Aznar posee a Casado
La discusión en el PP gira en torno a cómo y hasta dónde debe ser duro Pablo Casado.
Quizá fue este martes, cuando Aznar le puso la mano en la mejilla o cuando le palmeó la espalda con condescendencia. En ese instante lo poseyó, cual Yoda que anima a su pupilo a desenfundar la espada láser. Lo cierto es que las cuatro horas del regreso de Aznar en el Congreso han insuflado este miércoles a Pablo Casado la seguridad que necesitaba para transmutarse en el Aznar 3.0.
Casado ha calificado al presidente del Gobierno de "lastre" para este país. Ha comparado la forma de gobernar de Sánchez con la de Maduro en Venezuela. Ha dado un repaso a cada uno de los ministros y ha tenido la osadía de atacarle con la tesis y pedirle que comparezca, cuando el caso de su máster está en el Supremo.
El orgasmo que este martes provocó Aznar entre el equipo de Casado, se ha convertido en múltiple durante la ovación cerrada que la bancada popular ha dedicado al joven presidente del partido. El fan número uno de Aznar y número dos de Pablo Casado, Teodoro García Egea niega la mayor, que lo del expresidente fuera el retorno del Jedi.
"Si hubiera venido Hernández Mancha le hubiéramos recibido igual. Es un expresidente. Mi cara de felicidad se debía a que Rufián e Iglesias estaban recibiendo una buena tunda ¿no?" nos dice, mientras al lado Casado, rodeado de prensa, mantiene un largo off the record en los pasillos intentando demostrar la maldad que es el atajo con el que el Gobierno quiere evitar el veto del PP al techo de gasto en el Senado. Obviando que el PP tiene bloqueada la mesa del Congreso y amplia constantemente el plazo de las enmiendas para evitar que prosperen.
Los mayores del lugar, como Jesús Posada, han percibido con nitidez la presencia de Aznar en el cuerpo de Pablo Casado. "Yo estuve cuando se preparó entre el 93 y el 96 para llegar a Moncloa, y estuvo presionando sin descanso a Felipe. Pablo hoy se ha referido a Sánchez y a todos los ministros con rasgos similares a los empleados por Aznar. Ambos tenían experiencia política a una edad temprana y se ve que van por la misma línea. En cambio, con Rajoy tiene menos que ver. Llegó teniendo que demostrar menos, porque llevaba muchos años en el Gobierno".
La discusión en la cúpula gira en torno a cómo y hasta dónde debe ser duro Pablo Casado, cuando sus maneras habituales son cordiales y afables. No hay más que observar su esfuerzo en mantener siempre una sonrisa y en dar explicaciones una y otra vez, sin perder los nervios. Por eso ha sido tan reveladora su intervención en la sesión de control. Por su boca salían palabras aznaristas pero su lenguaje corporal y la expresión no acompañaban la agresividad verbal. Síntoma de que todavía no hace falta avisar a un exorcista. Una parte de él se resiste a que Aznar se apropie por completo de su alma.
Mucho va a tener que luchar contra el camino que le están marcando, pues entre los suyos se valoran positivamente algunas de las ventajas del regreso del ex presidente, como por ejemplo "cortar el crecimiento a Vox –les tenía preocupados- y dejar a Albert Rivera huérfano de la figura de Aznar", apunta un destacado miembro del equipo de Casado.
"Aznar no se ha ido nunca y no hemos sido nosotros quienes le hemos traído, ha sido la oposición. Es un animal político y ayer dejó sin palabras a Rufián e Iglesias. ¿Cuál debe ser la dureza de Pablo Casado?, de eso estábamos hablando esta mañana cuando habéis interpretado que discutíamos", confiesa Fernando Martínez Maíllo.
La euforia que la posesión de Casado por Aznar ha provocado entre los suyos, es proporcional a la preocupación con que los demás partidos han recibido el regreso del 'maligno' como ha comentado un diputado de Podemos en los pasillos. Igual que Jesús Posada, a los talluditos socialistas se les ha representado el Aznar del 'Vayase, señor González' cuando Casado ha espetado a Sánchez que es un 'lastre'.
"Ha sido puro aznarismo, se ha subido a un caballo desbocado", decía alarmada una señoría del partido de Pablo Iglesias. El PNV y el PdeCat tampoco han ocultado su malestar ante las consecuencias que puede tener el crecimiento de un Aznar junior.
La desazón es comprensible. Hasta ahora la Cámara no tenía muy claro cual era el estilo de Casado. Con fama entre los suyos de ser un camaleón, un perfecto Zelig capaz de adoptar la personalidad que se espera de él en cada momento, no está claro que mañana no mute en caso de que le venga mejor otro traje. Poder de convicción no le falta. Hasta es capaz de convencer a García Egea, su pimpante número dos, de que él es el que manda: "A mí nunca me regaña, siempre me dice 'tú eres mi jefe, haces lo que quieres'".