Cómo ayudar a alguien que está sufriendo depresión por primera vez en su vida
Hay ciertas habilidades universales que todo el mundo puede adoptar.
La depresión es uno de los problemas de salud mental más comunes del mundo. Se estima que afecta al 5% de los adultos en todo el mundo. Además, la pandemia de coronavirus ha provocado un aumento del número de personas que sufren depresión y ansiedad.
Aunque esta enfermedad puede afectar a niños y adultos por igual, la edad media a la que se desarrolla es a mediados de la veintena. Cuando se da, pueden aparecer episodios repentinos y confusos que parecen insuperables, sobre todo si es la primera vez.
Tener una red de apoyo sólida puede ser clave para un buen tratamiento y una posterior recuperación. Sin embargo, en ocasiones, muchos familiares, amigos y compañeros de trabajo no tienen ni idea de cómo ayudar, por muy buenas intenciones que tengan.
Si buscas formas concretas de apoyar a un ser querido que sufre depresión por primera vez en su vida, presta atención a los consejos de los expertos:
Desreen Dudley, psicóloga clínica de la plataforma virtual Teladoc, señala que es importante dar el primer paso de “informarte sobre la depresión clínica, sus síntomas, causas y tratamiento” cuando un ser querido está sufriendo esa enfermedad mental.
Lo primero es aprender que hay una diferencia abismal entre estar triste y sufrir depresión.
“La depresión se diferencia de la tristeza en que es un trastorno mental clínico que engloba una serie de síntomas que afectan de forma significativa a la forma en que una persona se percibe a sí misma, a los demás y a su entorno”, explica Meghan Watson, psicóloga en Alkeme Health.
La tristeza no es más que un síntoma de la depresión. Otros síntomas frecuentes son fatiga, desesperanza, cambios en los patrones de sueño y de apetito, pensamientos suicidas, falta de interés en otras actividades e incluso dolor físico, normalmente en forma de dolores de cabeza. Watson explica que los episodios de depresión pueden variar mucho de una persona a otra en función de su “historial, sus hábitos y su entorno”.
Además de informarte sobre la depresión clínica, el simple hecho de escuchar a esa persona puede aliviar los sentimientos de soledad que a menudo van de la mano de los problemas de salud mental.
“No hace falta tener estudios para saber escuchar”, explica Dudley, quien añade que es importante ser consciente de que no siempre es bueno dar consejos ni ofrecer soluciones.
Al escuchar sin juzgar, fomentas un espacio en el que tu ser querido se siente seguro hablando de emociones que no le resultan familiares.
Las conversaciones sobre salud mental y depresión pueden ser complicadas. Es normal que no siempre sepas cómo responder o qué hacer cuando alguien está viviendo su primer episodio de depresión, sobre todo si también es tu primera vez en esa tesitura. No obstante, los expertos insisten en que no digas tópicos como “es solo una fase” o “sé más positivo”, ya que hacen más mal que bien.
“Estos tópicos me dolían porque restaban valor a lo que yo pensaba y sentía en ese momento”, sostiene Douglas Hulst, especialista en apoyo de la Depression and Bipolar Support Alliance, recordando su primera vez.
“Algo que me habría hecho sentirme más respaldado es oír que lo que me estaba pasando es muy común”, comenta Hulst. “Lo más importante es asegurarle a la persona con depresión que no está sola, pero sin perder de vista que su caso concreto es único”.
Hulst también explica que puedes apoyar a una persona con depresión simplemente diciéndole: “Estoy aquí para escucharte o ayudarte a encontrar la ayuda que necesites”.
Apóyale planificando actividades o simplemente estando presente
Si notas que un ser querido con un episodio de depresión se empieza a aislar más de lo habitual, Dudley recomienda “invitarle a las actividades que vayas planificando”. En función de sus necesidades, puede ser simplemente dar un paseo o ir a tomar un café.
En ocasiones, hacer cualquier cosa durante un episodio de depresión se hace demasiado cuesta arriba, ya que la depresión es agotadora física y mentalmente. Gestionar síntomas como la mala calidad del sueño o un episodio de depresión por primera vez, además de seguir realizando las tareas del día a día, puede pasarle factura a tu salud. Watson explica que “ofrecer un apoyo tangible” a un ser querido como ayudarle con sus tareas del hogar o hacer la comida es una forma de quitarle grandes pesos de encima.
“Las tareas de autocuidado son especialmente duras cuando estás en medio de un episodio de depresión, de modo que sé concreto en tu forma de apoyarle, aunque no quiera hablar o aunque no sepas qué decir”, propone Watson.
Una forma de ayudar a una persona con depresión es cuidarte a ti mismo para poder estar más presente a largo plazo.
“Ponte unos límites claros de lo que puedes y lo que no puedes hacer para ayudar”, advierte Watson. “Sé sincero y explícale que, aunque no sepas cómo ayudar en una situación determinada, estás abierto a escuchar y aprender”.
Hay muchas formas de estar presente para una persona que está sufriendo depresión, pero no hay forma de sustituir la atención médica profesional. Aunque no deberías presionar a ese ser querido, sí que deberías animarle a buscar ayuda profesional. Incluso puedes ayudarle a buscar opciones.
Teniendo en cuenta las estadísticas, es casi seguro que has conocido o vas a conocer a alguna persona con depresión a lo largo de tu vida, o es posible que seas tú la persona afectada.
Por suerte, puedes prepararte para ayudar a personas con depresión mucho antes de que sufran ese problema de salud mental. Tómate tu tiempo para informarte sobre la depresión. Mantén conversaciones sobre la salud mental y el estigma. Analiza tu propia salud mental y aprende a escuchar cuando estés con amigos.
Cada red de apoyo es distinta, pero hay ciertas habilidades universales que todo el mundo puede adoptar.
“La depresión afecta a millones de personas. No es algo de lo que haya que avergonzarse. Es parte de la experiencia humana”, concluye Hulst.
Este artículo fue publicado en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.