Alerta de lo que está pasando en su trabajo (y en muchos otros) con los datáfonos
Se está extendiendo y muchos no se habían dado ni cuenta.
Pagar con datáfono, sobre todo tras la pandemia, se ha convertido en una situación habitual para muchos ciudadanos que prefieren usar la tarjeta o el teléfono móvil antes que el dinero en metálico.
Estos aparatos suelen ser mejorados rápidamente y, en muchas ocasiones, sin tener en cuenta a todas las personas.
Una usuaria de Twitter ha logrado una importante difusión al alertar de lo que está pasando con este aparato cuando las empresas han pasado a hacerlos totalmente táctiles.
“Tanto en mi trabajo como en otros negocios han cambiado los datáfonos, ahora son táctiles. No veía ningún problema en ello hasta que hoy ha llegado un chico ciego y para poner el pin de su tarjeta ha tenido que decírselo a una amiga suya porque ya no podía guiarse por las teclas”, ha denunciado la usuaria de Twitter.
En otro mensaje ha comentado: “No sé si hay algún tipo de instrumento que adapte los datáfonos táctiles a las personas invidentes, pero si lo hay, desde luego que no viene con los datáfonos. Si es necesario pedirlo ya me parece también una limitación”.
En los mensajes que ha recibido la publicación otros trabajadores reconocen que tampoco se habían percatado de esta situación y han dicho cosas como “vaya atraso con la accesibilidad”.
Para aquellos que pagan con tarjeta de forma habitual el Banco de España tiene algo importante que decirles: pide siempre copia.
El organismo explica que tras el término “copia” lo que hay es, en realidad, el resguardo del terminal de punto de venta (TPV) con los detalles del pago.
“Tal vez digas que no y probablemente esta es una buena decisión, no lo necesitas y, además, así proteges el medio ambiente”, señala el propio Banco de España, que recomienda hacer algo antes de pronunciar ese “no”: “Asegúrate de que te han cobrado la cantidad adecuada y que figura así en la pantalla del TPV”.
El propio organismo admite que esto es algo obvio porque se trata, en resumen, de “mirar lo que pagas”. “Puede que a veces actúes de forma automática y ni mires lo que te cobran”, comenta el Banco de España.