Ayuso incomoda a parte del PP por las becas y el Orgullo: “Vaya patinazos”
La presidenta choca con la estrategia moderada de Feijóo en plena semana del debate sobre el estado de la nación.
Parte del PP está revuelto internamente. Los últimos movimientos de Isabel Díaz Ayuso han causado estupor e incomodidad en sectores ‘populares’, que creen que hay que seguir con el perfil moderado para llegar a La Moncloa el año que viene. En privado dirigentes próximos a Alberto Núñez Feijóo confiesan que no les viene bien la actitud de los últimos días de Isabel Díaz Ayuso.
La presidenta madrileña ha abierto dos frentes que han dado munición a la izquierda últimamente. La decisión de conceder becas para familias con más de 100.000 euros para llevar a sus hijos a colegios privados ha provocado una polémica que se ha extendido a nivel nacional y que el propio Gobierno de Pedro Sánchez contesta cada día. De hecho, una de las medidas estrella del jefe del Ejecutivo durante el debate del estado de la nación ha sido ampliar 100 euros más las becas a los estudiantes mayores de 16 años.
Madrid no es el resto de España. Esta comunidad tiene un ecosistema educativo totalmente diferente, con ratios de privada muy por encima del resto del país y de la propia Unión Europea. En la capital sólo el 40% de los estudiantes va a centros públicos y en la autonomía, un 55%. Esto contrasta con el resto de España (el 67% está en público) y con la UE (el 81%).
Los socialistas están argumentando estos días que esto violenta el propio sistema público, porque hace pagar a rentas inferiores con sus impuestos colegios privados a los que nunca podrán acceder. Pero el Gobierno madrileño sigue defendiendo esa ayuda: “Estas familias también lo están pasando mal”, ha llegado a decir la propia Ayuso. Sánchez se lo reprochaba así a la bancada popular durante el debate: “Después de la beca para ricos, ¿qué va a ser lo siguiente? ¿Un Imserso para millonarios en Bora Bora?”
La dirección nacional del Partido Popular ha validado en declaraciones el sistema de becas, pero en privado hay malestar por su repercusión en otras zonas. Núñez Feijóo quiere pocos escándalos y vender gestión, a la vez que ser una opción moderada para ganarse el centro. Y el modelo madrileño choca con el resto de España.
Lo que nadie se esperaba es que fuera a hacer esas declaraciones sobre el Orgullo LGTBi apenas unos días después de la multitudinaria manifestación en el centro de Madrid. En una entrevista con Federico Jiménez Losantos lanzaba esta frase: “El Orgullo o el 8-M se celebraba ese día, se hablaba de él el día anterior. Luego ya pasó a ser una semana y ahora y ya estamos un mes aguantándolo”.
Esto ha chocado ante una ciudad volcada con el Orgullo, tanto como símbolo como motor económico. La capital estaba llena de banderas en los balcones y en casi todos los comercios. Per Ayuso ha rebajado el apoyo a esta manifestación, llegando incluso a no poner la bandera en la Puerta del Sol (algo que sí hacía Cristina Cifuentes) y sólo iluminando el edificio (en una estrategia consensuada con José Luis Martínez-Almeida).
“Vaya patinazos”, resume un alto dirigente del Partido Popular.
Desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTB), Uge Sangil, le contestó a Ayuso que “la vida sigue después del Orgullo y del 8M y ahí estamos para denunciar cada día a quien no defiende los Derechos Humanos”, incluida Ayuso, “que no nos representa”.
Este estilo de Isabel Díaz Ayuso choca, por ejemplo, con el modelo del presidente andaluz, Juanma Moreno, que ha hecho una apuesta directa por la vía del centro, que le ha llevado al histórico resultado de una mayoría absoluta. Esto ha reabierto el debate interno sobre cómo es mejor afrontar las próximas elecciones generales, con el dirigente gallego apostando por una vía más moderada frente a la del PP de Madrid. No obstante, desde Génova 13 señalan que todos los PP son necesarios para ampliar al electorado. La fórmula que buscan: engullir a todo Cs, conseguir votos útiles de Vox y arañar en la “izquierda ultramoderada”.
El Partido Popular no ha conseguido capitalizar el debate del estado de la nación durante esta semana, con un Pedro Sánchez que ha relanzado la acción del Gobierno y cohesionado la coalición gracias a potentes medidas como los nuevos impuestos sobre la entidades financieras y las grandes compañías energéticas. La sensación para los populares ha sido extraña durante estos días porque su líder se sentó en el Hemiciclo pero no podía hablar. Subió a la tribuna como representante de la formación Cuca Gamarra, con un discurso que sorprendía al centrarse principalmente en ETA y no en asuntos económicos, que habían sido la principal baza durante las últimas semanas.
Los populares decidían a última hora del jueves abstenerse y facilitar el decreto de medidas para paliar los efectos económicos de la crisis de Ucrania. A pesar de considerarlo insuficiente, valoraban que conlleva una bajada hasta e 5% del IVA de la electricidad. En lo que están en contra, a falta de concreciones por el momento, es de los nuevos impuestos sobre la banca y las energéticas
No obstante, en el PP sienten que ya el cambio de ciclo es inexorable y que tienen medio pie en La Moncloa ya. El gran golpe, esperan, será en las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo. Además, se vaticina un otoño y un invierno durísimos en lo económico, con una inflación desbocada, y con los ciudadanos esperando un cambio en la gestión. Los populares también analizan que las alianzas de Pedro Sánchez le están desgastando de cara a las generales, pero como decía un diputado popular al salir del debate: “Ojo, con Pedro. No está muerto todavía”.