¡Ayuda! Mi pareja ya no me pone
Darte cuenta de que ya no te atrae tu pareja es confuso, sobre todo si este sentimiento aparece de la nada.
Pongámonos en situación. Llevas un tiempo en una relación —meses o incluso años— y todo marcha bien. Pero un día te das cuenta de que ya no te atrae tu pareja.
¿Quizás te has acomodado demasiado? ¿O quizás hay algún rencor acumulado? Cuando ocurre algo así, puedes sentirte confuso, sobre todo si este sentimiento aparece de la nada.
Si a ti también te pasa esto, no estás solo.
Jo Coker, psicoterapeuta sexual del College of Sexual and Relationship Therapists, asegura que hay muchos motivos por los que una pareja que empieza muy enamorada puede perder esa atracción con el tiempo.
La buena noticia es que es posible recuperar la llama del principio. A continuación, Coker explica algunos de los motivos por los que puedes haber perdido ese interés en tu pareja y cómo abordar el problema. También explica cuándo es el momento de pasar página.
“La comunicación es la piedra angular de una buena relación. Cuando esta desaparece, la relación puede parecer vacía y puede hacer que cada miembro se sienta solo, sin importancia para el otro, lo que disminuye la atracción. Todos llevamos una vida muy ajetreada y tu pareja quizás no se da cuenta de que tiene que dedicar tiempo y espacio para hablar. O puede pasarte a ti, así que aparta la vista de la pantalla del móvil y del ordenador y saca tiempo de donde sea para compartir tu día con tu pareja.
“Muchas parejas se olvidan de hablar de sus objetivos y luego se preguntan por qué su pareja no está de acuerdo con ellos. Así que comunica tus esperanzas, deseos y sueños. Habla sobre cómo veis vuestra vida juntos. Es algo que forma parte de tu vida de pareja y es una forma de demostrar que la otra persona te importa”.
“El resentimiento es un problema común en muchas relaciones, pero si no se aborda, puede evolucionar en irritación y molestia. Puede ser tan simple como guardar rencor por no colaborar suficiente en las tareas domésticas o algo tan grave como una infidelidad, pero nada daña tanto una relación como el propio resentimiento”.
“La comunicación es la clave: si quieres que algo cambie pídelo, no esperes que tu pareja te lea la mente; expón tu queja e intenta encontrar una solución. Prepárate para llegar a un acuerdo, porque no se trata de ganar o perder ni de todo o nada, sino de encontrar soluciones viables”.
“Obviamente, si no te comunicas y te guardas el rencor, tu pareja se vuelve menos atractiva para ti. Además, cuando las parejas tienen una relación larga, a veces dejan de esforzarse y de prestarse atención.
“Así que no te olvides de arreglarte, de organizar veladas nocturnas y de sorprender a tu pareja. Si vivís juntos, intentad llegar a una cita nocturna por separado. Eso le añade emoción”.
“Con la emoción inicial de la nueva relación podemos pasar por alto problemas de compatibilidad de los que te das cuenta más adelante a medida que avanza la relación, o incluso puedes llegar a pensar que puedes cambiar a la otra persona para que esas incompatibilidades desaparezcan. A veces la incompatibilidad puede ser imposible de ignorar, pero debéis hablarlo para ver si es factible comprometeros a hacer ajustes.
“Además, a medida que la relación avanza, la vida puede repartir nuevas cartas, como una enfermedad o un despido, que pueden cambiar a una persona. A veces, estos acontecimientos pueden provocar un distanciamiento demasiado grande para mantener la relación. Antes de tomar una decisión, recurrir a ayuda profesional puede ayudaros a ver la situación con más claridad”.
“A menudo, tras la emoción inicial, una relación se asienta en la costumbre, pero eso no tiene por qué significar que vivas una vida aburrida. Salid de viaje y haced planes, porque si no, no se van a hacer solos. No tiene por qué ser algo caro; un paseo por la nieve y un picnic de invierno pueden ser planes maravillosos que reforzarán vuestra conexión por la experiencia compartida”.
“A veces una relación solo está destinada a ser una experiencia breve. Tal vez nació en la lujuria y la atracción y no en el amor, o las intenciones de ambos estaban muy desequilibradas. Puede que amaras a alguien que realmente no merecía tu amor. Quizás lo que te gustaba era estar en una relación, no necesariamente con esa persona. Aunque sea doloroso, no es el fin del mundo y pasar página puede ser lo mejor”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.