Al sur y a la derecha
La encarnizada lucha de la derecha en Andalucía: un PP en caída libre, un Cs soñando con el 'sorpasso' y el fantasma de VOX que se hace realidad
"¿Están dispuestos a pactar con VOX para frenar al PSOE?" Esta pregunta lanzaba la presidenta andaluza, Susana Díaz, a sus rivales Juanma Moreno (PP) y Juan Marín (Ciudadanos) este lunes por la noche en el debate organizado por RTVE. Silencio de sus contrincantes.
El 2-D ya está a la vuelta de la esquina. Y las elecciones andaluzas traspasarán las ocho provincias del sur, ya que se han convertido en la primera batalla del nuevo ciclo electoral y en un laboratorio de cara al superdomingo de mayo (europeas, municipales y autonómicas). Y siempre con la mente en un posible adelanto de los comicios generales.
Andalucía es la primera cita con las urnas desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa. Y, además, se ha convertido en la primera gran guerra en la derecha que se da en décadas en nuestro país. ¡Qué lejos quedan ya aquellos años en los que el PP dominaba desde el centro derecha hasta el lado más extremo!
Y al Partido Popular le han salido dos competidores que le roban miles (centenares de miles) de votos. Ciudadanos se ha hecho mayor en apenas tres años y tras su efervescente ascenso y victoria en Cataluña hace un año, busca ahora dar el sorpasso a los populares en el sur y convertirse en la verdadera alternativa. Su mensaje: el PP no ha logrado "nada" y no ha conseguido desmbancar al socialismo en casi cuarenta años.
Pero es que al PP le ha salido otro competidor que empieza a dar miedo en Génova. Es de color verde y se llama VOX. La ultraderecha española ya tiene rostro y, además, proviene de las filas del Partido Popular.
El fantasma de VOX y las encuestas
Hasta el momento los partidos intentaban sobrellevarlo, pero el partido de Santiago Abascal aparece ya en todas las conversaciones, se hacen cálculos y todos están expectantes ante los resultados que puedan lograr el próximo domingo. Cs y PP saben que solo pueden desbancar a Díaz si logran sumar entre los dos, algo que no logran todavía en las encuestas. Se dibuja un escenario en el que además deberían contar con la ultraderecha si quieren pisar el Palacio de San Telmo.
VOX ya se presentó a los comicios andaluces en marzo de 2015, cuando logró apenas 18.017 votos -el 0,45%-. Pues, atentos, si hacemos caso a la encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el partido de Santiago Abascal lograría subir hasta el 3,17% y se materializaría en un escaño en el Hospital de las Cinco Llagas, por la provincia de Almería. Y hay otros sondeos de medios que incluso les llegan a dar cuatro asientos.
Este sería el mayor logro institucional de VOX en su historia. Hasta el momento tiene representación en algunos ayuntamientos -en las locales de 2015 tuvo 63.345 votos traducidos en 22 concejales y dos pequeñas alcaldías (Cardeñuela Riopico en Burgos y Barruelo del Valle en Valladolid). En los comicios autonómicos de aquel año logró apenas 75.000 votos y no entró en ningún parlamento regional.
Por lo tanto, Andalucía puede ser su puerta de entrada a un grado superior institucionalmente -la política autonómica-. Si logran ese escaño, será el cargo electo más importante que haya logrado en su historia este partido de la ultraderecha.
El Partido Popular, por tanto, se enfrenta a su peor escenario, con unas encuestas dándole su peor resultado y en situación de casi triple empate con Cs y Adelante Andalucía (Podemos e Izquierda Unida), y con una brecha en su lado extremo.
Casado se radicaliza: inmigración y educación
El nuevo líder, Pablo Casado, es muy consciente de la situación. Él ha decidido exponerse y lleva unas semanas de intensa campaña en la comunidad con caravana propia. El que cogió el partido en julio reivindicando el lado más de derechas del PP frente al sector tecnocrático de Soraya Sáenz de Santamaría se encuentra en un momento más delicado precisamente en el sector que dominaba.
Eso sí, Casado no es un hombre cobarde. Y lo que queda de campaña va a intensificar aún más su mensaje y, además, está radicalizando sus postulados. Este fin de semana escuchábamos unas contundentes frases contra la inmigración y en plena Granada decía duramente que el espacio de España "no es ilimitado", además de abroncar a los extranjeros que no respetan las costumbres "occidentales". Lanzaba: "Aquí no hay ablación de clítoris, aquí no se matan los carneros en casa y aquí no hay problema de seguridad ciudadana".
Desde su llegada al despacho más grande de la calle Génova, Casado ha subido el tono sobre la inmigración. Lo pudimos ver este verano con sus visitas a la valla de Ceuta y Melilla. Ese es precisamente el caldo de cultivo para VOX. El escaño que le da el CIS es en Almería, una de las zonas con más inmigrantes en toda España. Por cierto, todos los actos bien repletos de banderas de España (hechas hasta con tomates).
Y en esa escalada hacia la derecha que protagoniza ha sacado otro planteamiento de línea dura: que el Estado recupere la competencia de Educación. "¿Qué pintan las autonomías decidiendo si solo se estudia el río de su pueblo o qué idioma se tiene que hablar en el recreo?", ha soltado. Su candidato Moreno ahondaba: "No se puede ir a 17 modelos educativos diferenciados claramente, algunos opuestos entre sí, y que cada comunidad se mire el ombligo".
En su opinión, "no tiene sentido que un libro de texto en Andalucía diga que España es un estado plurinacional porque es un concepto que no es constitucional o que se estudien sólo ciertos conceptos de Andalucía pero los niños no sepan que existe por ejemplo el Ebro u otras culturas".
Todos hacia la derecha. Aunque no están dentro de su partido ciertos sectores muy contentos con esta estrategia, porque creen que se descuida el centro y más en una comunidad autónoma como la andaluza donde el votante es más de izquierdas que en otras zonas de España. Incluso el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrea, ha comentado: "Yo soy un perro viejo, llevo 27 años en la política autonómica en Castilla y León y, aunque me tenga que ir con cierta desazón, no seré yo quien predique en mi organización política la recentralización de España".
El PP no descarta un pacto con VOX
Y el PP no descarta precisamente pactar con VOX (Casado y Abascal se conocen desde hace muchos años). Pero, por el momento, los populares intentan evitar hablar claramente de acuerdos postelectorales con la ultraderecha hasta conocer la radiografía que den las urnas el próximo domingo.
Lo que toca ahora es frenar a VOX y el argumento más empleado es que votar al "experimento" resta fuerza a la derecha y puede beneficiar de manera indirecta al PSOE andaluz. Siempre recuerdan que los votos a los de Abascal en el ayuntamiento de Madrid hace tres años, por la ley electoral y el sistema de restos, hicieron que Aguirre no fuera la alcaldesa frente a Carmena.
Esa línea la remarcaba este martes en una entrevista el vicesecretario del PP Javier Maroto en una entrevista en El HuffPost: "Un voto a VOX son cuatro años más a Susana Díaz". La idea es taponar como sea esa sangría de votos. Lo expresaba así la alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña: "Tenemos un líder nuevo sin ningún complejo, la esencia del PP se respeta y son nuestros valores de siempre explicados como nunca. Pueden volver a casa los que se han ido decepcionados, por errores sin lugar a dudas, hacia VOX o hacía Ciudadanos".
Oña es una de las personas a seguir en esta nueva era del PP. Y es que dentro del Partido Popular también se ha instalado la idea de que Juanma Moreno -muy próximo a Santamaría- no es el mejor cartel electoral, apegado a un PP más tibio y burócrata. Un resultado malo, como dicen las encuestas, le puede señalar esa misma noche la puerta de salida del liderazgo. Por si acaso, Casado ya movió ficha y puso en las listas a algunos de los suyos como Juan Ignacio Zoido o José Antonio Nieto.
Además, los populares están intentando placar a VOX poniendo énfasis en que se trata de un partido contrario a los valores europeos. Precisamente este es el argumento que está utilizando Ciudadanos, que en las últimas horas se ha desmarcado de la estrategia del PP sobre VOX e intenta ilustrar las diferencias (aunque evitar directamente citar a los de Abascal).
Los vaivenes de Cs y la catalanización de la campaña
El aspirante naranja, Juan Marín, ha descartado este martes alcanzar acuerdos con "todas aquellas fuerzas políticas que no compartan los principios y valores con Ciudadanos" y ha pedido esperar a los resultados de las elecciones del 2 de diciembre para "ver realmente qué acuerdos se pueden llegar a poner encima de la mesa". Siempre repite como mantra que no puede hablar sobre partidos cuyo representación parlamentaria no se conoce.
Menos claro ha estado este martes su líder, Albert Rivera, que ha dicho que no le incomoda negociar con otros partidos constitucionalistas para gobernar en Andalucía y se ha mostrado abierto "a escuchar a otros grupos y ver qué condiciones ponen". "Cuando uno quiere gobernar, lo que toca es dialogar", ha respondido al ser preguntado si están dispuestos a pactar con PP o VOX.
Esto dicen sobre VOX, pero Cs se ha escorado a la derecha para estas elecciones. Su objetivo es ser la primera fuerza en este espectro respecto al Partido Popular. Y repite constantemente que no piensa con sus votos hacer presidenta a Susana Díaz, a la que apoyó parlamentariamente hasta el pasado mes de septiembre.
Ciudadanos ataca muy duramente a su rival popular por los casos de corrupción como Gürtel y Púnica. Los dos se han tirado a rabiar durante los debates y estos días: "no soy su adversario", le decía Moreno a Marín y este le contestaba "me ha llamado perro literalmente los últimos días".
Además, Cs ha 'catalanizado' mucho la campaña sacando constantemente temas a nivel nacional y acusando a socialistas y Podemos de negociar los presupuestos en la cárcel con los independentistas. Unos discursos de derechas en los que también coinciden muchas veces Marín y Moreno, el primero le ha llegado a decir que le va a cobrar derechos de autor. Los naranjas incluso afean al PP apoyar el 'cupo vasco'.
La "reconquista" de VOX
Y es que la derecha se encuentra en esa nueva fase que se da en muchos países europeos, donde se premia a los que dicen hablar sin complejos (de Trump a Bolsonaro). En eso nadie gana a Santiago Abascal y su VOX, que emplea el término "reconquista" a lo largo y ancho de Andalucía. "Reivindicamos la Andalucía de Isabel la Católica frente a la de Blas Infante", suele decir el líder del partido.
En la formación verde están convencidos de que las encuestas se van a quedar cortas el domingo porque mucha gente no se atreve a confesar que los votarán después de que los medios, como ha denunciado Abascal, digan que defienden a Hitler. Para VOX, su ascenso se debe a que están diciendo en público lo que muchos ciudadanos comentan en la sobremesa o en grupos de whatsapp. Además, Abascal dice que están llenando actos con más público que los partidos tradicionales. El perfil de votante, según el CIS, hombres de entre 35 y 44 años.
Entre sus obsesiones, la inmigración. A lo largo de estos días, Abascal ha llegado a defender que no haya barrios "multiculturales" como en el resto de Europa e, incluso, que se coma "jamón en los colegios" aunque "moleste a los islamistas". Repartiendo halagos como el de "Pablo Mezquitas", al líder de Podemos. Todo ello sazonado con el apoyo de rostros conocidos que se están sumando como el padre de Marta del Castillo y el torero Morante de la Puebla.
Todos, al sur y a la derecha. ¿Le dará resultado?