Ayuso, devuelve las viviendas al pueblo
Otra razón más para no votar a la derecha.
Fue en el año 2013 cuando la derecha madrileña malvendió, por debajo del precio de mercado, casi 3.000 viviendas sociales y públicas al fondo de capital riesgo Goldman Sachs-Azora.
Gobernaba la Comunidad de Madrid en aquel entonces Ignacio González, investigado por la operación Lezo. Y gobernaba bajo la sombra de Esperanza Aguirre, que, a su vez, accedió unos años antes a la presidencia del Ejecutivo madrileño a través del tamayazo.
También por aquel entonces Santiago Abascal —hoy líder de la escisión ultra del PP— era gestor de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social, dependiente de la Comunidad de Madrid. En 2013 cobró por sus servicios al frente de dicho chiringuito un total de 82.491 euros del erario público, a pesar de que presentó un informe de gestión sin actividad reconocida.
En aquella época, el PP recortó en toda España, en Madrid especialmente, toda inversión pública en vivienda. Y aprovechó el vendaval de la crisis inmobiliaria, no para apoyar a las familias ni proteger el patrimonio público, no para defender la titularidad pública de las viviendas sociales a precios asequibles, sino para favorecer a los que se denominaron popularmente como fondos buitres.
Con estas políticas de vivienda, el PP de Mariano Rajoy, Luis Bárcenas, Esperanza Aguirre, Ignacio González y Santiago Abascal —hoy escindido— abocó a la sociedad española a la mayor ola de desahucios de la historia de España.
Es importante que no olvidemos este dato fundamental, porque esta realidad ilustra de forma evidente cuál es la manera en la que la derecha concibe la política: frente a una crisis, frente a la pobreza y la desesperación de la gente, malvendieron las viviendas del honorable pueblo de Madrid a un grupo de inversión que tan solo quería obtener lucro. Y lo hicieron por debajo del precio del mercado. Acto seguido, los nuevos propietarios subieron las rentas del alquiler, multiplicando el precio y comenzó un enorme calvario para los inquilinos, muchos forzados a pagar más de 10 veces lo que pagaban antes por sus viviendas. La mayoría finalmente fueron desahuciados tras verse incapaces de afrontar los pagos.
Toda la izquierda denunció este descarado intento de agredir al pueblo de Madrid que la derecha perpetró de forma deliberada y consciente. La sociedad civil, las plataformas de defensa de la vivienda pública, las asociaciones antidesahucios, los partidos políticos a los que sí les importa España y los españoles, los sindicatos, y los propios inquilinos emprendieron infinidad de batallas políticas y legales para revertir la situación.
Finalmente, en septiembre de 2020, el Tribunal Supremo tumbó la decisión de la derecha madrileña y obligó a la Comunidad de Madrid a recuperar estas viviendas sociales. Fue gracias a la lucha incansable de un inquilino afectado, y de su abogado, que se consiguió la histórica sentencia tras años de litigio judicial contra la Comunidad de Madrid.
En esta larga batalla judicial, los diferentes equipos de gobierno de la Comunidad de Madrid, todos liderados por el PP, han peleado como si les fuera la vida en ello para impedir que los jueces sentenciaran que la venta había que revertirla. El PP interpuso recursos de forma incansable y reiterada, con las mismas ganas que usaron cuando golpearon el disco duro del ordenador de Bárcenas con un martillo.
De nada les ha servido. Los jueces han hablado: el pueblo tenía la razón, los gobernantes de la derecha, no.
Aún hoy tratan de poner excusas y se niegan a cumplir con la sentencia judicial que les obliga a recuperar las viviendas del pueblo para que el pueblo pueda acceder a dichas viviendas a precios asequibles.
Estoy segura de que si vives en Madrid tienes muchas razones para no votar a la derecha el próximo 4 de mayo. Te ruego que consideres incluir el relato que te acabo de contar en tu lista de razones. El próximo 4 de mayo, cuando introduzcas tu papeleta en la urna, recuerda que, si ayudas a desalojarlos del Gobierno de la Comunidad de Madrid, estarás también contribuyendo a que por fin estas viviendas se devuelvan al pueblo.
Porque, que no te engañen, esta derecha que tanto habla de España, en su corazón solo tiene una bandera: la de Suiza, y con el logotipo de Goldman Sachs bordado en oro. Y la izquierda, con todos sus errores y contradicciones, te lo aseguro, a quien tiene en su corazón es a los españoles.