Najwa Nimri ('La Casa de Papel'): "Tengo una experiencia clarísima con el éxito y si no te quieres exponer, no te expones"
La actriz, Álvaro Morte, Pedro Alonso, Itziar Ituño, Rodrigo de la Serna, Esther Acebo y Jaime Lorente hablan sobre la tercera temporada de la serie en Netflix.
Aunque quedan más de diez días para el estreno de la tercera temporada, Netflix ya ha confirmado que está rodando la cuarta parte de La Casa de Papel. La serie llegará a la plataforma el próximo 19 de julio y lo hará convertida en un éxito mundial.
La ficción, con sello español —su gran identidad es latina, como apunta su creador Álex Pina—, ha llegado a los 190 países a los que la plataforma le ha abierto las puertas y la ha convertido en la serie de habla no inglesa más vista de su historia. Nadie escapa al fenómeno fan de la banda que, con la máscara de Dalí y un mono rojo, se coló en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para atracarla y que ha conquistado un Emmy.
El primer capítulo de esta tercera temporada abrirá una trama que en principio parecía cerrada y que jugará con la elasticidad de cinco capas de tiempo, a un ritmo continuo y con varios géneros en casi una misma escena.
El presupuesto de la serie, apuntaron desde Netflix en la rueda de prensa, “se va a traducir en pantalla, en la calidad”. Aunque Pina indicó días antes que esta vez hay “un 30 o un 40% más de personas” y “más valor de producción”. La calidad se ha disparado tanto como las pulsaciones de los actores. Para trabajar en La Casa de Papel “hay que tener el pulso alto”, explica Najwa Nimri. Ella (que se incorpora esta tercera temporada), Álvaro Morte, Pedro Alonso, Itziar Ituño, Rodrigo de la Serna, Esther Acebo y Jaime Lorente explican en una entrevista con El HuffPost los detalles de la serie.
Con La Casa de Papel, ¿ya se puede decir que en Estados Unidos se ven series españolas?
Álvaro Morte: Los estadounidenses no ven series españolas, pero los españoles tampoco veían nuestras series. Había un rechazo hacia la ficción española por el mero hecho de serlo, y creo que gracias a La Casa de Papel, además de a otras muchas series que han surgido estos años con una calidad cojonuda, de repente el español está un poco más vuelto de cara para ver qué se está haciendo aquí. Estamos consiguiendo también ese reconocimiento. ¡Y en Tailandia se estaba poniendo de moda el pelo de Esther Acebo!
Se ha conseguido que una serie de habla hispana llegue a 190 países.
Esther Acebo: Es maravilloso que sea en castellano y viniendo de aquí. Parece que necesitábamos ser estadounidenses o británicos para hacer buena ficción y de repente ver cómo la gente aprende en otros países palabras en español hace que te sientas super orgullosa.
Rodrigo de la Serna: Para nosotros es más cómodo. Poder acceder a ese nivel de visibilidad desde el idioma que uno habla... El español abarca una territorialidad muy amplia y una diversidad cultural también; y el hecho de poder acceder con esta lengua a una masividad global conservando la identidad, en mi caso de argentino, es maravilloso. Es algo que el mundo anglosajón no te lo permite: ahí está el mundo de lo latino, que es el caribeño y es narcotraficante o bailarín de salsa. Dentro de este mundo, desde nuestra particularidad, podemos enriquecer el mundo también.
Tanta expectación suena un poco abrumadora, ¿no?
Esther Acebo: Da más vértigo entrar en un restaurante y que hayan diez personas mirándote. Soy incapaz de poner en mi cabeza 190 países con todos sus espectadores. Y casi es mejor no pensarlo demasiado. Sí, sería abrumador.
Jaime Lorente: Tu mente no abarca la distancia, el éxito.
El personaje de Mónica Gaztambide, de todos los protagonistas, es el más desvinculado de la banda en las dos primeras partes. ¿Será la revelación feminista en la tercera temporada?
Acebo: Arrancaba al final de la segunda con mucho valor, viviendo un cambio en el que se encuentra cómoda y libre. Creo que ‘valor’ es lo que tiene presente todo el rato. El valor de enfrentarse a situaciones que no comparte y el de posicionarse para decir ‘esto no está bien’. Tiene un subtexto muy feminista, sí, pero no tanto en sentido reivindicativo. Es una madre de un crío de dos años que se va a meter en un atraco, el discurso feminista va a estar ahí porque eso va a suponer conflicto, algo con lo que se enfrentan muchas madres pero llevado al límite, obviamente... no es un trabajo al uso, la verdad (ríe).
¿Las mujeres tienen menos oportunidades para interpretar a un villano?
Najwa Nimri: No es que a las chicas le ofrezcan menos ser villano, sino que el patrón es más cerrado a partir de los 30 y tantos. Si eres muy mala o eres villana puedes ser puta, guapa, horrible... Dentro de la villana, aun cumpliendo años, tienes un abanico de posibilidades enorme. Siendo la buena, depende de tu aspecto físico, entras en el mundo del horror —por lo menos son cosas que a mí no me interesan—. No digo que no a la bondad, hay un montón de cosas que explorar ahí y que exploro, sobre todo en cine, en tele todavía no me ha tocado, pero tiene que ver con muchos factores. A mí siempre me ha interesado especialmente el lado oscuro.
Si hay un psicópata en la serie, ese es Berlín...
Pedro Alonso: Este hombre es profundamente humano y profundamente ardiente; otra cosa es el uso que hace de esas herramientas. Pero es un hombre capaz de empatizar absolutamente con la persona que tiene enfrente y leerlo. Aunque, en lugar de empatizar para generar algo socialmente bueno, lo hace para desatar el caos. Está en el uso que hace de ello. ¿Por qué teniendo esa sensibilidad se pasa al otro lado? Esa es la pregunta para mí. Y al revés. ¿Por qué El Profesor, que es un tipo ordenado planea algo así y Raquel Murillo, que es policía, decide cruzar la línea de lo legal? Seguramente es el espejo del mundo.
El fenómeno fan, ¿es un hándicap, una ventaja o las dos cosas?
Nimri: A los que les parezca un hándicap es que lo están viendo mal. Si te metes aquí pensando que es un hándicap la exposición, no te metas. Tengo una experiencia clarísima con el éxito y sé que si lo quieres manejar y no te quieres exponer, no te expones. Está expuesto quién quiere. Si tú no quieres que te saquen fotos en bañador, no te las sacan, eso es un hecho. Se puede hacer, lo constato, yo lo hice. Y ahora lo puedo seguir haciendo y la gente te respeta. No es tan difícil. Tú marcas el camino que quieres llevar. Todo tiene sus partes buenas y sus partes malas, hay momentos de tensión en los que notas que hay como una atención extra que no siempre es cómoda, pero hay millones de atajos. Igual también es la edad y si me hubiera pillado con 19 lo habría vivido de manera diferente. Viví la fama que se vivía entonces, que era más llevadera, no era la que se lleva ahora. Las cosas cocinadas lentas se entienden mejor, porque hay un proceso. Aquí no hay tiempo de proceso, así que entiendo que al que le ha pillado de golpe se le vaya la olla. Gestionar todo eso es complicado cuando eres muy joven y de puertas para afuera no eras nadie y de repente te conviertes en alguien. Pero no es tan importante. Te matan de la misma manera en una serie con 800 miilones de followers. Somos piezas de un engranaje global. Prefiero ver ese lado. Yo juego.
De la Serna: Particularmente no me mola que se metan en mi vida privada, aunque es un concepto un poco del siglo XX. Tengo redes sociales, pero casi no las uso.
¿Dónde notáis más el fenómeno fan?
Pedro Alonso: Donde más tranquilos hemos estado este año es aquí, en España. Salías fuera y era una locura y llegabas aquí y decías: “Bueno, pues aquí desconecto”.
Vosotros tres (Morte, Alonso, Itziar Ituño) sois un trío curioso... La policía, el psicópata y el empollón.
Morte: Sí, como cualquier grupo de colegas (ríe).
Todos los personajes de la banda, menos El Profesor, tienen un alias que es el nombre de una ciudad internacional. ¿Cuál seríais, si hubiese que ‘españolizarlo’?
Alonso: Yo el del pueblo de mi padre, Soutelo de Montes.
Ituño: Yo Abaltzisketa, de Guipuzkoa.
Morte: Yo nací en Algeciras, pero he vivido en muchos sitios. Cada dos años íbamos de un sitio para otro, me siento de muchos lugares... porque cada uno de esos sitios me ha dado cosas muy bonitas. Y más hoy por hoy, tal y como están las fronteras, no me pondría el nombre por donde he nacido porque es algo anecdótico, no es algo que tú decidas. Si me parece más interesante decir he estado viajando, he visto mundo, y creo que el sitio que más conecta conmigo es éste. Me parece más interesante.
¿Y cuál conecta más contigo?¿Cuál sería el nombre de ciudad de El Profesor?
Alonso: Venga, dí, Murcia, Pozuelo...
Ituño: Cercedilla...
Morte: El Profesor sería El Vaticano, no por religioso, sino porque es una ciudad estado, muy pequeña, pero... (Se dirige a Alonso e Ituño) ¡Os queréis callar, cabrones, que estoy diciendo que no es nada religioso! Me refiero al poder de El Vaticano, es tremendamente pequeña, pero controla muchas partes del mundo y eso es El profesor, un tipo muy hermético, muy cerrado, pero que controla todo.
Alonso: Hay que escribir una secuencia con esto. ¿Dices que te quieres llamar El Vaticano?
Morte: Sí, y en realidad El Profesor se llama Jesús.