Almeida contra Madrid
En estas últimas semanas, Almeida ha puesto a Madrid a la cola de Europa con sus decisiones que desafían a la lógica, al sentido común y al bienestar de los madrileños y las madrileñas.
Almeida está contra la propia ciudad que en teoría gobierna. Su actitud y decisiones en estas últimas semanas son el reflejo de un “alcalde” al que Madrid no le importa. Almeida, que debería estar preocupado por mejorar la vida de la gente de Madrid está a otras cosas. En primer lugar, se le ve preocupado por la posible trama de corrupción con las mascarillas de Madrid. En segundo lugar, Almeida se preocupa más de hacer política a nivel nacional, que a nivel local. Además, últimamente, el “alcalde” de Madrid es muy dado al tweet fácil, denotando cierto cuñadismo con un humor muy ácido que no queda bien en un cargo político (y menos de su importancia). En tercer lugar, Almeida está contra Madrid, pues con cada decisión pone a Madrid a la cola de las capitales europeas.
Este verano ha habido tres decisiones que han demostrado que Almeida está contra Madrid y su gente. Estas decisiones tienen relación con el respeto, la tolerancia, los derechos laborales, el clima y el bienestar de los madrileños y madrileñas.
La primera decisión errónea llegó a finales de junio. Almeida, por tercer año consecutivo, no puso la bandera LGTBI en pleno Orgullo. Se amparó en que no es una bandera constitucional. Por cierto, la bandera de Ucrania tampoco es constitucional y la podemos ver en edificios institucionales de Madrid (y con razón, ya que es una causa justa) como por ejemplo, la Cibeles o el Ayuntamiento, (fueron iluminados con los colores de Ucrania) y en el Edificio de los Grupos Políticos del Ayuntamiento de Madrid, donde la ultraderecha de VOX pidió que se retirase la bandera ucraniana, ya sabemos que ellos son aliados de autócratas como Putin y Trump que para algo les financian. ¿Por qué unas banderas están vetadas y otras no si ambas tienen un mensaje de respeto y tolerancia?
Además, para más indecencia, Almeida no acudió al pregón del Orgullo, dando la espalda al colectivo LGTBI, ese mismo que sufre un 10% más de agresiones que hace 3 años, que en 2021 sufrió 211 agresiones solo en Madrid y que en 2022 parece no mejorar la situación… Almeida se está especializando en dar plantón a eventos de este tipo ya que también pisoteó la memoria de Almudena Grandes. Es el precio a pagar por gobernar con la ultraderecha. De hecho, a Almeida le vimos en un partido del Rayo Vallecano con la ultraderechista Rocío Monasterio. Para la cultura y el Orgullo Almeida no tiene tiempo, pero para ir al Estadio de Vallecas con sus socios de VOX, invitados por un presidente que maltrata a su afición, sí tiene tiempo…
Y de nuevo Almeida, con su sectaria y ridícula decisión de vetar al colectivo LGTBI, puso a Madrid a la cola de capitales europeas. La bandera LGTBI se pudo ver en Ayuntamientos e instituciones de todas las capitales europeas como el Ayuntamiento de Paris, el de Londres, el de Berlín y el de Bruselas. También en instituciones europeas como el Parlamento Europeo o la Comisión Europea. Muchos usuarios se lo recordamos en Twitter pidiendo que colocase la bandera con el hashtag #AlmeidaPonLaBandera añadiendo las fotos de algunos de los lugares citados. Pero Almeida no escucha, solo obedece órdenes de sus socios de ultraderecha, que le marcan su agenda.
La segunda actuación de Almeida que le pone contra Madrid ha sido su actitud con el trabajador de la limpieza fallecido en Vallecas. Un trabajador que tenía un contrato precario de un mes con una subcontrata del Ayuntamiento. Escasos días antes, Almeida afirmó que desconocía como eran los trajes de los barrenderos de Madrid. Pero eso no es lo más grave. Lo más grave fue el silencio que guardo durante dos días (probablemente si el barrendero se dedicase a otra profesión, Almeida hubiese reaccionado al instante como cuando fue el patrón de la Policía Municipal y no tardó ni un segundo en felicitar a dicho cuerpo) y sus declaraciones posteriores, donde quiso escurrir el bulto, no reconocer el error del Ayuntamiento de Madrid y culpar al Ministerio de Trabajo, quién ya avisó de las medidas a tomar para cumplir con la prevención de riesgos un mes antes de que este trágico suceso pasase. De nuevo Almeida abandonando Madrid y dedicándose a la política estatal y a crear debates estériles de barra de bar. Si Almeida quiere dedicarse a la política nacional, es muy legítimo, pero que deje de usar Madrid para dar el salto y para sus intereses políticos e ideológicos.
La tercera y última decisión (última del artículo, ya que estoy seguro de que Almeida seguirá tomando medidas ilógicas contra Madrid y su gente) fue la de cerrar El Retiro en plena ola de calor. Sí, cerrar el único espacio gratuito donde hay sombra y donde las temperaturas no son tan elevadas (por el efecto de los árboles) privando al pueblo de Madrid de su pulmón principal. Una decisión irracional que hace que Madrid haga el ridículo en Europa, pues mientras Almeida cierra El Retiro por la ola de calor, otras capitales europeas también afectadas por las altas temperaturas han hecho lo contrario. Por ejemplo, en París los parques principales, como el de La Villette, han ampliado horarios y cierran a la 1 de la noche, en Berlín y Bruselas, los parques principales como el Mauerpark o el parque del Cincuentenario, estarán 24 horas abiertos durante el verano. Y en Madrid, nos cierran El Retiro, porque igual Almeida piensa en privatizarlo o prefiere que la gente de Madrid vaya a centros comerciales a gastar y consumir.
Además, el cierre de El Retiro no corresponde con el protocolo firmado por Carmena en junio de 2019, ya que dicho protocolo ordenaba cerrar El Retiro cuando hubiese temperaturas superiores a 35 gradas y a la vez que rachas de viento superiores a 55 km/h. En Madrid la mayor racha de viento en plena ola de calor fue de 12,1 km/h el 26 de julio. Esto demuestra que Almeida no está cumpliendo el protocolo, está cerrando El Retiro de manera arbitraria y sin ningún criterio científico.
En definitiva, Almeida con sus decisiones ideológicas, sectarias, clasistas y contra la propia lógica, nos está quitando lo que es de todos los madrileños y todas las madrileñas haciendo una ciudad peor, más intolerante, con menos derechos y con menor bienestar social. De nuevo, Almeida contra Madrid.