"Me voy, no puedo más": así fueron los últimos momentos de Rivera entre lágrimas al frente de Cs
Confesiones en su libro de memorias: "Intenté hablar, pero me desmoroné".
“Me voy. No puedo más”. Albert Rivera dijo estas palabras y acto seguido clavó los codos, agachó la cabeza y se puso a llorar. Así fue el momento, a puerta cerrada, en el que confesó a la cúpula de su partido que dejaba la política el día después del batacazo electoral del 10-N.
El exlíder de Cs ha decidido revelar este momento con todo lujo de detalles en el libro que acaba de publicar titulado Un ciudadano libre. “Intenté hablar, pero al instante me desmoroné”, confiesa, para luego reconocer: “Apenas logré pronunciar dos frases”.
“Mis compañeros, muchos claramente emocionados y con lágrimas en los ojos, empezaron a aplaudir”, relata Rivera. Apostilla: “No duró más de un minuto pero me pareció eterno. Sentía tristeza, vergüenza, pero a la vez mucho agradecimiento y cariño”.
Entonces les pidió que dejaran de aplaudir y literalmente les dijo: “Parad. Si seguís, me vais a matar”. A los segundos, retomó su discurso interno en el que explicó lo “duro” que había sido para él ese año.
“La decisión estaba ya tomada”
Comenta que ya en noche electoral, unas horas antes y “ante la dureza de los resultados”, sopesó la posibilidad de poner de inmediato su cargo a disposición del partido. “Incluso lo hablé con Villegas y con algún otro miembro de la Ejecutiva”, escribe Rivera. Sin embargo, al final decidió convocar para ese lunes una reunión de la cúpula. A su juicio, “era la forma correcta de hacer las cosas”.
Esta misma noche electoral, describe el expolítico, “algunos miembros de la Ejecutiva comenzaron a sospechar”: “Recuerdo un mensaje de Begoña Villacís -que leí tarde, es decir, tras la comparecencia de los medios- en el que me decía que la responsabilidad era compartida”.
“También uno de nuestros asesores, Pablo Pombo, me escribió e intentó convencerme con argumento sólidos de que debía aguantar al frente de Ciudadanos, al menos un tiempo”, consta en el libro.
Pero “la decisión estaba ya tomada”, explica el propio Rivera: “Y desde hacía tiempo lo tenía asumido”. De hecho, algunas de las notas para el discurso estaban en su móvil “semanas antes del inicio de la campaña”. “Las había escrito en los ratos libres, durante los viajes de vuelta a casa después de un mitin o mientras me tomaba un café en el despacho”, desgrana el ‘naranja’-
“Desde mayo de 2019 -prosigue- había empezado a asumir ese plan B que me permitiera tomar decisiones sin temor al futuro, pasara lo que pasara en las urnas. En un año habíamos vivido cuatro campañas electorales agotadoras. Y confieso que, después de que se convocaran los últimos comicios, llegué a preguntarme si debía seguir siendo el candidato de Cs a la Presidencia del Gobierno”.
Recuerda al hilo: “Me sentía mentalmente exhausto”.
Después de la comparecencia en la que anunció su dimisión, se quedó “asombrado” ya en su despacho por los “cientos de mensajes” que tenía en el móvil. “La mayoría eran de felicitación por el discurso del adiós”, precisa Rivera.
Este “terremoto emocional”, insiste, culminó cuando entró después de todo el día otra vez en el despacho: “Cerré la puerta y, de nuevo, me eché a llorar”. “No fueron más de cinco minutos, pero me sirvieron para soltar toda la tensión acumulada desde hacía varias horas”, remata.