La Mesa que quiso torpedear Junts y revienta al Govern por dentro
Los de Puigdemont se quedan fuera del cónclave que capitanearán Pedro Sánchez y Pere Aragonès.
La política catalana, siempre al borde del abismo. Hipertensa, hiperbólica. Y la Mesa de Diálogo no podía ser menos: nervios hasta el último momento con un misil final de Junts que resquebraja al mismísimo Govern por dentro.
Todo parecía despejado el lunes por la noche cuando Pedro Sánchez anunciaba que sería el miércoles y que él mismo iría hasta la ciudad condal para presidir este órgano creado en virtud de un acuerdo del PSOE y ERC para la investidura del actual presidente. Una mesa que nunca, nunca, nunca ha gustado a Junts. Ni Carles Puigdemont ni Quim Torra la querían.
Esta semana toca la segunda reunión de la Mesa (la primera fue poco antes del decreto de alarma) y Junts ha decidido torpedearla, en mitad de una crisis con sus propios socios y con el Gobierno por el freno a la inversión en el aeropuerto de El Prat. Además, Junts aspiraba a que sólo se hablara de referéndum y de autodeterminación.
Por eso, los exconvergentes tenían guardado un misil que nadie esperaba. Ya se había acordado por las partes que sólo se sentarían miembros de los dos gobiernos en la mesa de negociación, pero Junts sacaba la caja de los truenos con tres nombres que no están en el Palau: Jordi Sànchez, Jordi Turull y Miriam Nogueras. Tres perfiles duros, dos de ellos indultados. Era una señal clara del partido: poner el foco en la independencia y en la amnistía. Y además presionar a Sánchez con una foto que sabe que le haría mucho daño en otras partes de España con dos de los presos que recibieron la medida de gracia.
Junts ha cogido el papel más duro en el Govern respecto a la independencia, no queda nada de la vieja CiU y hoy sus herederos se presentan como los más radicales sobre la autodeterminación frente a una Esquerra que ha abrazado la vía pragmática, bendecida por Oriol Junqueras y ejecutada por Pere Aragonès. Esquerra quiere ampliar la base social del soberanismo y ve el camino a la independencia de manera pactada y no unilateralmente.
El órdago de Junts, además, supone poner en entredicho la posición y el poder del presidente de la Generalitat, que por primera vez ocupa un dirigente de Esquerra durante la actual etapa democrática. Una voladura en mitad del Consell del Govern. El propio líder de la Generalitat paraba la reunión y hacía una declaración a las 13.30 en la galería gótica. El mensaje de manera contundente: Junts fuera de la Mesa mientras no enviara conssellers. Por parte de ERC se sentarán Aragonès y los consellers Laura Vilagrà y Roger Torrent.
Junts ha seguido en sus trece y ha decidido finalmente quedarse fuera de la Mesa de este miércoles. Han acusado a La Moncloa de vetar su presencia y, según Jordi Sànchez, sería “una mala praxis aceptar de entrada las exigencias que el Gobierno plantea” y un “mal presagio aceptar la censura”. La realidad es que nunca quisieron estar realmente en ese órgano y que siguen presionando para que ERC aparezca como un traidor ante el independentismo.
La Moncloa no ha querido comentar la composición de la delegación, pero ha dejado claro en todo momento que el marco que fijaban era el de miembros de gobiernos (en la anterior cita sí hubo cargos que no estaban en la Generalitat). Además de Sánchez, a Barcelona irán la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y el ministro de Universidades, Manuel Castells, además de Félix Bolaños (Ministerio de la Presidencia), que será el encargado de coordinar los trabajos.
La idea que tiene el Gobierno central es buscar acuerdos en materias de inversiones, infraestructuras y cosas que afecten al día a día de los catalanes. Desplegar, en definitiva, la agenda del reencuentro dibujada por Sánchez, quien sigue creyendo clave entablar el diálogo y siempre rechazando un referéndum de independencia. El presidente, durante la sesión de control en el Senado, ha pedido no poner plazos a la mesa para no generar “frustraciones”, pronosticando que el diálogo será “largo” porque “lo que ha ocurrido en diez años no lo vamos a resolver en dos años, ni en tres ni en cuatro”.
La cita será al mediodía a las 15 horas, con un despacho primero entre Pedro Sánchez y Pere Aragonés. Luego comparecerán por separado. Posteriormente se celebrará la Mesa de Diálogo, que abordará las cuestiones más técnicas. De hecho, quieren establecer una metodología y la cadencia con la que se irán sucediendo las siguientes reuniones. La Mesa está ya puesta.