Anna Torv, la (segunda) gran sorpresa de 'Mindhunter'

Anna Torv, la (segunda) gran sorpresa de 'Mindhunter'

Porque la primera es la propia serie de Netflix, una de las más aclamadas de la temporada.

Netflix

La muerte de Charles Manson en prisión ha vuelto a colocar el foco mediático sobre la magnética figura de los asesinos en serie, un perfil de criminales sobre el que gira Mindhunter. La serie, obra del reconocido David Fincher (director entre otros de Seven, El club de la lucha o Perdida), está basada en hechos reales: en la fundación a finales de los 70 de la unidad del FBI dedicada a los asesinatos en serie, un término que ni siquiera existía hasta entonces.

"Aunque sea difícil podemos entender un asesinato como un acto de venganza, pero es imposible para nosotros comprender un episodio de horror así, perpetuado aleatoriamente por un ser humano hacia otro, sin aparentemente ninguna razón", explica a Grazia desde Los Ángeles Anna Torv, una de los tres protagonistas de la serie que trata de comprender cómo funcionan las mentes de estos criminales.

Torv, que quizá te suene por haber protagonizado las cinco temporadas de Fringe, da vida a una puntillosa y meticulosa psicóloga que se convierte en consejera del FBI. "En lugar de comenzar centrándome en ella, me tomé mi tiempo para repasar toda la información que tenía. Asegurarme de que cuando hablase tuviese muy claro de qué lo hacía porque hay mucha información y necesitaba controlarla. Así que, antes incluso de que me dieran el papel, me leí el libro que inspira la serie y también una cantidad ingente de información, varios manuales... para poder trazar un borrador cada vez más profundo", expone la actriz, que consigue bordar a un personaje completamente hipnotizante.

El resultado habla por sí solo: diez capítulos en los que la actriz interpreta a una mujer absolutamente introspectiva; un papel en el que cada emoción está perfectamente contenida, lo suficiente para transmitir a bocajarro sin dejarse llevar por los sentimientos. "A veces se tiende a remarcar al personaje; a rodearlo de sabores y sentimientos porque piensas que así vas a comunicarlo mejor. Pero tampoco se trata de contenerse porque sí, si no de tener muy claro lo que quieres hacer y escupir todo al llegar. A veces no es un punto agradable en el que estar", reconoce Torv.