Este es el (gran) coste de un Brexit duro, según el Gobierno de Theresa May
Las transacciones bancarias con Europa y las tarjetas serán más caras, peligran las pensiones en el extranjero...
El Gobierno británico ya no se esconde: este jueves ha publicado 25 "notas técnicas" en las que se especifican las consecuencias y las prevenciones a adoptar en el caso de que finalmente haya un divorcio radical con la UE, el llamado "Brexit duro". Y asustan. Son las primeras de las 80 que el Gabinete de Theresa May se comprometió a publicar a finales del verano, e incluyen advertencias en distintos campos, como el sector financiero, el comercio y las aduanas, o la energía nuclear. La gran mayoría de ellas refleja más problemas que soluciones.
Lo que en teoría busca el Ejecutivo británico con estas publicaciones es demostrar que tiene previstos todos los escenarios de cara a una sociedad que ve cómo la fecha para la salida definitiva de la UE —el 29 de marzo de 2019— se acerca peligrosamente mientras que la posibilidad de un acuerdo con la UE se aleja cada vez más. Eso sí, según ha insistido el ministro para la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), Dominic Raab, el objetivo a estas alturas sigue siendo el de alcanzar un pacto.
En un discurso en Londres, Raab ha dejado claro, una vez más, que "la prioridad" del Gobierno es la de alcanzar un acuerdo con la UE, pero "debemos estar preparados para considerar una alternativa". Sea o no esa la meta, lo cierto es que esta recopilación de consecuencias esconde también un intento de presión de Londres, que busca desde hace meses que la UE convalide las actuales autorizaciones que permiten actuar en la UE a los bancos británicos.
Así, el documento recuerda que "Reino Unido es un importante centro de la banca de inversión de Europa" y que "los bancos británicos proporcionan servicios de financiación e inversión a través de los mercados de capitales a empresas de toda la UE", para a continuación añadir que, "en ausencia de una actuación por parte de la UE, los clientes europeos no podrán utilizar más los servicios de bancos de inversión establecidos en Reino Unido, y esas entidades tampoco podrán cumplir los actuales contratos fuera de las fronteras" británicas.
En los documentos también se explica que los ciudadanos británicos que residen en el exterior se enfrentarían a la posibilidad de dejar de percibir ordenadamente sus pensiones y las transacciones bancarias o el uso de tarjetas de crédito pasarían a ser más caras. Además, Reino Unido asegura que tratará de replicar todos los acuerdos de comercio firmados por la UE con otros países para evitar "problemas a la exportación" e intentará mantener las preferencias comerciales que ofrece de forma unilateral a países en desarrollo.
Se incluyen por otro lado instrucciones para las empresas sobre la documentación adicional que tendrán que afrontar, así como planes de contingencia en caso de una escasez de medicinas. En ese sentido, Raab ha informado de que los suministradores farmacéuticos disponen reservas para tres meses correspondientes a 200 fármacos y ha recalcado que hay acuerdos con esas compañías para evitar problemas que puedan surgir en la entrada de medicinas, como por ejemplo eventuales huelgas de camioneros en Francia.
En cuanto a la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, el Gobierno recomienda a las empresas que operan en esa isla que consulten con Dublín.
¿Desplegar el Ejército?
Durante la rueda de prensa de este jueves, el ministro ha restado importancia al temor planteado hace unos meses de que el Ejército sería desplegado para mantener el suministro de alimentos en caso de una falta de acuerdo. "No hay planes para desplegar al Ejército para mantener el suministro de comida", ha recalcado, tal y como recoge la agencia Efe.
"Nuestro objetivo general es facilitar un funcionamiento suave, continuado de los negocios, el transporte, la infraestructura, la investigación, los programas de ayuda y flujos de financiación", ha agreado el titular británico del Brexit.
"En algunos casos, eso significa tomar acciones unilaterales para mantener tanta continuidad como sea posible en el corto plazo, en caso de que no haya acuerdo, independientemente de si la UE decide hacer lo mismo", ha agregado.
Londres y Bruselas continúan las negociaciones pero siguen sin ponerse de acuerdo sobre la futura relación comercial y la frontera entre las dos Irlandas, pues el objetivo es que siga siendo invisible para no perjudicar el proceso de paz norirlandés.