Así predijo Melisandre el desenlace de la Batalla de Invernalia en la tercera temporada
“Veo oscuridad en ti. Y en esa oscuridad, ojos mirándome. Ojos marrones. Ojos verdes. Ojos azules. Ojos que cerrarás para siempre”.
SPOILERS: si no quieres saber nada de lo que pasa en el tercer episodio de la octava temporada de Juego de Tronos, no sigas leyendo.
¡Arya!
Vale, ya se sabe que Arya es una asesina sigilosa increíblemente intuitiva, pero todo el mundo coincide en que el giro argumental del final del tercer episodio de la octava temporada ha sido una locura en el mejor de los sentidos.
Recapitulemos: a mitad de este episodio, cuando todo apunta a una victoria aplastante del ejército de los muertos, Melisandre le recuerda a Arya (Maisie Williams) el mantra de Syrio Forel, el que su instructor de esgrima en la primera temporada.
“¿Qué le decimos al dios de la Muerte?”, le pregunta Melisandre (Carice van Houten) mientras las hordas de los muertos aporrean el portón y la barricada de la sala en la que se han refugiado.
“Hoy no”, responde Arya, que acto seguido se marcha corriendo con un objetivo en mente.
Minutos u horas después (lo que sea que tarda en salir del castillo), aparece entre la niebla abalanzándose sobre el Rey de la Noche, que está saboreando el momento en el que va a acabar con Bran, el Cuervo de tres ojos (Isaac Hempstead Wright), guardián de los recuerdos de la humanidad. Hay unos segundos de tensión en los que el Rey de la Noche anticipa su aparición y la detiene justo antes de que la daga llegue a tocarle. Sin embargo, comete el error de subestimar a Arya, que deja caer el arma en su mano libre y lo apuñala con la hoja de acero valyrio.
Y ¡puf!, adiós al Rey de la Noche, el mayor villano de la serie, a todos los Caminantes Blancos y al ejército de los muertos. Y aún quedan tres capítulos para el final.
Sin embargo, aunque cueste creerlo, había indicios de lo que lograría Arya.
Allá en la tercera temporada, Melisandre se encuentra con la Hermandad sin Estandartes, con quienes están Arya y Gendry (Joe Dempsie). La sacerdotisa roja, por entonces, apostaba por Stannis Baratheon (Stephen Dillane) como salvador, pero este muere al final de la quinta temporada.
Pese a las protestas de Arya, la sacerdotisa consigue convencer a la Hermandad sin Estandartes para llevarse a Gendry, el hijo bastardo de Robert Baratheon (Mark Addy), con el fin de utilizar el poder de su sangre real. No se lo cuenta a Arya, pero esta es suficientemente astuta para no confiar en ella.
“Eres una bruja. Vas a hacerle daño”, le dice.
“Veo oscuridad en ti. Y en esa oscuridad, ojos mirándome. Ojos marrones. Ojos verdes. Ojos azules. Ojos que cerrarás para siempre”, le responde Melisandre justo antes de asegurarle que volverían a encontrarse.
Ojos marrones. Ojos verdes. Ojos azules. Como los del Rey de la Noche.
Arya, al haberse entrenado con los Hombres sin Rostro, ya había cerrado muchos ojos antes, de modo que la teoría se cumplía. Quizás la mejor teoría de Melisandre, pese a que la actriz trató de rebajar su importancia en una entrevista con la edición estadounidense del HuffPost diciendo: “He dicho muchas otras cosas que no han sucedido”.
La sacerdotisa roja no sobrevive al final del episodio, ya que se quita el colgante rojo que la mantuvo con vida durante siglos.
Los guionistas de Juego de Tronos, David Benioff y Dan Weiss, explican así por qué decidieron que el final del Rey de la Noche se produjera de ese modo:
“Queríamos huir de lo previsible. Jon Nieve [Kit Harington] siempre ha sido el héroe, pero no nos parecía lo adecuado en este momento”, comentó Benioff. (Kit Harington también pensaba que sería el encargado de protagonizar el momento heroico, según admitió al medio Entertainment Weekly).
Los dos guionistas también confirmaron que el Rey de la Noche fue asesinado en el lugar exacto en el que los Hijos del Bosque lo crearon hace miles de años.
Maisie Williams, la actriz que da vida a Arya, admitió que estaba nerviosa por protagonizar el momento heroico. Aunque era “increíblemente emocionante” como actriz, temía que los seguidores consideraran que su personaje no merecía tal honor.
“Lo más complicado en cualquier serie es cuando creas a un villano imposible de derrotar y luego lo derrotas. Hay que hacerlo de forma inteligente porque si no, la gente se queda: ‘Pues no era tan poderoso si llega una chica de 45 kilos lo apuñala’. Hay que hacerlo en condiciones”, dijo en declaraciones a Entertainment Weekly.
Lo que pasará a continuación aún es un misterio, pero a los seguidores les ha dado un buen subidón con Arya.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.