Aznar, el enterrador de Pablo Casado
Al PP de Pablo Casado no le queda mucho tiempo antes de ser engullido por Vox.
El PP está colapsado ante Vox y puede ser engullido pronto, como le pasa a la derecha moderada ante la extrema en medio mundo occidental. Aznar ganó con un sistema bipartidista y tardó siete años. La unidad de la derecha se la dio mascada Manuel Fraga, pero el expresidente sigue con su paternalismo hacia Pablo Casado, en un lento entierro. Aunque las dudas se extienden. Si las cosas se ponen feas, Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo quizá se podrían ir con Santiago Abascal. ¿No las asesoraría Aznar? Corren tiempos para tener memoria en este contexto tan duro, pero el expresidente está demasiado alto en el pedestal que se ha construido.
Le recomendaba el expresidente José María Aznar a su heredero, Pablo Casado, presidente del Partido Popular en el 25 aniversario del éxito aznarista, que lo que tiene que hacer es “tarea de oposición, tener un proyecto claro, forjar una alternativa, convertirte en polo de atracción”. Todo lo que se supone que Aznar hizo para unir al centro derecha. Pero, ¿puede hacer eso Casado o lo logrará mejor el líder de Vox, Santiago Abascal?
Las dudas cunden. Los despachos de corredores de apuestas de la derecha están abiertos sobre el tiempo de vida como líder político que le queda a Casado, hijo de su padre también político, Aznar, ahora no muy entusiasmado con su criatura, como antes tampoco lo estuvo con Mariano Rajoy, su otra elección.
En las recomendaciones —tan obvias— que hace el expresidente del Gobierno a su sucesor en el partido, hay olvidos muy tramposos. Esos mismos que hacen que el personal se pregunte si Aznar va con Pablo o con Santiago. Aparca el exlíder muchos datos y no porque este senil. Más bien porque parece haber comprendido que Casado no es el adecuado y le va a dejar caer lentamente, mientras él juega a la ambivalencia y asistirá al entierro con toda pompa.
Los olvidos y las circunstancias
A saber: Aznar heredó un partido, la Alianza Popular (AP) que Fraga hizo Partido Popular (PP), donde don Manuel ya había trabajado lo suyo, tras ayudar a la debacle de UCD, para conseguir la unificación. Pero la historia se fabrica de muchas formas, depende de qué fuentes se consulten y cuáles se ignoren. Esa circunstancia la olvida el exlíder del PP a menudo.
A Aznar, la mitad de la unión de la derecha se la hizo Fraga. Aún quedan veteranos en el PP que pueden dar detalles del trabajo intenso de don Manuel: “Recuerdo lo que tuvo que tragar y hacer Fraga con Jesús Aizpún, fundador de Unión del Pueblo Navarro (UPN). Antes fue fundador y presidente del Partido Demócrata Liberal, que se integró en la UCD y cuando vio cómo se ponía el patio de Suárez, se marchó. Pues cuando Aizpún llamaba, Fraga nos tenía dicho ‘dadle lo que quiera, necesitamos presencia en Navarra’ y así, con tantos y tantos, recuerdo los de Aragón… Fue un esfuerzo grande para recoger y unir los restos de UCD en el PP. Así que José Mari heredó un partido con bastante cosas ya hechas dentro. Los tiempos ahora son muy diferentes”.
Otra circunstancia obvia: Aznar tuvo siete años para llegar al poder y ganó por 300.000 votos, pese a lo que arrastraban los socialistas, como la corrupción, los GAL, Roldán, etc. A Casado no le dan ahora ni dos años. No son situaciones comparables ni mucho menos.
El presente es la circunstancia más diferente. “Ha cambiado el reparto político. Tanto Casado como Sánchez han heredado una situación en la que la existencia de cuatro o cinco partidos que se reparten desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha ultra —Unidas Podemos, PSOE, Ciudadanos, PP y Vox— hace prácticamente imposible alcanzar mayorías absolutas o sencillamente mayorías, que permitan gobernar con holgura. Hay que pactar y mucho”, explica un veterano del partido.
“La culpa la tienen los mismos PP y PSOE que se negaron siempre a un cambio electoral, que permitiera un sistema más proporcional o una segunda vuelta como pasa en otros países europeos. Esa no es responsabilidad de Casado, es de los que estuvimos antes, que hemos hecho posible este sistema fragmentado”, continúa este veterano, que ahora observa los toros desde la barrera con tristeza.
Sobre si es Casado el hombre capaz de unir al centro derecha con la extrema derecha, las dudas son mucho mayores entre los veteranos y exasesores del PP. “Eso lo saben tanto Jaime Mayor Oreja, cuando pide esa unidad, como el propio Aznar. Tiene un proyecto más definido la ultraderecha populista, que avanza por todo el mundo, inspirado en el trumpismo y gentes como Orbán (Hungría), Salvini (Italia) o Bolsonaro (Brasil) y tantos otros”, señala un exministro de Rajoy.
“No, Pablo no lo tiene fácil y además, al ser el heredero de Aznar en las primarias y ganar, se quedó sin los sorayos, que tenían la masa crítica para hacer un proyecto y pensar en cómo frenar a Vox. Le quedó FAES, pero al cargarse a Cayetana Álvarez de Toledo, también se ha quedado sin sustento intelectual con que vestirse, aunque solo fuera como disfraz. No tiene gente alrededor, en su equipo próximo, capaz de hacerle pensar. El único es el mismo, que sí que es un animal político, pero en tiempo de descuento”, explica este exministro, alejado de la vida política que ha regresado a su despacho, pero que observa muy preocupado y pesimista la situación.
Le quedan seis meses, ni siquiera la legislatura
“Si en seis meses no toma cartas en el asunto, se sientan y dan una pensada profunda, el PP estará muerto. Estamos ante el colapso de la derecha moderada a manos de la extrema derecha. No hay margen de maniobra. Pablo, lo primero que tienen que hacer es resolver el conflicto entre sus dos almas: la derecha sensata de Núñez Feijoo (Galicia), Moreno Bonilla (Andalucía) y Fernández Mañueco (Castilla y León) y la de Isabel Díaz Ayuso (Madrid). Puede haber una escisión de esta, que se acerque a Vox. Si no lo hacen, la cosa va a resultar al revés de lo que vivió Aznar, la extrema se come a la moderada. Esa es otra de las distorsiones que le está colando Aznar a Casado. Y sí, al expresidente, Fraga le dio más de la mitad del trabajo hecho”, reflexiona un antiguo asesor de Mariano Rajoy.
Porque para cuando Aznar remata la unidad del centro derecha, Fraga ya había recogido entre los restos de UCD —liberales, democristianos, etc— más la Alianza Popular. “Don Manuel logra aparcar a la extrema derecha de Blas Piñar (Fuerza Nueva) y a sus otros seis compañeros. Aquellos de los siete magníficos, prebostes exfranquistas, entre los que se encontraba él y su Reforma Democrática, Cruz Martínez Esteruelas (Unión del Pueblo Español), Federico Silva Muñoz (Acción Democrática Española), Laureano López Rodó (Acción Regional), Enrique Thomas de Carranza (ANEPA), Gonzalo Fernández de la Mora (Unión Nacional Española) y Licinio de la Fuente (Reforma Social). Total nada. Ahora es al revés: la extrema derecha de Vox es quien avanza inexorablemente para tragarse el Partido Popular. Por eso, las cosas son muy diferentes”, insiste el colaborador del expresidente Rajoy.
Otro argumento sobre el negro futuro del actual líder del PP lo tiene uno de los hombres de la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, ahora retirado en su autonomía, donde tiene tiempo para pensar. “La reconstrucción del centroderecha es inviable con Casado, porque es el hijo de Aznar y este le está desautorizando. Pablo no tiene fuerza para emprender una tarea tan grande, dar un giro que evite que la reunificación de la derecha llegue desde Vox, porque está solo. No tiene equipo que piense a su alrededor, aunque sean buena gente”. Los tiempos van en su contra y recuerda al Partido Republicano, entregado a Donald Trump, o lo que ha hecho Marine Le Pen en Francia. “Ha quitado la caspa que arrastraba su padre, y ahí está. Solo que aquí no aparece un Macron por ningún lado”, lamenta.
¿Son Santiago Abascal o Iván Espinosa de los Monteros parecidos a Marine Le Pen o Trump? La pregunta provoca sonrisas entre los consultados. “Evidentemente, no. Por ahora. Espinosa de los Monteros tiene un apellido demasiado largo, suena como a Primo de Rivera. Y Abascal y Smith, con esos cuerpos militarizados que les funcionan muy bien en Instagram, quizá no culminen el éxito de Vox como presidente del Gobierno. Espero, pero lo van a dejar a las puertas, si el Partido Popular y su alma moderada no da un golpe en la mesa”, argumenta el exasesor de Rajoy.
“A los españoles, a la España de derechas, siempre nos han gustado mucho los señores firmes y aseados. Santiago Abascal puede avanzar y avanzará para tragarse al PP si los de Casado y Feijoó no reaccionan. Si no toman ya decisiones serias, con un giro estratégico clarísimo, pero no es fácil. Ahora, es probable que Abascal lleve a Vox a liderar la derecha —bueno, sería la ultraderecha—, pero no le veo de presidente del Gobierno. Alguien habrá en el camino. Y no, no me extrañaría nada que José María Aznar tuviera salud para asesorar en todo ese viaje. A Isabel Díaz Ayuso, a Cayetana Álvarez de Toledo y al propio Santiago Abascal”, remata la misma fuente.
Quedan dos años de Gobierno de coalición. Al PP de Pablo Casado solo uno, o como decía uno de los entrevistados, quizá seis meses si quiere sobrevivir al neoliberalismo de ultraderecha. Para otros llamado neofascismo.