar créditos para salvar a empresas y familias. Han pasado de rescatados hace una década a rescatadores. Un cambio de papel que asumen gracias al acceso prácticamente ilimitado a la máquina de hacer billetes, el Banco Central Europeo.
Fuentes del Ministerio de Economía, capitaneado por la vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño, recalcan a este diario que “se ha articulado un programa de avales de hasta 100.000 millones de euros para ayudar a que fluya la liquidez que financie el circulante de autónomos, pymes y empresas”. Esas mismas fuentes precisan que con las cifras de la primera semana, ya se ha permitido la concesión de casi 7.000 millones de euros de financiación.
Que el sector bancario se convertirá ahora en bombero lo comparte también el economista José Moisés Martín, del colectivo Economistas frente a la crisis: “La banca ahora mismo es clave para poder hacer llegar a las empresas la liquidez necesaria. Está en mucha mejor situación que en 2008. Tiene mejor posición de capital; acceso prácticamente ilimitado a liquidez y se encuentra más respaldada por el Estado”.
Lo mismo piensa Carrascosa: “Los bancos van a demostrar una gran resistencia a la crisis. Su rentabilidad se resentirá, pero su solvencia se mantendrá. Solo si la crisis es mucho más grave que lo esperado, la solvencia de algunos bancos podría resentirse”.
“En 2008, los bancos tenían mucho más crédito que depósitos. Pero ahora tienen más depósitos que créditos y acceso ilimitado al dinero que imprime el BCE. Puede atender la demanda de crédito sin necesidad de emitir en los mercados, como sucedió en 2008”, coincide el economista José Carlos Díez, quien fue jefe de la sociedad de valores Intermoney.
La emergencia sanitaria provocada por el virus ha sumido al mundo en una crisis ”única” de oferta y demanda, según calificó este miércoles la directora gerente del FMI, la búlgara Kristalina Georgieva. Ni se producen bienes y servicios, salvo los esenciales, debido a las medidas de confinamiento impuestas en medio planeta ni hay apenas consumidores. Todo un jaque al sistema económico global.
La excepcionalidad es de tal calibre que Georgieva reconoció que las previsiones del organismo que dirige están basadas “por primera vez” en las pesquisas de un equipo de epidemiólogos. Y no hay ningún tipo de certidumbre respecto al futuro a corto y medio plazo. “Los expertos avisan de que podría ser peor si continúa la pandemia o no hay vacuna”, ha dicho. El mundo entra en un universo desconocido.
En ese viaje hacia no se sabe qué, la directora gerente del FMI ha fijado un objetivo claro: “Proteger a los hogares y asegurarse de que, junto a las empresas, pueden seguir adelante aun con la economía parada”. Y para eso, el papel de los bancos es fundamental: seguir financiando a familias y empresas, a pesar de las malas perspectivas económicas.
El exdirector del FROB explica que “si se prevé una recesión económica, los bancos serán más reacios a prestar para no incrementar su morosidad y entrar en pérdidas”. Y añade: “Por tanto, mantener la financiación en esta coyuntura económica es una tarea hercúlea y, si lo consigue, la sociedad debería agradecérselo”.
Una campaña de imagen y malas prácticas
Los bancos deben ser el corazón que bombee dinero en forma de créditos para rescatar autónomos, pymes y empresas. Y llegan más fuertes y con más liquidez que hace una década. La señal que manda el FMI a los países es de libertad para gastar “todo lo que puedan”. Para que avalen los créditos que concedan los bancos. E incluso para que cambien las condiciones de esos créditos.
La campaña de márketing ya ha empezado. La mayoría de los bancos españoles están recordando a los ciudadanos que disponen de la liquidez que impedirá su ruina. Pero algunos están aprovechando para algo más que lavar su imagen.
Uno de los riesgos que están corriendo las entidades es publicitar productos atractivos que luego no lo son tanto. Y asociar los créditos del Instituto de Crédito Oficial a otros productos para hacer negocio, algo prohibido que ha ocurrido y que investiga la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).
Asociaciones y clientes han denunciado que algunos bancos exigían contratar seguros de vida a quienes recurrían a líneas de crédito avaladas por el Estado para paliar los efectos del coronavirus. Economía es tajante ante esa mala praxis: “Está expresamente prohibido vincular la concesión del crédito avalado a la contratación de cualquier otro producto o servicio tanto por acuerdo de consejo de ministros como por el acuerdo que firman los bancos con el Instituto de Crédito Oficial [ICO]”, zanjan fuentes del ministerio. Y advierten: “El Banco de España y el ICO vigilan el cumplimiento de estas prácticas y tienen habilitados canales para hacer llegar sus quejas con toda la información en sus webs”.
La controversia ha obligado a la patronal bancaria a salir al paso a través de un comunicado en el que señalan que las entidades adheridas a la Asociación Española de Banca, CECA y UNACC han dado instrucciones a su red de oficinas para asegurar una aplicación rigurosa de dicho acuerdo con el ICO. “Entre otros aspectos, se ha clarificado que la concesión de un crédito amparado por esta línea de avales no puede estar vinculada en ningún caso a la contratación de otros productos”, explican.
El sector bancario, no obstante, tampoco tiene total seguridad sobre su solvencia a futuro. Con los tipos de interés por los suelos y el negocio inmobiliario parado, tampoco tiene mucho margen para aguantar beneficios. Carrascosa advierte de que “una crisis grave de la economía real tiene que afectar negativamente a la banca”. El presidente del Mecanismo Único de Supervisión europeo, Andrea Enrica, advierte en El Confidencial de que algunos bancos pueden no resistir y terminar fusionándose.
El exdirector del FROB explica que la clave es anticipar la magnitud del impacto: “Esto dependerá de la duración de la crisis sanitaria y del ritmo de recuperación de los diferentes sectores económicos. En general, la incertidumbre sanitaria genera incertidumbre económica, ya que las familias y empresas no recuperarán fácilmente la confianza”.
El tiempo dirá cómo se comportaron los bancos para evitar la muerte económica del país. Tienen un papel importante: garantizar que hogares y empresas no se pudren y ayudarles a sobrevivir en este viaje a lo desconocido.