Ayusismo 2.0
La presidenta encara su ‘semana grande’ con el bagaje de este año: hundimiento de Casado, blanqueamiento de Vox y control de Telemadrid.
Es su ‘semana grande’, su propia feria. Isabel Díaz Ayuso celebra este lunes el Día de la Comunidad de Madrid con una gran recepción en la Puerta del Sol y el jueves conmemora un año de su arrolladora victoria en las elecciones autonómicas. Han sido doce meses de vértigo, en los que ha desplegado el modelo que tenía diseñado después de deshacerse de Ciudadanos.
Ayuso convocó aquellas elecciones con la excusa de una supuesta moción de censura contra ella en un efecto mariposa con la situación del Gobierno de Murcia. Pero detrás había una estrategia urdida durante meses junto a su equipo más duro: conseguir un Gobierno en solitario, como decían las encuestas, y ya sólo tener que tratar con Vox. Pero, además, convertirse en el gran baluarte de la derecha española contra Pedro Sánchez y situarse como la figura más potente internamente, por encima de Pablo Casado.
Y la jugada le salió muy bien: tuvo más diputados que todos los grupos de izquierdas. Acabando con la carrera de Pablo Iglesias y hundiendo al PSOE a tercera posición frente a Más Madrid. Pero esa misma noche empezaba otra batalla brutal, con los ánimos crecidos en la Puerta del Sol, y con la ayuda áulica de Miguel Angel Rodríguez. El rival a batir desde ese momento era Casado, quien se adjudicó en el balcón también esa victoria.
Es que, como confiesan todavía varias fuentes del PP, Díaz Ayuso y su equipo siguen teniendo un sueño: lograr La Moncloa. La batalle interna fue brutal, y con el transfondo de un caso que para muchos dentro del partido también la ha dejado “tocada”: el cobro de comisiones por parte de su hermano, Tomás Díaz Ayuso, durante los momentos más duros de la pandemia por traer material sanitario desde China (ella ha reconocido que fueron 55.000 euros). Eso fue utilizado por la anterior dirección para intentar placarla y alejarla de la Presidencia del PP de Madrid, con reuniones secretas, pero sin llevar el caso a la Fiscalía.
“Ayuso va a por todas”, como dice otro dirigente del PP, y consiguió convertir ese posible caso de corrupción en una cruzada contra ella -con un supuesto espionaje mediante- y utilizó ese victimismo para eliminar a Casado. Una batalla televisada, que llevó al PP a su peor crisis. El acuerdo con Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno llevó al resultado del gallego ahora en Génova 13 y ella a punto de hacerse (el próximo 21 de mayo) con el partido en Madrid.
Buena parte de su energía este año ha estado volcada en esa lucha interna, de la que ha salido victoriosa en parte. En Génova 13 ha desembarcado Núñez Feijóo, que irá como candidato en las elecciones del año que viene. ¿Y si pierde? Muchos sectores del PP advierten de que no habrá otra oportunidad y que debería ser el momento de que finalmente ella se haga con el partido como única opción de ganar a Pedro Sánchez.
Durante estos doce meses, además, ha liderado otro debate interno dentro del Partido Popular: es la mayor defensora de los pactos y coaliciones con Vox. A la madrileña no le hizo falta, pero es como si la ultraderecha estuviera dentro. Ella misma, en un lapsus, en la Asamblea dijo que tenía un Gobierno de coalición. Tiene muy buena sintonía con Rocío Monasterio y ha conseguido sacar con ella sus primeros presupuestos.
Además, quiere marcar ese camino a nivel nacional. La dirección nueva del PP no ha descartado formar gobierno con Vox, pero ella insiste en este camino, algo que fue evidente con su presencia en la toma de posesión de Alfonso Fernández Mañueco, que ha hecho que Castilla y León sea la primera comunidad con un vicepresidente de extrema derecha. Allí no quisieron ir a hacerse la foto ni Feijóo ni Juanma Moreno.
También ha logrado durante este año lo que no pudo en la legislatura con Cs: el control de Telemadrid. Con los votos de la ultraderecha ha sacado adelante, por la vía de urgencia, el nuevo sistema para controlar el ente público, permitiendo a Sol designar al nuevo director general con mayoría simple (hasta ahora se requerían dos tercios de la Cámara por obligación de una ley de la época de Cristina Cifuentes). Lo que ha hecho el PP es incluir una segunda vuelta, rebajando los votos necesarios.
Asimismo ha conseguido durante este nuevo mandato aprobar su cacareada bajada “histórica” de impuestos, con una bajada del tramo autonómico del IRPF, cuyo impacto beneficia más a las rentas altas. Pero los servicios públicos también notan su gestión: Madrid es la comunidad con los peores indicadores en la atención primaria, según el último informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, y ha reducido el 10% del número de trenes del Metro por la subida de la luz.
El próximo 21 de mayo se hará con las ruedas del PP de Madrid, esto le hará tener el control interno, algo clave para el ciclo electoral. Ella y su equipo ya están preparando ese terreno. De hecho, el 4 de mayo celebrará su victoria electoral en un acto en Fuenlabrada. No es casualidad: es el único bastión del PSOE en el sur en el que el PP nunca ha logrado tener la Alcaldía. El plan pasa ahora por centrarse en ese cinturón para las locales y las autonómicas del año que viene, se quiere ese voto obrero para repetir el resultado y aumentar el poder municipal.
La presidenta quiere más. Ayusismo 2.0.