Así se fabrican los coches más vendidos en España
La fábrica de Seat en Martorell produce 2.400 vehículos al día.
Si un coche circula desde Barcelona unos 30 kilómetros hacia el interior de la Península por la A-2, se encuentra uno de los emblemas de la industria española. La localidad catalana de Martorell acoge desde hace 25 años la fábrica de automóviles más importante del país. Cada día salen de sus instalaciones unos 2.400 coches.
Se trata de la factoría de Seat en Martorell, la planta que produce más coches en España, que es el segundo país fabricante de Europa, después de Alemania, y el noveno a nivel mundial. El año 2017 se produjeron 455.470 vehículos en este lugar. Y no para de crecer.
Las ventas de coches de esta marca han aumentado en 2018 hasta alcanzar los 517.600 vehículos, un 10,5% más que en 2017 (468.400). Se trata del mayor volumen de ventas en los 68 años de historia de la marca, según cuenta la empresa.
El coche más vendido de España, el Seat León, también se fabrica allí. Recientemente, la Guardia Civil ha adquirido 249 unidades de este vehículo para ampliar su flota. Todos ellos, pintados con los colores verde y blanco, salieron de la factoría catalana.
Esta compañía automovilística tiene 14.700 trabajadores (unos 12.500 solo en Martorell), supone el 0,8% del producto interior bruto de España y un 2,8% de las exportaciones. Seat vende sus coches en unos 80 países. Un 22% de sus ventas hasta octubre del año pasado han sido en Alemania, su principal mercado. Le siguen España, con un 21%, y Reino Unido, con un 12%.
El complejo industrial de Martorell impresiona desde el primer momento, especialmente por sus dimensiones. El HuffPost ha podido conocer estas instalaciones en una visita organizada para medios.
El rey emérito Juan Carlos inauguró esta fábrica en 1993. Entonces tenía una superficie de 404.000 metros cuadrados. Sin embargo, ahora las instalaciones de Seat han crecido hasta ocupar más de 2.800.000 metros cuadrados, lo que equivaldría a 400 campos de fútbol.
Un coche cada 35 segundos
La planta de Martorell es capaz de producir 2.400 vehículos al día. “Cada 35 segundos sale un coche de la fábrica”, explica Ramón Casas, gerente.
La planta está dividida en tres líneas de producción. La primera, que cuenta con tres turnos de trabajadores, fabrica cada día 1.100 unidades de los modelos Arona e Ibiza. Casas se ocupa de la segunda línea, que produce 750 vehículos del modelo León. Bajo su mando están 1.200 personas divididas en dos turnos de trabajo. Esta línea acogerá dentro de pocos a los nuevos híbridos enchufables de la firma automovilística. Finalmente, la tercera línea produce unos 550 Audi A1.
Más de 8.000 personas y 2.400 robots trabajan mano a mano para conseguirlo. Cientos de robots circulan por la planta de manera autónoma. No es algo fácil, ya que la coordinación es muy necesaria en la línea de producción. Un coche tiene 2 kilómetros de cable y 5.000 tornillos. “Rotamos cada dos horas a los operarios de puesto de trabajo”, explica Casas.
Estos son los diferentes departamentos por los que pasa un coche al ser fabricado:
Un Seat León tardará unas 19,5 horas en fabricarse. “El 90% de los procesos en chapa están automatizados, mientras que solo el 10% en montaje. Por eso hay 3.800 trabajadores en montaje”, explica Casas.
Antes de dar por concluido el proceso de fabricación, se realizan las últimas revisiones al vehículo en el taller 11. “Cuando entregamos el coche nos aseguramos de que esté al 100%”, apunta Casas. “Por eso un modelo como el León, que ya lleva siete años, se está vendiendo en el mismo volumen”.
Una vez fabricados, los coches se repartirán a 80 países diferentes a través de camiones, trenes y barcos.
El cerebro de Seat
Antes de que los coches lleguen a la fábrica, un gran equipo de 83 diseñadores, ingenieros y creativos ocupan del diseño de los vehículos que luego se producirán en la misma fábrica. Conforman el departamento de diseño de la compañía automovilística, que cuenta con otros 95 colaboradores externos.
“Seat es la única empresa automovilística que diseña, desarrolla, fabrica y vende sus coches en España”, destaca Christian Stein, director de comunicación de Seat.
El centro de diseño de Seat es uno de los sitios más secretos del complejo de Martorell. Al entrar en las instalaciones del departamento de diseño parece que se accede a la NASA: los móviles hay que dejarlos fuera, no se puede hacer ninguna foto y todo está completamente tapado.
“El diseño es el elemento que nos va a traducir los valores de la marca y cómo nos percibe la gente. Vemos el vehículo como una forma de expresar sentimientos”, cuenta Alejandro Mesonero, director de diseño.
El diseño ha cambiado mucho en los últimos años. “Yo legué hace 25 años y entonces se trabajaba con escuadra y cartabón. Antes se tardaba ocho años en hacer un coche. Ahora se tarda aproximadamente la mitad, porque ingeniería y diseño se hacen a la vez”.
Aunque hay cosas que no cambian por mucho que pasen los años. “El frontal del coche simula la cara de una persona: los ojos, la nariz, la boca...”, cuenta Mesonero.
Camino hacia el coche conectado
Una de las prioridades de Seat en los últimos años es conseguir que el coche esté conectado. La ciudad castellano-leonesa de Segovia vivió recientemente una experiencia única. Un coche conectado a la red del modelo Seat Arona circuló por primera vez en un entorno real, las calles por las que van otros vehículos, y se conectó con semáforos y pasos de peatones. La señal luminosa advirtió al vehículo de un cambio inminente a rojo y que no le daría tiempo a sobrepasarlo antes de que se produjera el cambio.
Esta fue solo una experiencia piloto, pero la idea es que esta tecnología se implante en todos los coches y en todas las ciudades. “Nos faltaba que el coche recibiera información de fuera. Para que funcione de verdad necesitamos que los semáforos y las señales estén conectadas a la red y que la red sea mejor”, César de Marco, experto en 5G.
“Todavía no tenemos ningún coche conectado, pero vamos dando pasos hacia él”, cuenta Paqui Lizana, jefa de digitalización de Seat. Los coches de la firma ya han integrado el servicio de voz interactivo Amazon Alexa y la aplicación de reconocimiento de canciones Shazam. “Nosotros en la digitalización no podemos ir solos. Tenemos que tener socios”, señala.
El futuro se acerca
El mercado automovilístico se dirige hacia cuatro tendencias: el coche conectado, autónomo, compartido y eléctrico. “Tenemos que tener la cabeza en el día a día, pero también en el futuro. Yo siempre trabajo con la cabeza puesta en 2023”, confiesa Luca de Meo, presidente de Seat, durante la visita
El Gobierno acaba de aprobar el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que incluye la prohibición de la circulación de los coches de combustión en España para 2050. Una ley que tendrá que retomarse en la próxima legislatura. “El objetivo de llegar a una movilidad neutral desde el punto de vista medioambiental y también desde el punto de vista de los accidentes me parece un sueño que compartimos”, señala De Meo.
“Que el parque automovilístico sea un 50% eléctrico o híbrido enchufable en 2030 es una transformación brutal en 10 años”, cuenta. “La aceleración va a tener que ser muy rápida porque tenemos una media de edad de 12 años en el parque automovilístico. Si quedan 12 años tenemos que empezar ya, porque luego la gente se queda 10 años con el mismo coche”.
El paso hacia los coches eléctricos puede afectar al empleo, ya que se necesitan menos trabajadores para producir los mismos coches. “Un coche eléctrico necesita entre un 20% y un 30% menos de horas de trabajo que un vehículo de combustión, ya que tiene menos piezas. O me planteo vender entre un 20% y un 30% más de coches o habrá que buscar otras soluciones para este 30% de trabajadores”, señala. La compañía ya ha empezado a formar a unos 1.500 trabajadores.
De Meo no cierra la puerta a que la compañía automovilística se transforme en el futuro en una empresa de movilidad. “Podemos seguir produciendo coches, convertirnos en un operador de movilidad o integrarnos al negocio de los datos”, confiesa. “La ventaja de Seat es que somos parte de uno de los grupos más grandes del mundo [Volkswagen]”.
La compañía ya es propietaria del servicio de coches compartidos Respiro. “Seguro que nosotros no ganamos dinero con Respiro. Tampoco el resto de empresas de carsharing. Ni siquiera Uber tiene beneficios. Algún día vamos a tener que ver la luz al final de túnel, porque un negocio que no es rentable tiene las patas muy cortas”, señala.
Los humanos también necesitan pasar por el taller
Una de las cosas más curiosas de la fábrica de Martorell es el servicio SEAT CARS. Las siglas —elegidas especialmente— engañan, ya que quieren decir Centro de Atención y Rehabilitación Sanitaria. Se trata de un servicio de prevención médica para todos los trabajadores de la compañía automovilística en las propias instalaciones.
“Hacemos análisis médicos a todos los empleados, con una participación anual del 89%. Hacemos unas 50 o 60 revisiones al día. En total, unos 13.500 al año”, afirma la doctora Patricia Such, responsable de salud y seguridad de Seat.
Las instalaciones, muy nuevas, cuentan con salas de radiodiagnóstico, ginecología, traumatología, cardiología, psicología, psiquiatría y rehabilitación. El equipo médico está formado por unas 60 personas. “La idea es que hagamos más prevención y menos atención”, afirma Such.
Such se muestra especialmente orgullosa del servicio de ginecología, que se inauguró en abril de 2017 y ya ha atendido a 2.000 mujeres, de las 3.000 que conforman la plantilla (representan un 20% del total). La edad media de las féminas atendidas es de 42 años. Gracias a estos análisis han detectado 10 casos de cáncer. “Ya llevábamos 10 años haciendo pruebas de cáncer de próstata a los hombres”, señala Such.
El centro médico cuenta con un sistema llamado return to work para facilitar la vuelta al trabajo tras una enfermedad o una lesión. “Después de las bajas médicos, algunos trabajadores pasan por este servicio para la rehabilitación”, apunta la doctora. Por ejemplo, un empleado trabajaría seis horas y pasaría las otras dos horas restantes en rehabilitación.