Aumenta la tensión entre Canadá y China tras la condena a muerte de un canadiense por tráfico de drogas
El caso, en medio del escándalo Huawei.
Un tribunal chino ha condenado este lunes a la pena de muerte a un canadiense acusado de tráfico de droga, al cabo de un nuevo proceso, en una decisión que se produce en medio de una crisis diplomática entre Pekín y Ottawa.
Robert Lloyd Schellenberg, de 36 años, que había sido condenado en primera instancia a 15 años de prisión, había clamado su inocencia durante el juicio.
"El tribunal rechaza totalmente las explicaciones y la defensa del acusado, porque contradicen los hechos", ha señalado el juez al pronunciar el veredicto en una sala de audiencias repleta, donde había unos 70 observadores, entre los cuales se encontraban diplomáticos canadienses y tres periodistas extranjeros, entre ellos uno de la agencia AFP.
"Es muy preocupante para nosotros como gobierno, así como debería serlo para todos nuestros amigos y aliados internacionales, que China haya decidido arbitrariamente aplicar la pena de muerte en casos como este, de un canadiense", ha reaccionado el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Unas horas más tarde, el gobierno de Ottawa ha hecho un llamado oficial a los canadienses que viajen a China para que "tengan una gran prudencia" ante el "riesgo de aplicación arbitraria de leyes locales".
Esta sentencia llega en un momento en que las relaciones bilaterales sino-canadienses son tensas debido a la reciente detención en Canadá —a solicitud de Estados Unidos— de una directiva del gigante chino de telecomunicaciones Huawei.
Robert Lloyd Schellenberg ha respondido afirmativamente cuando el juez le ha preguntado si entendía la sentencia, que puede apelar.
Sentenciado en primera instancia en noviembre a 15 años de prisión y a pagar una multa de 150.000 yuanes (unos 19.000 euros), el acusado había apelado. Pero esta iniciativa se ha vuelto en su contra, puesto que el Tribunal Supremo de la provincia de Liaoning (noreste) ha considerado el veredicto demasiado "indulgente" por la gravedad de los hechos imputados al canadiense.
"No soy un traficante de drogas, vine a China a hacer turismo", ha afirmado Schellenberg este lunes después de su juicio.
Los fiscales chinos acusaban a Robert Lloyd Schellenberg de formar parte de una banda que tenía previsto enviar 222 kg de metanfetamina a Australia, escondidos en pastillas de plástico dentro de neumáticos.
La revisión de los juicios es muy inusual en China, especialmente los que terminan en penas más severas. Oenegés de defensa de los derechos humanos ponen en entredicho la independencia de los tribunales y afirman que están bajo influencia del Partido Comunista en el poder.