Ayuso busca fama internacional: del lobby ultraliberal de Milán a meterse con el papa Francisco en EEUU
La presidenta de Madrid se vende fuera con un discurso muy ideológico, criticando a Sánchez y siempre pensando en su futuro
A Isabel Díaz Ayuso se le ha visto poco últimamente por la Puerta del Sol. Su vida a la madrileña… ahora busca expandirse fuera de las fronteras. Dice que quiere vender la Comunidad allende las fronteras pero busca titulares de todo tipo fuera y quiere potenciar su imagen para lo que pueda pasar en el futuro.
A nadie en su partido le ha pasado desapercibida la estrategia internacional que quiere desplegar Ayuso, cuyo equipo ha movido sus hilos, ha preparado con tiempo las visitas y ha cuidado con mimo los detalles. La presidenta ha elegido dos destinos durante este mes de septiembre: Milán y Estados Unidos. Nada está escogido al azar, e incluso le ha dado igual la convención itinerante de su partido (este miércoles es la parada en Madrid y ella no estará, aunque adelantará un poco su viaje para estar el fin de semana en Valencia).
Su plan pasa oficialmente por buscar inversiones para la Comunidad de Madrid, pero le está sirviendo para acercarse a grupos financieros y lobbies ultraliberales, además de medios de comunicación. Su hoja de ruta: vender una comunidad liberal, criticar duramente al Gobierno central, meterse de lleno en la guerra cultural y utilizar el extranjero para anunciar incluso medidas sobre el covid.
La tournèe arrancaba el 14 de septiembre en Milán, donde fue a recoger un premio. ¿Pero de quién? Se trataba de la Llama de la libertad, del Instituto Bruno Leoni. Es un think tank de carácter ultraliberal, que nació en el año 2003 para promover “ideas para el libre mercado” con clara inspiración de los laboratorios liberales anglosajones. Entre sus actividades está la elaboración de estudios e informes, la publicación de artículos y la organización de conferencias y seminarios, a los que suelen invitar a personajes más allá de Italia.
De hecho, vende también su amplia red de contactos en otros países con otros think tanks. En ediciones anteriores premió, por ejemplo, al escritor Mario Vargas Llosa y al líder de la oposición venezolana, Leopoldo López, dos figuras muy cercanas al Partido Popular español.
Y, además, a su paso por allí evidenció su obsesión por los medios de comunicación, dando una entrevista al Corriere della Sera, donde se definió como una Margaret Thatcher pero “más generosa, a lo Don Quijote” y dijo que no optaba a La Moncloa.
Ahora Ayuso se encuentra desde el sábado pasado en EEUU, una gira a la que le dan la máxima importancia en su entorno y que planificó sin tener en cuenta la convención del PP, la gran semana de Pablo Casado para presentarse como alternativa de Gobierno.
De hecho, en un primer momento ni iba a acudir, pero tras las tensiones con Génova ha decidido adelantar la vuelta para estar el sábado en el cónclave en Valencia. Eso sí, deja la imagen de ausencia de este miércoles, cuando ha recalado en Madrid este tour. La dirección nacional ha decidido que el gran protagonismo lo tenga el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, el hombre con el que juegan en la balanza y cuya imagen se ha potenciado de cara al congreso regional ante las prisas y órdagos de la presidenta.
Ayuso habla de inspiración en Thatcher pero su modelo más cercano es el de Esperanza Aguirre, a la que siempre le ha pirrado el mundo anglosajón y reivindicaba siempre sus relaciones con políticos británicos y norteamericanos. La expresidenta durante una conferencia en la Cámara de los Comunes llegó a decir: “Soy una anglomaníaca”.
En EEUU Ayuso está desplegando una actividad en varios sentidos: contactos con grupos de inversión, reuniones con medios de comunicación y titulares de guerra cultural para llamar la atención. La presidenta ha cruzado el charco para llegar a decir frases que han dejado ojipláticos a muchos, con reminiscencias trumpianas, como “el indigenismo es el nuevo comunismo”.
Y lo que nadie se esperaba es que ella, que confesó que en campaña se había vuelto más religiosa y que le emocionaba que la gente rezara por ella, se fuera a meter con el mismísimo papa Francisco. La presidenta madrileña decía desde Washington que le sorprendía que el pontífice, “un católico que habla español, hable así a su vez de un legado como el nuestro, que fue llevar precisamente el español, y a través de las misiones, el catolicismo y, por tanto, la civilización y la libertad al continente americano”. Todo ello después de la carta de Francisco enviada a México, con motivo de los 200 años de la independencia, en la que pedía perdón por los “pecados” cometidos por la Iglesia. La posición de Ayuso va en sintonía con la de sus socios de la ultraderecha de Vox, también muy críticos con el papa.
Ayuso, que en algunas entrevistas ha dicho que Isabel la Católica es una inspiración, lleva como relato estos días en EEUU que se está intentando levantar otra “leyenda negra”: “deshacer el legado de España y promover ese indigenismo por el que pretende que los ciudadanos, a través de las revoluciones y la desinformación, se unan a un proyecto que solo trae más miseria y pobreza”.
Ayuso ha aprovechado el viaje para reunirse con inversores y los ha utilizado luego antes los medios para lanzar críticas contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Según la presidenta, “ven, sobre todo, como un freno directo la política impositiva que tenemos en el país, el Impuesto de Sociedades, también las dificultades para adquirir el visado para inversores y estaban preocupados por las tarifas de la luz”. “Ven desde fuera algunos de estos problemas como frenos para invertir en Madrid”, decía en Nueva York. Entre los proyectos que vende están Madrid Nuevo Norte o las nuevas obras del Canal.
Además, explicaba: “Nos han dicho que son mucho más atractivos ahora mismo algunos de los incentivos fiscales en países como en Portugal, que es un gran competidor de España en estos momentos. Lo trasladaré al Gobierno como parte del resumen del viaje. Les interesa muchísimo Madrid, pero ven este freno”.
Para volver contra Sánchez: “Hay que tener en cuenta que el 60% de las grandes multinacionales están en la Comunidad de Madrid y el 75% de inversión extranjera. Y por eso, si la política fiscal del Gobierno es de subir impuestos, la primera perjudicada es la Comunidad de Madrid. Entonces vamos a intentar defender que flexibilicen el mercado, que bajen impuestos y que tengamos una política fiscal más atractiva”.
Sobre sus reuniones con inversores en Wall Street también ha comentado: “Esto es ir sembrando. De repente prende la mecha y ya los inversores empiezan a materializar estas inversiones. Al principio les cuesta, necesitan escuchar esta forma que nos hemos dado en Madrid, de confianza en el inversor, en los proyectos, en la iniciativa privada, sin complejos. Esto es sembrar para el futuro”. Se ha sentado con representantes de fondos como BlackRock, Compass Group, Van Eck y Greylock.
Tampoco podían faltar Cuba y Venezuela durante sus discursos, dos temas sobre los que habló en su reunión del martes con el secretario general de la Organización de los Estados Americano (OEA), Luis Almagro, en Washington. “Tenemos que defender el Estado de Derecho”, señaló a los medios en referencia a estas dos naciones. En la capital de EEUU también ha buscado el respaldo de Susan Segal y el Council of Americas, una organización empresarial que tiene como objetivo impulsar el libre mercado.
En su objetivo por captar la atención siempre están los medios de comunicación. En sus ruedas de prensa allí han sido los españoles los que han acudido principalmente, pero ha mantenido reuniones con el director de opinión de The Wall Street Journal y con la cúpula de Bloomberg, posando luego sonriente con su CEO, Michael Bloomberg.
Ayuso quiere fama internacional (o lo intenta) mientras Casado recorre España.