Andrés Villena Oliver: “En España se gobierna a golpe de puerta giratoria”
El economista y sociólogo publica '¿Cómo se gobierna España?' (Comares, 2017), la foto fija del nido en el que crecen los polluelos de la corrupción.
España atraviesa una crisis económica, política y social honda. Los políticos y los casos de corrupción que incuban a cada vez más temperatura es una de las mayores preocupaciones de los ciudadanos, según el CIS, y el principal motivo de su creciente pérdida de confianza en las instituciones. En ¿Cómo se gobierna en España?(Comares, 2017), Andrés Villena Oliver (Elche, 1980) analiza algunos de los últimos gobiernos democráticos como redes partidistas copadas por sectores de influencia política, autonómica, empresarial parlamentaria, pero también universitaria. El sociólogo y economista compara las redes gubernamentales de PP y PSOE y concluye que las puertas giratorias y la relevante presencia de algunos grupos de poder no elegidos por los ciudadanos constriñen la democracia y termina por alejarlos de los gobernantes.
Con el caso Lezo de telón de fondo y sus puertas giratorias y nexos con distintos gobiernos de la Comunidad de Madrid, este libro no puede ser más oportuno.
El libro bebe de mi tesis doctoral. Lo curioso es que el tema de investigación no lo elegí yo. A raíz del 15M, decido participar en las protestas. Mi director de tesis se enfada: "Ah, sí, estás con el lumpen, pues ahora vas a estudiar a las élites del PP y del PSOE y cómo los poderes no electorales se infiltran en las estructuras del Estado". Una especie de castigo, que me pareció bastante atractivo.
Cuando Mariano Rajoy monta el Gobierno de 2012 hace una auténtica obra maestra, con los lobbys dentro, que gobiernan sin haber sido elegidos por el ciudadano... Desde eléctricas, hasta constructoras, pasando por la banca de inversión y sector armamentístico, todo.
¿Sus ministros?
No solo sus ministros. La prensa habla de ministros, pero los poderes se ejercen en realidad desde las secretarías de Estado y las direcciones generales. No nos olvidemos de que el segundo de Luis de Guindos hasta hace bien poco era Íñigo Fernández de Mesa, quien venía también de Lehman Brothers y antes de Barclays. El Gobierno de Mariano Rajoy selecciona y recluta a una serie de profesionales, procedentes de las élites de José María Aznar, que habían hecho riqueza durante la época de oposición a Zapatero. Es un modo de vida. Te haces funcionario, entras en un Gobierno por coincidencia ideológica, la oposición son vacaciones por lo que te vas a la privada a ganar infinita pasta y, luego, cuando vienen mejor dadas, vuelves al Gobierno. Ellos dicen que por patriotismo. Nos enseñan que hay una diferencia entre el Estado y el mercado, las empresas y la administración, pero esas diferencias se difuminan en una red que integra las dos dimensiones. Están un tiempo en la administración y otro tanto en la empresa privada. Al final, están en los mismos puestos de mando. Es como si para ellos no cambiaran las cosas.
Una crítica y una solución.
No, un análisis y una descripción. El perfil académico del texto me impide hacer una crítica, pero sí se observa, como decía el 15M, que PP y PSOE lo mismo son. Y la respuesta es sí y no, porque hacen algo parecido pero reclutan a poderes diferentes. A UGT la verás muy representada cuando gobierna Zapatero. De hecho, cuando hace la reforma laboral, asciende a Valeriano Gómez de secretario sectorial de la UGT a ministro de Trabajo. Es una dominación legal de la sociedad. Elijo cómo y con quién gestionar el poder durante cuatro años para aspirar a ganar las siguientes elecciones. En esa administración del poder, se selecciona a los grupos más afines, una tarea en que la ciudadanía no tiene voz ni voto pero que se legitima desde el momento en que el Gobierno es democrático. En los Gobiernos de los dos partidos mayoritarios el núcleo duro es político pero está recubierto de una segunda capa, donde golpean las puertas giratorias.
Es el caso de Pedro Morenés. Fichar a un empresario de las armas como ministro de Defensa puede provocar un conflicto de intereres. Las cosas suelen ser más sutiles. Lo normal es fichar a un experto en nuevas tecnologías como secretario de Estado de Turismo. Parece que no hay tanto conflicto pero, al fin y al cabo, lo tienes en el Ministerio de Industria. Hay puertas giratorias más elegantes y otras que lo son menos. Por ejemplo, nombrar en 2012 a la directora general de Coca-Cola como directora general para la Seguridad Alimentaria. Esto es algo así como lo que decía Orwell: el amor es el odio y la paz es la guerra.
Esto puede valer para PP y PSOE, pero se supone que Ciudadanos y Podemos traen nuevos aires.
Empiezo la tesis al formar Rajoy su primer Gobierno y la termino justo cuando Podemos saca cinco diputados en el Parlamento Europeo. De modo que una de las preguntas en el tribunal de la tesis fue "¿Crees que Podemos podría cambiar todo esto?" Si tuviera la respuesta, habría escrito un libro ya, pero lo que dije en aquel momento es que Podemos va a tener que lidiar con la banca y con las eléctricas, igual que todos pero con lo primero que va a tener que lidiar es con los funcionarios. Te metes en un coche, lo quieres conducir y tienes un conductor que lo ha llevado durante 40 años y tú no sabes cómo va la marcha atrás. Solo él la sabe hacer. Yo soy abogado del Estado, yo inspector de Hacienda, yo administrador civil... dirán... y podríamos pensar que los funcionarios son totalmente asépticos, pero la mayoría viene de años y años en excedencia en la empresa privada. La ideología dominante es tan dominante que al final no parece ideología. Es un poder conservador, no facha, que tiene una inercia muy potente. Para cualquier cambio, te metes en un laberinto administrativo y judicial, de intereses de clase administrativa... que...
Lo tendría muy difícil con los funcionarios. Cuanto más tarde Podemos en llegar al poder, más difícil lo va a tener porque con el tiempo contraerá más deudas y vínculos con grupos.
Y de ahí bebe la corrupción.
El tema de las corruptelas se debe más a persistentes periodos de mayoría absoluta como han venido sucediéndose en Andalucía y en las comunidades de Madrid y Valencia, donde se teje una connivencia entre redes políticas y determinados cuerpos funcionariales que no han hecho bien su trabajo. Desde interventores hasta auditores y asesores han tenido que hacer la vista gorda, por ideología o afinidad.
Esto es lo sucedido con las tramas de Madrid que, además, echan raíces en el Gobierno de Mariano Rajoy. Después de su gran mayoría absoluta, Esperanza Aguirre coloca en la administración nacional a siete de sus pupilos. Uno de ellos, no por casualidad, es Rafael Catalá. El actual ministro de Justicia estaba a cargo de la gerencia del Hospital Ramón y Cajal en 2004, luego pasa a Codere, la patronal de las empresas de juegos y apuestas, con vínculos con el despacho Equipo Económico de Cristóbal Montoro, y más tarde ingresa en Fomento con Ana Pastor. Y, aunque Catalá no sea gallego, junto Pastor y Rajoy son el clan gallego. Por eso hay tanta trama entre Montoro y asociados, por Codere. En estas tramas funcionan por un lado las relaciones personales y, por otro, las relaciones entre las empresas de esas personas. Es una movida dual.
¿Ese es el nido donde crecen todos los polluelos de la corrupción?
Afirmarlo o negarlo llevaría a hacer una sociología de la corrupción, pero al menos en la red del PP son las enormes mayorías electorales las que la generan. Luego, también intervienen las distintas ideologías de los partidos. La corrupción no es la misma en el PP y en el PSOE. En la Comunidad de Madrid hay muy poco dirigente que tenga una trayectoria regional única. Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, ambas dos tienen una pata en lo estatal. La primera como ministra y la segunda como delegada del Gobierno. Al final, todas las tramas están conectadas a tres niveles: local, autonómico y estatal.
¿Por qué siete altos cargos del Gobierno de Aguirre se van al Gobierno de Rajoy?
Porque habían estado en el gobierno de Aznar porque son altos funcionarios y por alguna otra razón que a mí se me escapa. Gobernando la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre está también gobernando España. Y a la inversa en el caso de Rajoy. Tenía siete satélites allí. El Gobierno no es solo el Gobierno de España, hay redes multidimensionales, muchas autonómicas y algunas menos locales. Cuando gobiernas España también gobiernas las autonomías a través de sus emisores políticos. Y a la inversa. Es un doble sentido
¿Esto hace que los casos de corrupción se extiendan como un cáncer?
Son una metástasis, de hecho. José Bono en Castilla-La Mancha mandaba como un rey. Una vez le nombran ministro de Defensa en 2004 coloca cuatro consejeros manchegos, mete a tres en Defensa, un ministerio muy especializado, y uno cuarto en el de Salgado, en Sanidad...
¿Qué quiere decir esto? Primero te llevas a la gente de tu confianza, pero también quiénes se quedan en el Gobierno de Castilla-La Mancha guardan así un nexo brutal con el Gobierno nacional.
Pasó con Magdalena Álvarez, que aunque sea de Cádiz estaba muy afincada en Málaga, y con otros tantos. La nombran ministra de Fomento y ya está todo el mundo rezando para que se acuerde de Málaga y traiga el AVE. El modelo caciquil, y así fue. Yo fui asesor de Álvarez y hacerla entrar en el Gobierno central fue conectar el Gobierno de Manuel Chaves con el de la nación. Eso no es ningún delito, son dinámicas entre partidos que compiten todo el tiempo. Una vez que empiezan a cometer irregularidades con comisiones urbanísticas es otra cosa, ya hemos vivido una época completa.
Pero lo mismo no son PP Y PSOE.
Tienen sus similitudes, ambos partidos componen Gobiernos cohesivos, los más fuertes a fin de cuentas. Pero se aprecian diferencias en cuanto al perfil de los reclutados. El PSOE capta a muchos profesores universitarios, administradores civiles, sindicalistas... lo que demuestra orientación a políticas públicas, gasto social y educación. Mientras que el PP, también es verdad que le ha tocado remar en una época de ortodoxia presupuestaria, se decanta por la banca de inversión, intermediarios financieros, gente para mediar en Bruselas para que el BCE nos ponga las cosas más fáciles. Y luego élites mucha nobleza, mucha nobleza agraria, no tantas eléctricas como se piensa. En ambos partidos es común la presencia de las élites de la construcción. Desde Pedro Argüelles hasta personas en cargos menores en el Gobierno de Zapatero, secretarios de Estado con participaciones en inmobiliarias no muy grandes. En cambio, la presencia de las constructoras en el PP sí es importante. Fijémonos en OHL, propietaria de Fertiberia, y la empresa de la que procedía la actual ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina.
En España se gobierna a golpe de puerta giratoria. Lo del Gobierno de Rajoy es a lo bestia, un Gobierno con todos los lobbys dentro. Los Rodriguez Ponga, toda la gente del Santander, Wert que era director adjunto del BBVA, el presidente del ICO procedía de la misma entidad y un largo etcétera.
El gráfico del PP tiene más cohesión (más lazos entre los nodos o dirigentes, menos nodos aislados; la densidad como medida de cohesión es dos veces mayor a la del PSOE). Esto es consecuencia de que el equipo de Rajoy es el de Aznar, con gaseosa: más años todos juntos, da lugar a una élite muy organizada.
El capitalismo es entonces la razón por la que poder político y económico se entremezclan hasta diluirse.
El ejercicio del poder va más allá del capitalismo. Para dominar, hay que construir organizaciones, porque no solo se puede dominar con la fuerza, hay que dominar para comprender, la forma de dominación han existido siempre... no es lo mismo el capitalismo actual, el industrial, que el de Silicon Valley, pero yo diría que la historia del ejercicio del poder y la oligarquización de los Gobiernos es trasversal. Ocurre como con Frodo cuando va a tirar el anillo y se dice "Eh, un momento, he andado 5.000 kilómetros, el anillo es mío, cambiemos Mordor desde dentro". Es la ley de hierro de la oligarquía, montes una ONG, una asociación de vecinos o un partido, cuando se hace lo suficientemente grande ya solo trabajas para mantenerte en el poder. Y eso es la hostia. La historia del ejercicio del poder es transversal al capitalismo, cuando Lenin y Stalin hacen la revolución es un poco lo mismo que Frodo y el anillo.
¿Dónde está entonces el origen de este acelerado movimiento de puertas giratorias?
En nuestro modelo de democracia, que tiene muchas cosas buenas, al tratarse de una democracia tutelada, es una especie de dominación legal, porque la gente ha votado eso, eso que está en la génesis de la corrupción... Igual que el desprecio dentro de una pareja está en la génesis de la violencia de género aunque el hombre no sea un maltratador. A partir de ahí, la corrupción puede llegar a generarse con normalidad o no. En efecto, ha sido una externalidad negativa de los años de bonanza. Si a eso le sumas las ideologías políticas y que hay gente más choriza que otra por cultura...
¿Y esto qué le parece a la ciudadanía?
El ciudadano está más motivado que antes. Otra cosa es que cuanto más cualificados estemos los ciudadanos más capacidad crítica tendremos. Pero mucha gente por nivel formativo rechazan el nivel de abstracción del telediario y tampoco le puedes pedir a un obrero que trabaja 10 horas al día, seis días a la semana, que sea crítico y que no vote con el estómago de una manera clientelar.
Pero sí hay más sofistificación entre la gente. El 15M se ha muerto por la entrada de Podemos, no hay activismo en la calle por culpa de la Ley Mordaza (400 euros por concentraciones de más de 10 personas).
Entonces lo peor de cómo se gobierna España es...
El síndrome de La Moncloa, como pasa a los extranjeros con los guetos, nunca llega la información nueva, del clamor de la gente, por lo tanto se hace difícil que se solidaricen, el síndrome de La Moncloa te lleva a gobernar de una manera muy poco democrática.