Argelia llama a consultas a su embajador en Madrid por la posición de España sobre el Sáhara
Las autoridades argelinas, "sorprendidas por este brusco giro" de España.
El giro diplomático repentino de España respecto al Sahara comienza a tener sus primeras repercusiones internacionales.
La primera ha llegado apenas 24 horas después de conocerse que el Gobierno de Pedro Sánchez apoyaba la propuesta de Marruecos para la autonomía del Sahara Occidental, que este país presentó en 2007 a la ONU y que el Frente Polisario rechaza, así como otros países vecinos como Argelia.
Precisamente las autoridades argelinas han dado el paso de llamar a consultas con efecto “inmediato” a su embajador en Madrid, sorprendidas ante lo que consideran un “brusco giro” de España en su posición respecto a su antigua colonia.
“Las autoridades argelinas, sorprendidas por este brusco giro de la posición de la antigua potencia administradora del Sahara Occidental, han decidido convocar a consultas a su embajador en Madrid con efecto inmediato”, ha publicado el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino en un comunicado.
“Estamos muy sorprendidos por las declaraciones de las autoridades españolas relativas a la cuestión del Sahara Occidental”, ha añadido el Ministerio.
Medios argelinos habían informado horas antes de que fuentes diplomáticas del país habían calificado de “segunda traición histórica” al Sahara el cambio de postura de España “después del funesto acuerdo de 1975″, en referencia al pacto por el que España cedía su antigua colonia a Marruecos y Mauritania.
“Finalmente Marruecos ha obtenido lo que quería de España”, afirmaba esta fuente diplomática.
Segundo agravio a Argelia
En cuanto a la relación estrictamente bilateral entre Argelia y España, Argel es el principal suministrador de gas natural a la Península en un momento delicado como el actual en el plano energético. Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat el pasado agosto y en noviembre procedió al cierre del Gasoducto Magreb-Europa (GME) que bombeaba gas hasta la península Ibérica a través de Marruecos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló el pasado 6 de marzo con el presidente argelino, Abdelmayid Tebune, quien reiteró no solo el compromiso de su país con garantizar el suministro a España sino también la voluntad de Argelia de ayudar en lo posible, como socio fiable en materia energética que quiere ser, a los europeos, según indicaron fuentes gubernamentales.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, no quiso aclarar este viernes si Argelia ha sido informada de antemano sobre el cambio de posición del Gobierno, escudándose en que “la diplomacia requiere discreción”, pero sí se ha mostrado convencido no afectará al suministro de gas a España por parte de este país. “Argelia ha demostrado repetidas veces que es un socio fiable”, ha sostenido, asegurando que mantiene una relación “fluida” con su homólogo argelino.
No obstante, este es el segundo ‘agravio’ del Gobierno a Argelia en poco más de un mes después de que a principios de febrero anunciara que había accedido a la petición de Marruecos de ayudarle a garantizar su seguridad energética mediante la regasificación en España de Gas Natural Licuado (GNL) comprado por Rabat para su posterior envío a este país mediante el gasoducto GME.
Entonces, Argel ya advirtió de que en ningún caso España podría hacer llegar gas argelino a Marruecos. Está por ver ahora cómo reacciona el Gobierno argelino ante este giro, que por contra ha sido muy celebrado por Marruecos y que da por superada la crisis diplomática que desencadenó hace casi un año la acogida en España por motivos humanitarios del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
Un lío para el Gobierno
Lo cierto es que, pese a que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha asegurado este sábado que la nueva postura del Gobierno hará que la relación con Marruecos sea “buena” y “estable”, ha provocado la indignación, no sólo de Argelia, sino también de muchos de los partidos que suelen acompañar al Ejecutivo en su acción legislativa en el Congreso.
Porque, además de contar con el rechazo de su socio de Gobierno, Unidas Podemos; también lo tiene de otros partidos como Más País, ERC, Compromís, Bildu, la CUP, el BNG y el PNV, entre otros.
Todas estas formaciones, junto a Coalición Canaria, Junts per Catalunya y el PDeCAT, van a pedir la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso para que dé cuenta de la decisión tomada.