Así es el Ala Este de Melania Trump: hermética, despoblada y automarginada del resto de la Casa Blanca
Y sus habitaciones son "absolutamente espectaculares".
En una fiesta de sociedad de 2015 plantearon a Ivana Trump, primera mujer de Donald Trump, si su exmarido se presentaría alguna vez a presidente de EEUU. Ella contestó: "El problema es, ¿qué va a hacer con su tercera esposa? No sabe hablar, no sabe dar un discurso, no va a eventos, no parece que quiera implicarse".
Fue una profecía de los primeros meses de la Administración Trump. Melania, la tercera esposa del magnate, se encerró durante meses en su lujoso apartamento de la Torre Trump de Nueva York en lugar de trasladarse a la Casa Blanca. Pero las cosas están cambiando. "Sus amigos dicen que se está animando con el cargo", asegura Vanity Fair.
A Melania le ha costado, pero va asumiendo las responsabilidades del cargo de primera dama de EEUU. En 2018, la exmodelo ha ido elevando su perfil público, como se espera de ella en un país donde la pareja del presidente tiene gran relevancia simbólica, no formal, ya que no existe una descripción formal del cargo.
Aunque se muestre más abierta a aceptar responsabilidades, Melania ha seguido manteniendo un férreo control sobre su vida privada. La mayoría de los medios estadounidenses reconocen que la primera dama es un enigma y, de muchas maneras, tan poco ortodoxa como su marido.
Melania es diferente si se la compara con sus predecesoras: es la única tercera esposa de un presidente, la segunda primera dama que no ha nacido en EEUU y la primera que ha posado desnuda. Como apunta Vanity Fair, "lo que no hace es casi tan revelador como lo que hace".
Un hogar hermético y distanciado del Ala Oeste de la Casa Blanca
El Ala Este, el feudo de la esposa del presidente en la Casa Blanca, es hoy un hogar hermético donde no se producen filtraciones, a diferencia de la ajetreada Ala Oeste, y carente también del drama, traiciones y politiqueos dignos de House of Cards que han marcado la residencia del magnate.
De hecho, según la CNN, Melania no sólo se mantiene por encima de las turbulencias de la Casa Blanca, sino que manifiesta hartazgo cuando la quieren implicar en ellas. Citando "una fuente conocedora de la forma de pensar de Melania Trump", la cadena asegura que la primera dama está preocupada por sus propias iniciativas y no pierde el tiempo en intrigas palaciegas.
"Es una persona digna y reservada, lleva su vida privada como quiere y no es asunto de nadie", asegura por su parte al Washington Post Stephanie Winston, una antigua amiga de Melania. Según varios miembros del personal de la Casa Blanca citados por el mismo periódico, la primera dama ha levantado una barrera entre el Ala Este y el drama del Ala Oeste. "Pocas veces pone un pie allí", apunta un trabajador de la residencia oficial.
Melania, en fin, se ha aislado del caos del Ala Oeste de Trump y ha indicado a su equipo que debe operar independientemente del de su marido.
Su gabinete tiene sólo 10 personas; el de Michelle Obama tenía 25
El equipo de Melania se caracteriza por ser más pequeño que el de otras primeras damas: sólo cuenta con 10 empleados, menos de la mitad que Michelle Obama y Laura Bush. El Chicago Tribune señala que no ha nombrado a ningún ayudante personal y tampoco ha querido delegar tareas que anteriores esposas del presidente normalmente dejaban en otras manos, como la organización de cenas de gala o la elección de su vestuario.
En su equipo hay un jefe y un adjunto de gabinete, un director de comunicaciones, un asistente para redes sociales, un director de Políticas, y un director adjunto de personal. "Somos un equipo muy unido", asegura Stephanie Grisham, su directora de Comunicación.
"Igual que su marido, a menudo desdeña el consejo de sus asesores en favor de sus propios instintos, y ha indicado a su equipo que contraataque a los medios cuya cobertura no le guste", apunta The New York Times.
Que el Ala Este sea un círculo tan pequeño y cerrado no ha evitado, además, que haya perdido tres miembros desde que Melania formó su equipo. El más reciente, el de su asesora principal Reagan Hedlund en junio. Nada comparado con la sangría de personal que ha sufrido el ala de su marido.
Sus habitaciones son "absolutamente espectaculares"
Vanity Fair cita a un "amigo de la familia" para describir cómo es el Ala Este de Melania: unas oficinas gubernamentales anodinas y unas estancias privadas "absolutamente espectaculares y bellísimas". Su despacho es "muy elegante, con mobiliario antiguo". Contrasta con el relato de un exempleado que describía el de Michelle Obama como "muy cálido y, de alguna manera, muy informal".
Pero Melania también puede resultar cercana. Tres miembros del equipo de Obama han asegurado a la revista que el personal permanente de la Casa Blanca adora a la actual primera dama. Parte del afecto que le tienen, dicen, es debido a que Melania está acostumbrada a tener personal a su cargo: "Parece genuinamente considerada en sus interacciones diarias con ellos".
"En persona es mucho más cariñosa. Pero es una Trump y apoya a su marido en muchas cosas que cabrean a la gente. Sonríe con facilidad y tiene sentido del humor", apunta Katie Rogers, corresponsal del New York Times en la Casa Blanca. Jackie Kennedy es el modelo que Melania pretende emular en el cargo, desde el primer momento, con la elección de vestido para la toma de posesión de su marido. La gente que la conoce la describe como "cabezota" y "sin complejos sobre quién es".
TheNew York Times afirma que la agenda de la primera dama no está muy llena y que cuenta con pocos amigos en Washington, por lo que vuelve al menos dos veces al mes a Nueva York para relacionarse. Cuando viaja, se aloja en una habitación distinta a la de Trump.
Se apoya en su equipo para desafiar a Trump
La primera dama no duda en utilizar a su gabinete para mostrar sus diferencias con su marido. Una de las ocasiones más notorias fue cuando eligió su causa (todas las esposas de los presidentes de EEUU eligen una o dos causas en las que centrar su actividad). Melania ha elegido la lucha contra la adicción a los opiáceos y, para gran asombro general, el ciberacoso, una de las actividades favoritas de Trump.
La siguiente ocasión para distanciarse de Trump llegó poco después, cuando Trump se enfadó al ver que la CNN era la cadena sintonizada en la televisión del Air Force One, el avión presidencial. Ese canal es uno de los medios que más odia el magnate. La oficina de Melania lanzó un comunicado en el que declaraba que la primera dama "verá el canal que le apetezca".
Pero quizá el desafío más asombroso a Trump se produjera en relación a la supuesta relación extramatrimonial que mantuvo con la actriz porno Stormy Daniels. En junio, el abogado del magnate, Rudy Giuliani, dijo que Melania no cree los rumores sobre el tema. "Cree a su marido", sentenció.
La directora de comunicación del Ala Este lanzó en contestación, en declaraciones a CNN: "No creo que la señora Trump haya discutido nunca lo que piensa sobre nada con el señor Giuliani".
La última ocasión que se le ha presentado para contradecir al Ala Oeste ha sido su apoyo a la iniciativa por la educación infantil del baloncestista LeBron James, al que Trump había insultado horas antes.
El Ala Este es "una de las áreas más difíciles de cubrir de la Casa Blanca"
"Las encuestas muestran que es más apreciada que el presidente y la Primera Hija (Ivanka Trump)", apunta a Vanity Fair Paolo Zampolli, exdueño de una agencia de modelos y el hombre que presentó a Melania a Donald Trump.
La publicación cita a otro "amigo de toda la vida de los Trump", que reveló sobre la presidencia y la pareja: "Esto no es algo que ella quisiera. No quería que sucediera, pasara lo que pasara, y no creo que pensara que ocurriría".
Quizá por eso, aunque los tours públicos de la Casa Blanca comienzan en el Ala Este, el público conoce aún poco a su ocupante. La exjefa de gabinete de Laura Bush apunta a Politicoque "la gente quiere verla más y entender mejor qué le gustaría conseguir (en el cargo)".
Pero no parece que Melania siga esa senda. "Cuanto más presionas a su equipo, menos probable es que hagan caso (a los medios). Ya dijeron que no la expondrían a los focos ni emitirían comunicados para demostrar nada", apunta Rogers, corresponsal de la residencia presidencial.
Un ejemplo de las consecuencias que puede tener ese hermetismo pudo verse cuando, tras lanzar la campaña "Be Best" (Sé mejor) en mayo, Melania desapareció durante semanas para someterse a una intervención benigna en el riñón. La falta de comunicación de su equipo desató una ola de especulaciones en los medios que sólo terminó con su regreso, un mes después.
"Es importante señalar que el Ala Este está siempre cerrada. Es una de las áreas de la Casa Blanca más difíciles de cubrir. El círculo de la señora Trump es muy pequeño, ella se apoya muchísimo en sus asesores para controlar el mensaje. Stephanie (Grisham, la directora de Comunicación) es receptiva pero, si le preguntas algo que se adentre en el terreno personal (de Melania), puede contraatacar. Y no siempre dicen dónde se encuentra la primera dama", asegura Rogers.