La pasividad de la Policía Militar de Brasilia, en el centro de las críticas en el asalto al Congreso de Brasil
Destituyen al jefe de seguridad de Brasilia, aliado del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, tras la invasión del Congreso brasileño
El ministro de la Secretaría de Comunicación Social del gobierno brasileño, Paulo Pimenta, ha responsabilizado a las “autoridades” del Distrito Federal del asalto del Congreso de Brasil. “La invasión a la sede de los Tres Poderes no sería posible sin la complicidad y connivencia de las autoridades del DF”, escribió en su cuenta de Twitter después de condenar los actos, Las acciones de este grupo de radicales contra la democracia y el estado de derecho son intolerables, inaceptables y criminales”, agregó.
Las palabras de Pementa llegan después de que en redes sociales o medios brasileños divulgasen vídeos de patrullas de la Policía Militar de Brasilia haciéndose fotos o grabándose con los teléfonos móviles mientras los seguidores de Bolsonaro asaltaban el Congreso de Brasil.
El secretario de Seguridad del Distrito Federal de Brasilia, Anderson Torres, aliado del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, fue destituido de su cargo tras la invasiones de bolsonaristas radicales a las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema.
“Determiné la destitución del secretario de Seguridad del Distrito Federal, al mismo tiempo que puse en las calles a todos los cuerpos de seguridad, con la determinación de detener y sancionar a los responsables”, afirmó el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, en sus redes sociales. Rocha también solicitó el apoyo del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió el poder el pasado domingo, y colocó su gabinete a disposición de los poderes federales.
No obstante, Lula determinó por decreto una intervención federal en la capital brasileña que le retira las facultades a Rocha en todo lo concerniente a la seguridad pública y se las otorga al interventor designado, el viceministro de Justicia, Ricardo Capelli Torres acababa de asumir la Secretaría de Seguridad de Brasilia, tras ejercer como ministro de Justicia en los dos últimos años de mandato del Gobierno de Bolsonaro, que dejó el poder el pasado domingo, cuando Lula juró como nuevo jefe de Estado.