El final de la escapada de Ayuso
El mensaje del PP para justificar el giro: "¿Cómo no iba a cumplir?", "Ayuso no es la mala", "el Gobierno ha mentido", "asfixiar a los madrileños"...
“¿Cómo no lo iba a cumplir?”, se preguntan retóricamente fuentes del PP en Génova 13 sobre Isabel Díaz Ayuso. A la presidenta de la Comunidad de Madrid le ha durado su ataque rebelde 12 horas. Anoche los ciudadanos se acostaron en un mar de dudas después de que la Puerta del Sol dijera que la orden de Sanidad no era válida jurídicamente y se levantara contra La Moncloa.
Un espectáculo televisado en directo que dejó perplejos a los ciudadanos y a la mayoría de la clase política. Una Ayuso forzando al máximo un choque de trenes y desobedeciendo al Ministerio sobre el acuerdo para confinar Madrid y otros municipios, que horas antes se había verbalizado en la reunión entre las dos administraciones. ¿Hasta dónde estaba dispuesta a llegar Ayuso?
Doce horas después al final ha ganado el pulso Illa: Ayuso ha reconocido que cumplirá la orden aunque ha anunciado que la llevará a los tribunales. El Gobierno central se impone. Algo que en cierta manera buscaba también Ayuso para hablar de imposiciones. Y ahora el PP empieza a desplegar sus argumentos para intentar tapar los giros desquiciantes de Sol durante estas horas: “La mala no es Ayuso, es Illa”, insisten fuentes de la dirección del PP.
Los populares argumentan ahora en privado que Ayuso “siempre ha dicho lo mismo”: no quieren dejar en evidencia ahora este cambio. “¿Cómo no va a cumplir las leyes? Otra cosa es que no estemos de acuerdo”, señalan desde el PP.
Las fuentes insisten en que la decisión del Gobierno “se basa en una mentira”. Y desde Sol se insiste en que nunca se llegó a firmar ningún papel en la reunión previa. Lo que sí es cierto es que ese preacuerdo fue filtrado desde el propio Ejecutivo regional. Pero los populares extienden: “El Gobierno ha mentido, tenía un texto que parece redactado de antemano y media España no está a favor”.
“El Gobierno impone una decisión”, subrayan las fuentes. Esta idea va con la que quiere transmitir desde hace días Madrid: la culpa de cerrar Madrid es de Moncloa. Hasta el último momento se ha resistido y se ha jugado con el confinamiento por barrios, mientras Illa presionaba para hacerlo a toda la capital y otros nueve municipios.
Una de las personas de confianza de Ayuso la defiende así: “Cumples mientras usas las herramientas del Estado de Derecho. Y si lo recurres, hay que esperar a que se pronuncie justicia”.
“Este Gobierno no está en rebeldía, esta Comunidad no está en rebeldía, ha dicho Ayuso en su paso atrás durante la sesión de control en la Asamblea de Madrid, por eso cumplirá “estrictamente la orden”, pero irá a los tribunales para “defender los intereses legítimos madrileños”. Una herramienta política que no es nueva, ya que Sol fue al Supremo para impugnar la decisión sobre las fases de la desescalada.
Ayuso también se ha visto envuelta en las últimas horas en ese espíritu frentista de Puigdemont, coincidiendo además con el tercer aniversario del 1-O, y camino de un 155. Ha intentado desvincularse de esa imagen tras el revuelo diciendo este jueves que acatará “todas las órdenes” porque no es “como sus socios independentistas”.
Illa habló de que se publicaría en días la orden, pero tras ver el desafío de Madrid no le tembló el pulso: estaba en el BOE a primera hora señalando que era de cumplimiento obligatorio para todos. Esa decisión ya fue notificada anoche a las autonomías (que deben ser las que ejecuten) y previsiblemente debe entrar en vigor 48 horas después de esa notificación.
Ahora toda la culpa debe ser para Sánchez, especialmente la económica. Es lo que piensan en el PP, que ha hecho de Madrid su símbolo de motor económico y de bajada de impuestos - un paraíso fiscal según han denunciado a lo largo de estos años varias autonomías-. Alfonso Serrano decía en la Asamblea que el PSOE y el Gobierno de coalición quieren “asfixiar” a los madrileños.
Otra de las claves repetida en público y en privado por los populares es la “prisa” del Gobierno central para imponer medidas, mientras que ellos seguían pidiendo que hubiera negociación y diálogo. La lectura que hacen desde el otro lado es que Sol aguantaba todo lo que podía para que las duras restricciones llegaran desde Moncloa. Los populares ya hablan de “consecuencias catastróficas para Madrid y el resto de España” en materia económica. Y no paran de ahondar en que no hay “criterios objetivos” para intentar transmitir la idea de que es una obsesión del Gobierno con Madrid por ser del PP.
Por cierto, Andalucía votó en contra de la orden también, haciendo piña con Galicia, Madrid, Murcia y Cataluña, pero su presidente, Juanma Moreno, ha dado otro giro este jueves y ha dicho que no recurrirá ante los tribunales.
Ayuso deja en unas horas Rebelde Way… y ahora quiere ser la protagonista de The good fight.