América Latina: 2018 puede reafirmar la sociedad con China y la UE
Ante el desborde proteccionista de algunas naciones, Latinoamérica tiene una oportunidad única de hacer de China y la UE sus principales socios comerciales.
Escribo estas líneas desde Brasilia, donde he asistido a la Cumbre del Mercado Común del Sur, MERCOSUR, la última de 2017, signada por los esfuerzos de los países en cerrar los detalles finales de un acuerdo de libre comercio con la UE.
Por primera vez en muchos años se puede afirmar que la relación dentro de MERCOSUR es muy positiva y los avances que se han logrado en temas como compras gubernamentales e inclusión del azúcar acercan discusiones de vieja data.
Pero lo más destacado por todas las delegaciones ha sido la voluntad y capacidad de acuerdo del MERCOSUR en presentar una ambiciosa oferta común a la UE para poder avanzar en la firma de un tratado de libre comercio.
No obstante la satisfacción interna sobre lo anterior, en las delegaciones de los países quedó manifiesta una razonable frustración al no poder concretar la firma del acuerdo en Brasilia, ante la incapacidad europea de lograr una acuerdo interno y ofertas mínimamente dignas —considerando la dimensión de los bloques involucrados— en productos como la carne bovina.
Habrá que esperar una nueva ronda de consultas en el viejo continente a comienzos del 2018 para mejores noticias.
Aunque no se haya cerrado aún este capítulo entre MERCOSUR Y UE, no deja de ser un soplo de aire fresco ante las tendencias proteccionistas que avanzan en el mundo, promovidas, sobre todo, por el "America First" del presidente Donald Trump.
Al menos de este lado del continente vemos con satisfacción que se siga trabajando en pro de los acuerdos comerciales y la integración regional.
Esta circunstancia ha favorecido además, el acercamiento con China, con un 27,7% de aumento interanual de las exportaciones desde América Latina y el Caribe tan solo en el primer semestre de 2017, según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
De hecho, fui testigo de primera mano de ese acercamiento cuando estuve en Punta del Este (Uruguay) durante la celebración de la Cumbre Empresarial China-LATAM en el marco de la cual FONPLATA firmó una alianza estratégica con el BID por 100 millones de dólares.
Durante esos días en el balneario uruguayo, observé la intensa actividad de las delegaciones, las reuniones de empresarios de primer nivel, de distintos países latinoamericanos y sus contrapartes de China, así como entre funcionarios chinos y latinoamericanos.
Se celebraron, según los organizadores, más de 1500 reuniones, lo cual parece indicar que el gran dinamismo de la relación China-LATAM no hará más que acelerarse durante 2018, con nuevas oportunidades de inversión, crecimiento y desarrollo en la región que es ya el segundo destino para las inversiones chinas.
Lo interesante de estos esfuerzos es que nuestra región sigue avanzando en las dos direcciones: es decir, profundizando su alianza con China y, como dijo recientemente el presidente de Argentina, Mauricio Macri, "pisando el acelerador" en lo que se refiere al acuerdo con la Unión Europea.
Este doble esfuerzo puede ser, además, la estrategia más sensata para aprovechar el buen momento del conjunto de las economías latinoamericanas, con un crecimiento esperado de 1,2% al cierre de 2017 y de 2,3% en 2018, según las cifras del Banco Mundial.
Sin embargo, hay desafíos a tener en cuenta. Como advierte la Organización Mundial de Comercio (OMC): "El comercio puede fortalecer el crecimiento mundial si la circulación de mercancías y el suministro de servicios a través de las fronteras se mantiene en general sin trabas".
Por nuestra parte, seguiremos trabajando para que esas trabas puedan superarse, y estamos dispuestos a apoyar a los países latinoamericanos y especialmente a los de la Cuenca del Plata para que la región solidifique sus lazos plurales de comercio para generar más oportunidades de desarrollo para todos.