Así es el diputado Figaredo: sobrino de Rato, sus primeros trabajos en Vox y su pasado en el Elías Ahuja
El joven político destaca por su estética clásica, aunque también ha sido protagonista por varias polémicas intervenciones
Sus patillas prominentes, sus gafas con montura redonda y su joven edad le diferencian del resto de diputados. Pero el día que José María Figaredo subió a la tribuna del Congreso con el objetivo de desmontar la estrategia del Gobierno para abaratar los costes de la electricidad y el gas debido a la crisis energética, su intervención se hizo viral. Pero no fue por su discurso vehemente mostrando dudas sobre las energías renovables ni tampoco por su singular imagen, sino por las “burradas” - palabra tomada de un experto - y las imprecisiones que el diputado de Vox pronunció en sus siete minutos de intervención.
Figaredo confundió potencia instalada en gigavatios con energía generada en gigavatios/hora, obvió que ya existe el almacenamiento energético y aseguró que España podría estar “vendida” ante las renovables sin mencionar la subordinación absoluta que también genera depender de combustibles fósiles o uranio, en buena parte procedente de otros países.
Una retahíla de afirmaciones que provocaban el delirio dentro y fuera del Congreso. Atónito a sus explicación, el investigador y profesor de Ingeniería Energética por la URJC, Eloy Sanz, desmontó en sólo cinco puntos a través de su cuenta de Twitter las falacias del señor Figaredo.
Joan Groizard, ingeniero en Energía y Medio Ambiente y director general del Instituto para el Ahorro y la Diversificación de la Energía (IDAE), también le dio un “suspenso de primerísimo de energía” al diputado y explicó en un vídeo los errores en los que había incurrido durante su intervención.
De Vox desde su acto fundacional
Pero, ¿quién es este joven diputado de Vox que despunta por su mensaje ‘antirrenovable’? Figaredo es uno de los miembros de la Cámara Baja más jóvenes al haber cumplido hace un mes 34 años. Nació en Gijón (Asturias) y es licenciado en Derecho y ADE.
Su relación con Vox empieza desde el mismo origen del partido. Tal como él mismo ha contado en varias entrevistas, Figaredo acude al acto fundacional de la formación de extrema derecha y dice a Santiago Abascal y a Alejo Vidal-Quadras que puede ofrecerles cualquier ayuda jurídica que necesiten. “Yo seguía mucho a Santiago en su etapa en el PP vasco por su lucha incansable contra ETA. Y cuando ellos montan el partido me veo en la obligación de decidir entre ser protagonista o ser espectador. Creía que en España iban a cambiar las cosas y finalmente decidí afiliarme. En ese momento, yo les dije que no tenía dinero para aportar al proyecto, pero que era abogado y que les podría ayudar encantado”, rememoraba en un programa.
Sus primeras tareas fueron la redacción de los estatutos del partido, registros de marca, reglamentos internos y otras cuestiones legales. Hasta que es incluido en las listas por Madrid en 2015 como número 3 detrás de Javier Ortega Smith y Santiago Abascal. En aquellas elecciones, Vox obtuvo un 0,60% de los votos en la capital. Cuatro años después, tras la implosión de Vox en el panorama político español, subió a un 7,63%.
Con el auge del partido, Abascal y los suyos pidieron en 2019 a Figaredo ser su cabeza de lista por Asturias para el Congreso. “En aquel momento me ponen en un brete porque yo estaba a punto de casarme y me iba muy bien laboralmente. Mi primera respuesta fue un ‘no’ pero luego cambié de opinión. Mi motivación era la misma que cuando me afilié al partido: tenía que decidir entre ser protagonista o espectador”, señalaba.
Como protagonista de la vida política en el Congreso, el joven Figaredo gana 86.000 euros al año. Según su declaraciones de bienes, fechada en 2019 cuando consigue la entrada a la Cámara Baja, tiene dos viviendas en propiedad y un 6% de otra, además de más de 100.000 euros en cuentas corrientes, fondos de inversión y planes de pensiones. También posee dos motos y un ciclomotor. Eso sí, es el diputado más currante de todo el hemiciclo al ser el que más iniciativas por escrito ha presentado en lo que llevamos de legislatura de todo el arco parlamentario.
Nieto de un empresario de la minería y sobrino de Rato
Su rama familiar también es muy protagonista en la esfera política. Es nieto de José María Figaredo Sela, uno de los principales empresarios de la minería asturiana y que fue víctima de un secuestro de unas nueve horas en el año 1978 por parte de algunos trabajadores a quienes adeudaba el pago de dos nóminas. El conflicto se cerró con la inclusión de Minas Figaredo en el Instituto Nacional de Industria, con lo que pasaron a formar parte de la propiedad estatal.
Figaredo Sela era, a su vez, hermano de la madre de Rodrigo Rato, el exvicepresidente del Gobierno y exdirector del FMI condenado por el escándalo de las tarjetas black. Por tanto, Rato es tío de Figaredo, como bien le recordó la ministra María Jesús Montero en una de sus comparecencias en el Congreso. “Tengo entendido que usted es sobrino del señor Rato y tiene usted el cuajo de subirse a esta tribuna para hablar de cuestiones que tienen que ver con la corrupción. Hay que tener cuajo”, le dijo Montero ante el revuelo de los diputados de Vox.
Previamente, Figaredo había acusado al Gobierno de corrupto, llegando a decir que el contribuyente español “ve como sus impuestos van destinados a pagar putas y coca de los señores consejeros o presidentes”.
Borró su pasado en el Colegio Mayor Elías Ahuja
Pero Figaredo es un dirigente abonado a la polémica. En 2015 escribió en El Club de los Viernes, una plataforma muy ligado a Vox y Hazte Oír, un artículo
titulado “Reflexiones sobre refugiados de Siria” donde parecía advertir de las “enfermedades” que traían consigo los refugiados. ”¿Por qué no nos pronunciamos al respecto? ¿Por qué no se producen espontáneas y masivas manifestaciones a favor de una intervención contundente en Siria y contra el Estado Islámico? ¿Tenemos miedo de enfrentarnos cara a cara con las enfermedades que generan la oleada de refugiados?“, decía. El artículo generó cierto revuelo a posteriori, aunque según el contexto del artículo el término “enfermedad” no tendría un sentido sanitario.
El diputado de Vox también cuestionó en Twitter la investigación en torno al 11-M al poner en duda que la dinamita que se usó en los atentados de Madrid tuviera procedencia de Mina Conchita. “Hay quien se sigue agarrando a la dinamita asturiana; que hablen con alguien que trabajó en Mina Conchita”, escribió.
Como buen hijo de la élite, Figaredo fue alumno del Colegio Mayor Elías Ahuja, en el ojo del huracán hace escasas semanas por los gritos machistas que los residentes dedicaron a estudiantes vecinas a través de la ventana. Ante la fuerte polémica originada por dichas imágenes, Figaredo decidió borrar de las redes sociales todo vestigio de su paso por el famoso Colegio Mayor. La web “Ahújos por el mundo” le había dedicado una entrevista al lograr su escaño en las Cortes Generales, y también despareció su álbum con fotografías tomadas con la asociación de los antiguos colegiales.
Lo que Figaredo no podrá borrar son sus preferencias fuera de la política. En un test para RNE, confesó que de pequeño quería ser piloto de caza, que nunca había usado aplicaciones para ligar o que lloró viendo Forrest Gump. Eso sí, admitió que se iría de cañas con el diputado de Unidas Podemos Txema Guijarro. Una fisura en el encendido ataque que Figaredo muestra públicamente contra el gobierno de coalición y que ya le ha granjeado - estética aparte - una notoria fama dentro del “club de los 52” diputados de Vox.