Cuando estás en una relación, es normal y hasta sano desahogarte de vez en cuando con tus amigos. Es algo que ayuda a procesar tus sentimientos y a poner determinados problemas en perspectiva. Sin embargo, cuando una persona no deja de quejarse, ese desahogo se vuelve contraproducente para la propia amistad.
Escuchar cómo un amigo se queja sin parar afecta a tu percepción de su pareja.
“Si solo te cuenta los aspectos negativos de su relación y de su pareja, te da una imagen incompleta y posiblemente imprecisa”, comenta la psicóloga Anna Poss. “Puede que entonces te empiece a caer mal su pareja y te frustres con tu amigo por seguir en una relación que te parece claramente negativa”.
Si un amigo confía en tus consejos para lidiar con sus problemas en vez de solucionarlos con su pareja, tal vez le estés haciendo un flaco favor a su relación.
“Es una especie de procrastinación. Puedes dejar ese proyecto importante para otro momento y quedarte en el sofá comiendo palomitas, pero ese proyecto no se va a hacer solo”, compara la terapeuta Nicole O-Pries. “Si sigues procrastinando ese proyecto, hará que te sientas mal mañana y al día siguiente. Tienes que trabajar en ello. Tienes que dedicarle esfuerzo a tu relación”.
Cuando el desahogo va demasiado lejos
Aunque te interesa que tus amigos se sientan cómodos cuando tengan que contarte sus problemas, escuchar sus quejas cada vez que quedáis no es bueno para ellos, para su pareja ni para vuestra amistad. Reflexiona sobre estas preguntas para determinar si algún amigo se está desahogando hasta niveles contraproducentes, sugiere Poss:
¿Qué porcentaje del tiempo que pasáis juntos lo pasáis hablando de sus problemas de pareja?
¿Habla sobre todo de su pareja o le da la misma importancia a otras facetas de su vida?
¿Con qué frecuencia te pregunta sobre tu vida?
¿Habla del mismo tema todo el rato e ignora tus comentarios?
Cómo manejar la situación
No te cortes a la hora de establecer límites.
Las relaciones sanas deberían tener límites sanos. No pasa nada por limitar el tiempo que le piensas dedicar a mantener conversaciones negativas sobre su pareja.
“Puedes decirle algo como: ‘Me he dado cuenta de que cuando estamos juntos, nuestras conversaciones parecen tratar casi siempre sobre tu pareja. Para mí es importante que pasemos tiempo juntos hablando de otros aspectos de nuestra vida’”, propone Poss.
Resiste la tentación de dar consejos, a no ser que lo pida.
Después de escuchar a tu amigo quejarse por enésima vez de su relación, tal vez pienses: ¿Y por qué no cortáis de una vez? Sin embargo, es mejor que te guardes tu opinión, ya que decirla en voz alta te puede jugar una mala pasada a ti en el caso de que sigan juntos.
“Recuerda que no eres tú quien está en esa relación. Lo que para ti es intolerable o insoportable quizás no lo sea para tu amigo”, comenta la terapeuta matrimonial y familiar Caroline Madden del Verily Magazine. “No le presiones para que corte aunque haya manifestado su deseo de hacerlo o aunque tú pienses que es la mejor opción. Lo que para ti es de sentido común puede que sea demasiada presión para la otra persona”.
Aconséjale que hable con un profesional.
Recuerda: eres su amigo, no su psicólogo. Solo puedes ayudarle hasta cierto punto.
“Una posible estrategia es hacerle saber a tu amigo que no te sientes preparado para solucionar sus problemas de pareja”, sugiere Poss. “Coméntale que sería mejor que lo hablara con un psicólogo profesional”.
Si sospechas que un amigo tiene una relación tóxica, muéstrale tu apoyo.
Hay una gran diferencia entre un amigo que se queja porque le molesta una manía de su pareja y alguien cuya relación pone en peligro su salud física y emocional.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.
Esa época en la que Helen Hunt (y no solo ella) era una gran fan de las blusas transparentes. Por su cara parece que no tanto de los besos en la cabeza de su entonces marido, Hank Azaria. (1996)
125
Aquí Richard Gere, Cindy Crawford y un tipo que nadie sabe quién es y que quedó aquí, tan mono, para siempre. (1988)
Pamela Anderson y su ex Kid Rock pasándoselo pipa en su boda, celebrada en Saint Tropez, al sur de Francia. Bravo para ella, por darle una oportunidad a un bikini como traje nupcial. (2006)
Una poderosa pareja de los noventa: Brooke Shields y Andre Agassi. Aquí estrechándose las manos, ese clásico gesto que tiene entre sí la gente que se quiere (1994).
Antes de compartir viales de sangre con Billy Bob Thornton, Angelina Jolie compartió corte de pelo pixie con su primer marido, Jonny Lee Miller. (1998)
Antes de compartir viales de sangre con Angelina Jolie (sí, la misma historia otra vez…), Billy Bob Thornton tenía unos aires un poquito menos goticos con su mujer de entonces, Laura Dern. (1999)
Jennifer Garner, en pleno momento Alias, demostrándole su amor a Scott Foley. No mientas: no tenías ni idea de que estuvo casada con él antes que con Ben Affleck. (2002)
Locura de centímetros: el jugador de baloncesto Dennis Rodman y la actriz Carmen Electra, con pinta de estar muy enamorados, durante un encuentro con la prensa en un Planet Hollywood (sí, uno de esos restaurantes noventeros que estuvieron por ...
Mario Lopez y Ali Landry (Miss USA 1996, conocida en Estados Unidos como La chica de los Doritos, por varios famosos anuncios que hizo con esa marca y que se emitieron en la SuperBowl) nos enseñaron una importante lección: la pareja que va de ...
Sí, hubo una vez en la que Geena Davis tuvo un par para ponerse el mismo vestido que llevaba Julia Roberts en la escena de la ópera en Pretty Woman. Parece que su exmarido Jeff Goldblum le daba el visto bueno. (1990)
Antes de hacer cortos increíblemente alucinantes sobre el sexo de los insectos, Isabella Rossellini estuvo casada con el director de cine Martin Scorsese.
Aquí Patricia Arquette impresionante en una camiseta cual malla medieval y su ex Nicolas Cage con la chaqueta más Nicolas Cage que pudo encontrar. (1997)
Sí, Dennis Hopper y Michelle Phillips (de The Mamas and the Papas) solo estuvieron casados durante OCHO días. Pero en los ocho se les vio bien guapos. (1970)
Un atónito Cris Judd —también conocido como el segundo marido de J. Lo— observa mientras su señora hace un paso de baile bastante loco durante una actuación en el programa Today (2001).
Esa época en la que Helen Hunt (y no solo ella) era una gran fan de las blusas transparentes. Por su cara parece que no tanto de los besos en la cabeza de su entonces marido, Hank Azaria. (1996)