Ana y Anne
Una la España profundamente dolida, la otra la que sostiene y aguanta.
Lo de RTVE el otro día fue revolucionario y transgresor.
No había nada que enseñar.
Había mucho que aprender.
Dos mujeres de más de 50 años dando las campanadas.
Dos mujeres de más de 50 años dando las campanadas y mostrando toda la entereza en dos piezas.
Una la España profundamente dolida, la otra la que sostiene y aguanta.
Uno lee la mirada, no las palabras.
Y la de Ana era una mezcla entre la incomodidad que ocasiona el dolor instantáneo y la responsabilidad de saber que también, dentro de ese dolor, hay esperanza de futuro.
Aunque no se tenga, se tiene que dar.
Eso es generosidad.
También se lee la mirada de empatía de Anne. La sororidad que pregonan sus ojos con la calidez de sus manos como punto de apoyo.
Las familias que han sufrido en sus carnes el maldito virus.
Y las que miran con respeto el sufrimiento ajeno.
Crecimiento para tod@s.
Porque aquí no hay bandos.
Aquí hay un país que va a una.
Las campanadas abrieron lo que es... un año de esperanza, de más feminismo y de aprender.
Que el dolor ajeno nos hace más humanos.
No había piernas ni escotes que enseñar, sólo pudimos ver la transparencia del alma.
Que llena los ojos de empatía
Y eso siempre será tendencia.