Aprender a distinguir si un vino tiene defectos puede ahorrarte dinero
Conocer los defectos del vino puede ser muy útil para ti, ahorrarte algún dinero, situaciones complicadas e incluso salvarte de hacer el ridículo alguna vez.
Por ejemplo, si compras el vino en tiendas especializadas, lo que te recomiendo sinceramente, puedes llevar una botella en la que el vino esté defectuoso y te la repondrán. Pero claro, primero tienes que saber si realmente tiene un defecto.
Ojo, que no te guste no es un defecto del vino. Hay estilos de vino que pueden no gustarte por su acidez o por su contundencia. Es bueno que los conozcas para no arriesgar. De nuevo el tener una tienda de confianza, que te asesore conociéndote es importante.
Otro punto a tener en cuenta es que en los restaurantes te ofrecen a probar el vino, precisamente para que compruebes si está bien o por el contrario está defectuoso. De nuevo conocer los defectos es importante
Pero bueno, empecemos por ir viendo uno a uno los principales que se pueden dar en el vino, sus motivos y sus consecuencias.
¡Vamos a ello!
LOS DEFECTOS DEL VINO
Contaminación del corcho (TCA)
El TCA se produce por la contaminación del corcho con un hongo y es inevitable e indetectable a priori. Aproximadamente un 3% de las botellas que abras en tu vida van a tener TCA (corcho contaminado). O sea, que si abres unas 100 botellas en un año, como yo, tres a la basura o a la tienda, si es de confianza.
El olor del TCA es como de cartón mojado o de bodega húmeda. En la boca se nota por la falta de consistencia del vino.
La posibilidad de que haya TCA u otro defecto es el motivo por el que en los restaurantes ofrecen a probar el vino. En países donde el cierre de rosca se ha impuesto, como Australia, esta práctica no se usa.
Para aprender a reconocer el olor, basta con coger un cartón y meterlo en un bote con agua. Tápalo y déjalo un par de días. Ábrelo, fuera de tu casa y voila, TCA.
Oxidación
Se produce habitualmente por la mala conservación de la botella del vino. El corcho se seca y empieza a entrar aire en el interior y se ponga en contacto con el vino. En menos de un día, el vino estará estropeado.
Se distingue con facilidad por los aromas como a nuez rancia y olores ajerezados. En la boca el vino estará muy plano, sin sabor ni acidez
Si la botella es tuya, sólo servirá para aprender la lección. Si es en un restaurante, pide que te la cambien por otra.
Para evitar tirar el dinero, debes conservar las botellas de vino en un sitio oscuro y en el que no haya cambios bruscos de temperatura, que de todas maneras no debe ser superior a 25º. Un trastero en el sótano, por ejemplo, puede ser una buena opción.
Reducción
Este defecto suele producirse por un error de elaboración. Como hemos visto antes, el oxígeno es uno de los principales enemigos de la conservación del vino. Sin embargo, el proteger el vino excesivamente durante la elaboración puede dar lugar a olores desagradables.
Estos olores suelen ser sulfurosos o de goma quemada, dependiendo del nivel de reducción.
Estos síntomas pueden aparecer al abrir la botella, pudiendo corregirse con la aireación. En argot se dice que el vino está "cerrado".
Si la reducción es intensa y no se va, puede devolverse la botella, si se compró en una tienda de confianza.
Segunda fermentación
Se puede producir si el elaborador dejó algo de azúcar residual al embotellar el vino. También en el caso de fermentaciones muy largas, cuando se usa poco o ningún sulfuroso.
Se nota fácilmente al abrir la botella, por el silbido que produce el escape de gas.
En ocasiones el estilo de la bodega incluye esta segunda fermentación, por lo que antes de devolverla conviene asegurarse.
En ocasiones puede eliminarse con una decantación salvaje.
Olores animales intensos (BRETT)
Es debida a la contaminación del vino con un hongo, el Brettanomyces, que se encuentra en la bodega. Si no se tiene cuidado y se mantiene la limpieza, puede pasar al mosto y de ahí al vino.
El olor que produce el Brett en el vino es bastante fuerte, como de carne podrida, un escape de gas o habichuelas pasadas. También puede aparecer como pelo de animal mojado. Una delicia, vaya.
Ojo con el vino que has comprado, hay algunas denominaciones que buscan un olor animal moderado. En principio, un vino con brett se puede devolver a la tienda.
Exceso de sulfuroso
El anhídrido sulfuroso se usa habitualmente en los vinos como conservante. En principio, en los niveles que se suele utilizar en el vino, no es perjudicial para la salud.
Sin embargo, los excesos de sulfuroso sí que pueden alterar el olor del vino, con el poco agradable recuerdo de queso azul o huevos podridos.
Puede que con la aireación del vino se vaya, pero si es muy intenso te recomiendo que cambies la botella.
Acidez volátil
El ácido acético es un compuesto que se forma naturalmente durante la elaboración del vino. El problema surge cuando la población de bacterias acéticas es más alta de lo normal y el acético sube por encima del umbral de percepción.
El olor asociado es de vinagre o de acetona.
Para saber si puedes cambiar la botella, es necesario que te informes antes de comprar si el estilo del elaborador es con volátil alta, de lo contrario si te aparece en una botella y la llevas a la tienda, te puedes llevar una sorpresa.
CARACTERÍSTICAS QUE NO SON DEFECTOS
Hay circunstancias que nos pueden parecer defectos y que, sin embargo, no afectan para nada a las cualidades del vino, por lo que realmente no lo son. Veamos cuales son:
Sedimentos cristalinos
La tendencia actual de intervenir lo mínimo en la elaboración del vino, lleva a muchos elaboradores a no filtrar, decantando solamente en frío.
Esto puede llevar a que con el tiempo, aparezcan sedimentos, que de ninguna manera significan que el vino esté defectuoso. No afectan al aroma ni al sabor del vino, ni es perjudicial.
En vinos viejos los cristales tartáricos son muy comunes, por lo que se suelen someter a una decantación suave para eliminarlos.
Volátil reducida
Hay elaboradores que para darle un poco de frescura al vino buscan algo de volátil. Los límites a veces son un poco difusos. En cualquier caso, entra dentro del gusto de cada uno la cantidad de acético que admite.
Por eso decía antes que es bueno al comprar el vino que te asegures del estilo del elaborador, para que sea acorde a tus gustos.
Olores animales contenidos
Hay denominaciones, como Chateauneuf du Pape o Barolo, en las que las elaboraciones más clásicas tienen un cierto tufillo animal, que a veces raya el Brett.
Estamos de nuevo en un caso parecido al anterior, entra dentro del gusto personal la consideración de defecto en este tipo de olores.
Como ves conocer los defectos puede ayudarte a determinar cuándo puedes llevar una botella a cambiar a la tienda. También el reconocer un vino defectuoso te vendrá bien para saber si el vino que te ofrecen en el restaurante está en buenas condiciones.
En ambas situaciones te evitará tirar el dinero o el vino por el fregadero, con el consiguiente ahorro.
¡Hasta aquí hemos llegado en este repaso a los defectos que en ocasiones puedes encontrar en una botella! Espero que la cultura del vino te parezca tan apasionante como a mí.
Si es así, te invito a que descubras mi blog, Vida entre Vinos. Allí, como aquí, trato de extender este mundillo apasionante, para que los aficionados se acerquen sin complejos a nuevas bodegas, nuevos vinos y nuevos conocimientos. ¡Te espero!