Alaska y Mario: personas, personalidades y personajes

Alaska y Mario: personas, personalidades y personajes

Ella es la calma, la reflexión y la sabiduría. Él, un Redoxón burbujeante en perpetua efervescencia, la espontaneidad sin traumas y el ingenio.

Mario Vaquerizo y Alaska. Thomas Canet

Alaska (Olvido Gara) y Mario Vaquerizo nos tienen acostumbrados a ser ellos mismos en múltiples facetas: son celebrities, cantantes en sus respectivas bandas (Fangoria y Nancys Rubias), escriben o se dejan querer en distintos formatos televisivos como concursantes, colaboradores, protagonistas de su propio reality, en publicidad o como presentadores, que es el caso de la última aventura de Alaska al frente de Cine de Barrio, el mítico espacio de La1 que ya cumple 25 años en TVE.  En esta ocasión les descubrimos en su vertiente de actores como Paca Castellón, una vedette cómica que ha perdido la gracia y Enzo Marini, un coreógrafo italiano que en realidad es de Albacete y se llama Lorenzo. Ambos son personajes de La última tourné, una comedia escrita y dirigida por Félix Sabroso. Bibiana Fernández, Manuel Bandera, Marisol Muriel y Cayetano Fernández completan el reparto de la obra que se estrenará en Madrid -Covid19 mediante-, el próximo día 21. Este vodevil nos traslada a la España de comienzos de los 90, en plena post Transición, a través de la mirada de una troupe de cómicos. La obra, por otra parte, es la «excusa» para encontrarnos con estas dos personas, personalidades y personajes todoterreno… O sea, Mario y Alaska.

Llevan 21 años juntos, conocen lo mejor y lo peor de cada uno, se aceptan, se complementan y resultan esenciales para sus respectivas existencias. Alaska y Mario Vaquerizo se miman, se cuidan, se admiran, se respetan y protegen no como tortolitos empalagosos, sino como socios incondicionales de vida. Viven en su propio planeta intransferible y seguro, desde el que se comunican y comparten lo que haga falta con el resto de los mortales. Son un tándem, son dos pero muy diferentes: Alaska es la calma, la reflexión y la sabiduría. Mario, un Redoxón burbujeante en perpetua efervescencia, la espontaneidad sin traumas y el ingenio. A esta pareja, que tanto culto rinde a la estética externa de su personalidad pública, el corazón le late en armonía sin cirugía, bótox o maquillaje porque se quiere al natural, porque quererse es lo natural.

(Puede que de vez en cuando se tiren los trastos a la cabeza, como el resto de los mortales, pero no lo sabemos aunque siempre es recomendable -sin exagerar- para orear, reajustar, reacondicionar y mantener en forma y equilibro a la pareja.)

Nos reciben para hablar de La última tourné, una comedia escrita y dirigida por Félix Sabroso que tras una larga gira por distintas ciudades españolas se estrena en el Teatro Calderón de la capital el próximo 21 de octubre, eso sí, Covid-19 mediante. En compañía de Bibiana Fernández, Manuel Bandera, Marisol Muriel y Cayetano Fernández, este vodevil supone la segunda incursión de Alaska y Mario sobre un escenario. La primera, casi un juego entre amigos, fue El amor sigue en el aire, también con Bibiana, Manuel y Sabroso. Lo que iban a ser dos días de espectáculo, se convirtieron en 85 funciones y el despertar de un nuevo gusanillo glotón ávido de emociones para este dúo de todoterrenos del entretenimiento. «Nos gustó tanto la experiencia -dice que Mario- que ahora volvemos a la carga». Y así se les ve de felices.

Pregunta: Una cosa debe ser cantar, otra aparecer en la tele siendo uno mismo y otra actuar. Según vosotros, ¿sois buenos actores?

Mario Vaquerizo: A mí me parece que Alaska, técnicamente hablando, es mejor actriz y más metódica que yo, pero creo que yo lo hago bien…

Alaska: Hay que aclarar que tanto en El amor sigue en el aire como en La última tourné los personajes se han escrito pensando en nosotros. El autor y director sabía, o a lo mejor apostaba, por lo que podíamos darle. Mario interpretando es más intuitivo y yo soy más trabajadorcita… Y a veces hay que tener un ángel. Yo puedo y estoy seis horas estudiando el texto, pero a ese ángel no lo tengo. Mario y Bibiana, con tres horas y media, lo tienen perfecto, se despreocupan y ahí asoman esas alas.

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¿No os parece de ciencia ficción que el estreno dependa de la Covid-19? ¿Qué os parece que un bicho invisible haya cambiado y arrasado con todo?

Mario Vaquerizo: La peste también era invisible y acabó varias veces con muchas cosas. Este tipo de virus no tangible a nuestros ojos pueden hacer mucho daño pero no es no la primera ni la última vez que va a pasar. La historia es cíclica. Las crisis económicas, políticas, sociales y culturales van a estar ahí siempre.

Alaska: Nuestro mundo se ha sacudido. La diferencia hoy en día es la movilidad ¡Nunca hemos tenido tanta! En las cruzadas, cuando el señor regresaba a Inglaterra habían pasado cuatro meses. Aquí, el señor que te pilla la peste en Bizancio, a las tres horas está en Londres. Esto es un problema.

MV: Yo espero que el cambio que nos ha puesto «el bicho» sea momentáneo. Confío en los grandes profesionales de la investigación para que le peguen un tiro y nos deje en paz. ¡Es un auténtico coñazo! Quiero las calles llenas de gente, las terrazas atestadas de gente, las Fiestas de la Paloma, la Feria de Abril, las Fallas, los San Fermines… Quiero que España siga siendo lo era. ¿Que ahora no puede ser y tenemos que ser y somos prudentes, educados y pensamos, en los demás? Vale, pero que yo no soy japonesa: ¡Me gusta el contacto!

A: Yo soy un poco más japonesa en la actitud. Cuando estuvimos en Tokio yo le decía: «Mario, ¡qué maravilla la gente no te besa, no te abraza, no te coge…!». Yo en eso soy poco latina, no me molesta porque convivo con la gente, pero hay una cierta distancia que encuentro que básicamente es más educada que como somos nosotros. Aunque como dice Mario, más allá del trato personal, sobre todo en países como España donde estamos acostumbrados a vivir hacia afuera, donde no es de noche a las tres de la tarde, donde la gente termina de trabajar y se encuentra y el resto de toooodas las implicaciones culturales que eso tiene, es imposible sostenerlo tal y como está ahora mismo y que es lo que hay que hacer, pero…

MV: Yo hice un grupo para actuar en las verbenas de los pueblos y ahora no se puede. Nunca he querido actuar en un sitio para diez personas haciendo conciertos acústicos, que es lo que se puede hacer ahora y me encanta, y me alegro por esos artistas pero mi concepto del artisteo es muy diferente, y yo de momento no lo puedo hacer. ¿No hay que hacerlo? Me calmo, pero que no se instaure.

Me han ofrecido hacer muchos programas y anuncios de televisión y solo he hecho los que he querido. Nosotros no tenemos miedo y sabemos decir no. En el fondo estamos muy seguros de lo que somos".
Mario Vaquerizo

No parece que seáis adictos a rascarse la barriga. Con esta temporada de «cautiverio», ¿le habéis pillado el gustito a eso de mirar el techo?

MV: ¡Ahora sí, llevaba semanas engorilada! Me gusta mirar el techo cuando yo quiero y lo decido. Es como estar solo, la soledad elegida será mejor que la soledad impuesta. Es como el desamor: cuando tú te desenamoras de alguien y lo dejas, lo pasas mejor que cuando te dejan. Esto es lo mismo.

A: Mario se ha subido un poquito por las paredes.

MV: Ella no, porque es una mujer rara ja, ja, ja.

Hablando de rarezas, ¿Alguna vez intentasteis ser convencionales?

MV: Somos muy convencionales.

A: No intentamos ser ni lo uno ni lo otro.

Me refiero a vestiros normales, llevar un maquillaje discreto y esas cosas…

A: ¡No, porque me vería fea! Yo no me visto así por ser no convencional, sino porque me veo guapa. Si me pusiera un traje de chaqueta azul marino o como de señor, no me vería guapa. No quiero decir que otro no pueda hacerlo. Nosotros tenemos unos condicionantes estéticos y culturales que hacen que haya cosas que nos gusten más que otras.

MV: Incluso tenemos unas pautas de comportamiento, una cultura y una filosofía que también son muy convencionales. Una sí y otras no. Puede parecer que no es convencional que me maquille los ojos, pero yo lo veo de lo más normal porque David Bowie, Aerosmith, Boy George o New York Dolls se maquillaban. ¡Anda que no hay hombres que se hayan maquillado (sueltan los dos al mismo tiempo)! y para mí era y es lo natural y habitual de lo que he visto en mi vida. Es tan usual como ir a misa y comulgar…

A: La transgresión está en los demás. Los demás te ven o no te ven transgresor. Pero nunca hemos forzado esa situación.

Ya que has mencionado lo de ir a misa, lo de ser creyentes no concuerda con vuestra imagen…

MV: Yo soy creyente de una forma y Olvido de otra. Los dos tenemos un lado espiritual muy desarrollado y cada uno lo canaliza a su manera según su educación o según su necesidad vital a la hora de dar, desarrollar o dar rienda suelta a esa espiritualidad.

A: Yo soy sincrética total. Creo que la Verdad está en todas las verdades.

MV: Yo soy cristiano y creo que es la mejor filosofía ante la vida: lo que quieras para ti es lo quieres para los demás. Hacer el bien, querer el bien para ti y para los demás es el verdadero cristianismo.

Yo nunca he tenido un sueño muy concreto, con lo cual resulta muy fácil llegar a la meta porque no la hay".
Alaska

¿Algún mandamiento favorito?

MV: No soy dogmatico. No todo es blanco y negro. Los dogmas han jodido las religiones, la política, las culturas.

Conciertos, libros, cine, concursos de TV… Y ahora teatro. Sois un poco personas «¿Por qué no?», de esas que ven la vida como barras giratorias de sushi en la que hay que escoger platito y que no quisieran quedarse sin probar todo…

A: No te creas, somos muy selectivos. A veces no es fácil saber lo que te gusta pero sí lo que no te gusta. Entonces de esos platos que pasan Mario no cogería nada, en ese sentido no es tan abierto como parece. No hay 6.500 cosas, sino que con las 62 que le interesan, y si le gustan va a muerte: una obra de teatro, un programa de televisión, una canción o un concierto. Donde nosotros no nos veamos cómodos, ni por probar. Yo creo que en ese pasar del sushi cogeríamos muy pocos platitos.

MV: Me han ofrecido hacer muchos programas y anuncios de televisión y solo he hecho los que he querido porque me gustan. Nosotros no tenemos miedo y sabemos decir no. En el fondo estamos muy seguros de lo que somos.

Alaska, allá por 1981 Carmen Maura te hizo una maravillosa entrevista para el programa «Esta Noche» en la que, entre otras cosas, decías: «Aspiro a ser multimillonaria, tener un gran castillo, poder… Y para cuando salga la primera arruga, estirar, estirar, estirar…». Se diría que tus sueños de entonces se hicieron realidad.

A: En cuanto a lo de ser millonaria date cuenta que ahora hace falta un millón de euros para ser millonaria, antes con un millón de pesetas ya lo eras ja ja. Yo nunca he tenido un sueño muy concreto, con lo cual resulta muy fácil llegar a la meta porque no la hay. Pero sí quería tener independencia, mi independencia económica, dedicarme a lo que me empecé a dedicar a los 14 años…

MV: Tener la piel blanca, operarte…

A: Llevar la vida que yo llevaba cuando decidí esto y he tenido suerte. Además, creo que he dicho que no o que sí en función de seguir teniendo lo que quería.

Mario, en cambio tú te formaste en Periodismo en la Complutense. en tu caso ha habido algún que otro desvío, eres como la canción «Te dejabas llevar»… ¿Te esperabas una vida como la que tienes?

MV: Yo estudiaba Periodismo por satisfacer a mis padres y ponerme la orla el día de la entrega del diploma, pero me di cuenta de que no era lo que quería. No sé si habrá sido casualidad o que mi intuición me ha llevado a los sitios en los que yo, sin saberlo, quería y debía estar. A los 18 años, aún sin haber terminado la carrera, me fichan como guionista en Canal+ y me pagan un dineral. Pero un día llego y le digo a mi madre «Me voy a Subterfuge a dirigir un fanzine de cine Gore y de Odio a la Iglesia». Mi madre aquello lo vio como un suicidio laboral, y le expliqué «tengo que estar allí», pero no porque mi sueño fuera dirigir un fanzine, sino porque dije: «Voy para allá». Allí conocí a mi mujer y nos enamoramos; me hice manager, después conocí a una chica que se llamaba Elsa Pataki y me dice «Mario, confío mucho en ti y quiero que me representes»… Si yo hubiera estado cerrado en banda o hubiera buscado la comodidad me hubiera perdido muchas cosas. Me he dejado llevar y a día de hoy, con 46 años, me considero una persona muy plena, estoy feliz y creo que me quedan muchas cosas por hacer.

¿Alguna vez pensasteis que seríais celebrities de Hola?..

MV: Yo quería aparecer en Súper Pop y aparecí con las Nancys Rubias, eso sí que fue un sueño hecho realidad.

A: Yo nunca lo había pensado. Ya había salido en Hola México, para mi Hola era una consecuencia de mi trabajo. Me imagino que es distinto si sales porque te has casado, para mi es una consecuencia como esta entrevista por la obra de teatro.

La felicidad es...

A: Un momento detrás de otro.

MV: Hacer en cada momento lo que quieras.

A: Por eso en el confinamiento estaba negro, porque no podía hacer lo que quería

MV: Yo no creo que nadie haya sido feliz en el confinamiento, porque si eres esclava de un bicho como la peste… A ver, ¿quién disfruta de la peste?

La última tourné

Alaska, Mario Vaquerizo, Bibiana Fernández, Manuel Bandera, Marisol Muriel y Cayetano Fernández son los protagonistas de La última tourné, una comedia musical escrita y dirigida por Félix Sabroso. Este elenco da vida, a su vez, a otra troupé de actores de variedades que a principio de los 90, se ganan la vida recorriendo distintos pueblos con sus espectáculos. Estamos en la España de la post transición, en plena transformación social en todos los sentidos. Es un momento en el que esta compañía, a pesar de los 20 años de éxitos que arrastra, descubre y asume que los géneros que tocan comienzan a estar un poco obsoletos: lo suyo es renovarse o morir. Toca hacer teatro comprometido, arte de verdad y se acabaron las Varietes y las vedettes vistas como algo desfasado y casposo. Sabroso nos cuenta este crepúsculo del teatro de variedades como un vodevil en el que no faltan, la música, los bailes y los gags. En esta historia Alaska de vida a Paca Castellón, una vedette cómica -de esas que no eran guapas, esbeltas y sabían bailar- que, después de muchos disgustos, ha perdido la gracia. Mario es Enzo Marini, un coreógrafo italiano bastante mentirosillo que en realidad es de Albacete y se llama Lorenzo. Entre los muchos motivos por los que Vaquerizo adora a su personaje, destaca que le ha permitido ser rubio sin pasar por la peluquería. Ambos coinciden en que la obra está de plena actualidad porque de algún modo te viene a decir: «Hay que cambiar cuando tú quieres, no cuando te lo imponen». Tras la interrupción abrupta de la gira de La última tourné en Córdoba, a causa del coronavirus, el equipo está nuevamente entusiasmado con el estreno en el Teatro Calderón de Madrid. Crucemos los dedos. «No hay nada más fácil que ir al teatro con tu mascarilla y con el aforo que vayan marcando, y eso es lo que vamos a hacer del 21 de octubre al 5 de abril», augura Alaska ilusionada.