Los artífices del 'milagro' de Asturias con el coronavirus: "Tomamos medidas rápidas con pocos casos"
El Principado ha estado durante 25 días sin tener ningún positivo de covid-19.
Asturias rompió este martes la racha de 25 días sin diagnosticar un positivo en su territorio. Sin embargo, la comunidad se ha convertido en el ejemplo a seguir con una gestión sanitaria que ha llevado al territorio a la cifra deseada de cero nuevos contagios durante más de tres semanas de manera ininterrumpida.
Los responsables sanitarios del milagro asturiano tenían claro que el cero que aparecía en su casillero de nuevos contagios en el informe de Sanidad era algo temporal y que, más tarde o más temprano, iba a regresar el virus.
“Vamos a tener casos y hay que tener cuidado. También tenemos claro que el sistema está preparado porque hemos aprendido mucho a lo largo de este tiempo y hemos puesto en marcha una alerta en centros de salud u hospitales. Saben que ante un caso sospechoso hay que tomar una PCR y comunicarlo de urgencia”, asegura Ismael Huerta, el jefe de Servicio de Vigilancia Epidemiológica del Principado de Asturias.
La misma opinión tiene Sergio Valles, responsable de la dirección general de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria del Principado: “No tengo ninguna duda de que vamos a tener más casos, pero tendremos que evitar que se nos conviertan en un brote grande y, de conseguirlo, habría que intervenir para frenar la transmisión comunitaria”.
Tanto ambos como Concepción Saavedra, directora gerente del Servicio Público de Salud (SESPA), y el resto de los responsables se encargan de repetir una y otra vez la importancia de cumplir las normas básicas para evitar que los positivos aumenten, especialmente ahora con la llegada del turismo. “Tiene que haber civismo, corresponsabilidad y un buen comportamiento, eso ha hecho que el virus no haya tenido la incidencia que en otras comunidades”, asegura Valles.
El positivo, aislado
El positivo, como informan desde la consejería de Sanidad, es un hombre que regresó de Cataluña y que se encuentra aislado, con pocos síntomas, en su domicilio. El Servicio de Vigilancia, con sus 30 rastreadores, ya se ha puesto manos a la obra para detectar los contactos, aunque presumiblemente no ha tenido ninguno estrecho.
Pero, ¿qué ha llevado a Asturias a estar durante 25 días sin positivos y a tener una de las cifras más bajas de muertos por 100.000 habitantes pese a tener el índice de envejecimiento más alto de España?
“Somos pequeñitos y manejables, estamos un poco aislados y sin grandes movimientos de personas. Por esa razón nos llegó un poco más tarde la onda epidémica. Ya estábamos viendo lo que sucedía en Madrid, de donde vinieron los primeros positivos, así que tomamos medidas rápidas con pocos casos”, describe Huerta.
El 26 de febrero se reunieron los responsables sanitarios para hablar de los equipos de protección individual (EPIs) y de los protocolos. También elaboraron un plan de contingencia que distribuyeron en las ocho áreas de salud que tiene el Principado para reorganizarlas y dar las instrucciones precisas y cerraron los centros educativos días antes del decreto del estado de alarma.
Saavedra cuenta que únicamente dejaron en la parte asistencial lo que era “urgente y no demorable”, ya que el resto se destinó a pacientes con coronavirus. “Hubo una zona de triaje y un doble circuito tanto en atención primaria como en la hospitalaria, separamos hospitales. Al principio solo íbamos a usar el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), pero después tuvimos pacientes confirmados en cuatro hospitales, que son los que tienen UCI”.
Asturias solo tiene 676 de los más de 52.000 sanitarios contagiados desde que empezó la crisis en toda España. Parte de la culpa de este buen dato la tiene una medida que se tomó en esa reunión de febrero: “Adelantamos los pedidos que nos llegaban mensualmente de varios meses para ver qué sucedía. Eso nos permitió entrar en el mercado internacional más tranquilos. Ahora estamos pendientes de pedidos, pero esperamos tener en septiembre material para todo lo que queda de año y una reserva estratégica para tres o cuatro meses más”.
Como en el resto de España, también se contrató más personal para los centros médicos y para las líneas telefónicas dedicadas al coronavirus. “En el Centro Coordinador de Urgencias, el SAMU, se llegó a cuatriplicar la plantilla”, concreta.
Además, montaron tres hospitales de campaña (en Oviedo, Gijón y Avilés) y colocaron 144 camas que en un pabellón del recinto ferial de Gijón, que nunca llegaron a utilizar durante el apogeo de la primera oleada. Para darles uso, los hospitales los destinaron a un primer triaje y a un autocovid donde realizar pruebas desde el coche.
Una gran capacidad para hacer test
Asturias, con casi 130 test, es la segunda autonomía con el número más alto de test PCR por cada 1.000 habitantes, solo por detrás del País Vasco. En cambio, en Andalucía no se superan los 35 por el mismo número de personas.
Sumando todos los tipos diferentes de pruebas, la cifra en Asturias asciende a más de 213 por cada millar de personas, más del doble que la media en España, que se queda en poco más de 90.
“La capacidad diagnóstica ha sido muy alta y ha sido clave. Uno de nuestros laboratorios de virología, el del HUCA, es bastante puntero a nivel mundial y a partir de marzo ya empezamos a hacer muchos test. En ese momento ya teníamos a los microbiológos y virólogos de ese laboratorio haciendo tres tandas de PCR al día, que nos daba unos mil test diarios. Luego los fuimos aumentando y ahora con más centros tenemos una capacidad de unos 2.000”, apunta Huerta, que destaca la potencia de esas cifras.
“La ventaja que tuvimos es que por menos de 5 euros teníamos una prueba PCR que hacíamos nosotros. Fue una suerte”, reitera Saavedra.
A finales de enero ese equipo de virólogos ya estaba trabajando en la fabricación de un test PCR propio que les permitió no tener que depender de los mercados internacionales, señala el experto epidemiólogo, que mantuvo tanto él como su equipo contacto en todo momento con el departamento de Fernando Simón.
Esa capacidad de hacer test PCR les sirvió para que, por ejemplo, se hicieran 600 pruebas en alguna residencia de mayores. “En cuanto se detectaba un caso se hacían pruebas al momento casi. Estamos hablando de que algunas tienen 400 residentes y 200 trabajadores. De esta manera se clasificaban a los residentes y se aislaban, igual que a los trabajadores. Sin esa capacidad de hacer test habríamos tenido más problemas”, concreta Valles.
Esa posibilidad de hacer test masivos y la decisión de los responsables hizo que incluso se llegaran a saltar el protocolo original: “Al principio, el tema era cuáles eran las áreas de transmisión, que eran China y luego Italia. Nosotros vimos transmisión en zonas de España y empezamos a hacer test a personas que llegaban de esas zonas y tenían síntomas. Se fueron adaptando los protocolos, pero nosotros sí lo planteamos un poco antes de que se cambiara”.
Sin embargo, Huerta sí que da su apoyo al polémico método para registrar los casos y los fallecidos, así como a confinar determinados municipios o zonas concretas.
“La información no te viene, se genera en los laboratorios que son los que diagnostican los casos de las personas que pasan por los centros de salud. A partir de esa información, tienes que buscar el resto. En cuanto a los fallecimientos hay que tener claro que puedes saber los que hay en los hospitales pero fuera también los tienes que buscar o establecer un sistema para que te lo comuniquen y los de una residencia a veces te lo comunican y a veces no. Luego tienes que ir con algunos casos uno a uno para saber en qué acabó. Se hizo lo que se podía hacer, que es conseguir la información que tenías disponible”, asegura el experto asturiano.
Huerta también muestra su preocupación de cara a la llegada del turismo a Asturias y, especialmente, a las “fiestas y eventos cerrados que puedan generar un rebrote”.
Control en las residencias
Valles, junto a todo su equipo y la consejería de Bienestar Social, se encargó de los más de 13.500 ancianos que viven en las residencias de mayores y de proporcionar una mejor atención a las familias de los ingresados.
Este ovetense destaca que la clave del éxito fue, de nuevo, “la previsión y la agilidad en la toma de decisiones”. Cerraron todas las residencias día 12 de marzo e incluso llegaron a medicalizar seis convirtiéndolas en pseudohospitales con personal, material y protocolos especializados. De hecho, llegaron a publicar su guía el 4 de marzo, antes que el Gobierno central.
Además, están en plena segunda ronda de su particular estudio de seroprevalencia en las residencias. La primera la hicieron en pleno mes de abril, con el pico, y ahora están haciendo una segunda en la que, hasta este martes, han dado todos negativo.
Los tres confían en que no haya grandes rebrotes y en que Asturias vuelva a ser zona libre de covid-19.