Gamarra no es Álvarez de Toledo: menos Oxford y más Logroño
Así ha sido el debut de la nueva portavoz del PP para bien y para mal
“Pregunta de la diputada doña Concepción Gamarra Ruiz-Clavijo del Grupo Popular en el Congreso”. Al ruedo directamente. El PP estrenaba este miércoles nueva portavoz tras la flemática, cañera y abrupta etapa de Cayetana Álvarez de Toledo. La Messi de Casado ya es pasado vintage para Génova. Todos a una con Gamarra.
Un momento. Ay, ingenuos. Álvarez de Toledo no estaba dispuesta a pasar desapercibida. Y en tiempos de pandemia se ha abierto un canal en Youtube justo en estas horas. ¡Tiembla Dulceida! ¿La fichará el Gobierno para su campaña de influencers? No está dispuesta la diputada a que la olviden tan fácilmente. Nada de juguete roto.
Venga, vuelta al Hemiciclo. Primer día de cole para Cuca Gamarra, flanqueada por el jefísimo, Pablo Casado, y el segundo jefísimo, Teodoro García Egea. Por cierto, este último se ha convertido desde el minuto uno en el gran fan de la nueva portavoz. Asentía todo el rato con la cabeza, sonreía, miraba desafiante a la bancada socialista, se atusaba con mimo la corbata. No se ha notado nada que él estuvo detrás de la operación de guillotina contra Álvarez de Toledo...
En agosto se vendió esta operación (no, no es Kitchen) en la Portavocía como un giro a la moderación. Una señal de que Casado quería volver al centro y alejarse de Vox. En el casting la mejor nota la sacaba Gamarra, con menos aspavientos que Álvarez de Toledo, con un tono más calmado, con menos aires aristocráticos y menos desdén intelectual. Es decir, más Logroño y menos Oxford.
Por partes. Ese cambio se ha notado, por ejemplo, en algunos de los temas. Gamarra, forjada en la política municipal, antigua ‘sorayista’ y con aires eternos de alcaldesa, ha querido darle un toque más ‘popular’ hablando de la gente, citando a los autónomos y exigiendo que se cumplan medidas de izquierdas como el Ingreso Mínimo Vital. Nada de ‘cayetanas’ elucubraciones sobre la ruptura del Estado, la libertad de expresión y el precipicio catalán.
Pero paren ahí, no es una reencarnación de la Pasionaria. Gamarra es conservadora en la pureza del término, no esperen revoluciones. Ha sacado a relucir expresiones y argumentos para delicia de su jefe como Bildu. Y dedo en la llaga: las tensiones en el Gobierno. Ha venido a decirle a Carmen Calvo que quién manda en La Moncloa, si Iglesias o Calviño, si Montero o Garzón. Eso gusta mucho en su bancada y en su electorado. Que Gamarra sabe lo que es ganar elecciones municipales, eh. Y es consciente que los votos no vienen por gracia divina, como pensaba Álvarez de Toledo, por ser listos y haberse educado en la élite mundial.
Sin papeles, aunque se le han notado un poco los nervios en algunas palabras. Pero los suyos han acabado contentos. “Muy bien, muy bien”, han coreado cuando ha acabado. Casado solo ha cuchicheado con ella al final, pero se ha cruzado una mirada de aprobación con García Egea. En la segunda fila observaban algunos de los que estuvieron en las quinielas para ese puesto. Pablo Montesinos la ha mirado atentamente, mientras que Antonio González Terol, Jaime Olano y Belén Hoyo tenían la mirada en el techo mientras la nueva portavoz se zafaba con Carmen Calvo.
La vicepresidenta, que no da puntada sin hilo, ha dicho que ha visto pasar a cuatro portavoces parlamentarios del PP. Ya le había hecho llegar en privado su felicitación por el nombramiento pero lo ha querido hacer en público también. Ojo, ojo, que esto no ha significado tregua política.
Le ha sacado a colación a la propia Álvarez de Toledo. No hay nada que puede fastidiar más que que te menten a tu antecesora el día de la puesta de largo. Cosas del parlamentarismo. “Siempre la misma sustancia. Puño de hierro en guante de hierro”, le ha soltado a Gamarra. Menos mal que aterrizaba como moderada, le ha arreciado después. Y es que a los socialistas tampoco les viene muy bien este cambio, preferían a una radical cercana a Vox para presentarse como más centrados y encender a la izquierda.
El primer capítulo Calvo vs. Gamarra ha sido menos apoteósico, dramático y campal que los de Álvarez de Toledo. La nueva portavoz no ha conseguido colar grandes titulares la mañana de este miércoles, mientras que la anterior reventaba los digitales desde las nueve. Si Casado buscaba discreción, lo ha conseguido. Eso sí, ha logrado una voz que habla más en nombre del PP y no en el suyo propio para lucimiento. El PP se reinventa: del “menos Siria y más Soria” al “menos Oxford y más Logroño”.