Más de 1.700 detenidos y 200 heridos en otra jornada de protestas de los chalecos amarillos en Francia
Miles de agentes de seguridad de Francia se han preparado durante la madrugada de este sábado para las nuevas protestas.
La tensión en Francia no hace más que crecer. Las protestas de los llamados 'chalecos amarillos' se han vuelto a repetir por cuarto fin de semana consecutivo y han dejado más de 1.700 detenidos y 200 heridos, según ha confirmado el ministro del Interior, Chsitophe Castaner.
Según datos del departamento dirigido por Castaner, en todo el país se han manifestado unas 135.000 personas y se han producido hasta 1.723 detenciones, tal y como ha explicado el propio ministro, que califica de "excepcional" la situación.
El primer ministro francés, Edouard Philippe, ha hecho un llamamiento para reanudar el diálogo con el movimiento de los 'chalecos amarillos' y prometió que el presidente Emmanuel Macron anunciará medidas.
"El diálogo ha comenzado y debe continuar", dijo Philippe en una breve declaración retransmitida por televisión. "Hay que tejer de nuevo la unidad nacional", añadió. "El presidente hablará y propondrá medidas para nutrir el diálogo", dijo.
El epicentro de las protestas ha sido la capital, París, blindada policialmente y con los principales centros turísticos cerrados, donde, por primera vez en la historia de la ciudad, entraron en acción los vehículos blindados de la gendarmería.
Unos 8.000 manifestantes han acudido por cuarto fin de semana consecutivo a los Campos Elíseos, en una protesta que ya va más allá de la subida de los impuestos sobre los carburantes para convertirse en una marcha a favor de la mejora de las condiciones de vida en el país, y contra el presidente, Emmanuel Macron.
Durante la protesta, la Policía ha vuelto a emplear cañones de agua y gases lacrimógenos contra los manifestantes.
Asimismo, los bomberos han tenido que intervenir para apagar palés, cubos de basura y vehículos quemados -- cuatro en el bulevar de Courcelles y otros dos en la calle de Magellan --. Varias tiendas han resultado asaltadas en la avenida Marceau. La Policía montada ha comenzado a intervenir en las últimas horas.
En el octavo distrito de París se ha destacado un grupo de vehículos blindados que han llevado a los manifestantes a abandonar en calma la escena, pidiendo a voz en grito la dimisión del presidente del Gobierno, Emmanuel Macron. También se han registrado detonaciones en la calle Beaujon.
La gente se está desplazando desde el bulevar Poissonnière hacia la plaza de la República. Mientras, en las calles adyacentes, algunos manifestantes están recibiendo gotas en los ojos para reducir el efecto de los gases lacrimógenos lanzados por las autoridades.
El Gobierno francés ha informado de cierta disminución en las movilizaciones, con 5.000 participantes menos en todo el país que el sábado pasado a mediodía. La Policía ha realizado numerosos controles , confiscando gafas de buceo, solución salina fisiológica y cascos protectores.
En otros puntos del país, la Policía se ha incautado de bates de béisbol y bolas de petanca en propiedad de algunos de los integrantes de los retenes que los 'chalecos' han vuelto a instalar en algunas autopistas, según fotos de las fuerzas de seguridad recogidas por el diario francés.
En Burdeos, la A10 está cerrada en ambas direcciones entre los intercambios de Ambès al norte de Burdeos y Blaye-Montendre. Este cierre se debe a incendios de palés provocados por 'chalecos amarillos' durante la noche, informa France Blue .
También están bloqueadas la A7 y la A6 entre Mâcon y Villefranche-sur-Saône, según el periódico Saône-et-Loire. En la A9 se han restringido las entradas y salidas por el sur de Narbonne.
El primer ministro, Édouard Philippe, ha visitado el Ministerio del Interior a las 10.00 para dar su primera evaluación de la mañana ante el titular de la cartera, Christophe Castaner.
Miles de agentes de seguridad de Francia se han preparado durante la madrugada de este sábado para las nuevas protestas.
La Torre Eiffel y otras importantes atracciones turísticas continúan cerradas. Por otro lado, la mayor parte de los comercios situados en el centro de la capital han reforzado sus protecciones y medidas de seguridad para evitar saqueos. El mobiliario urbano, por otro lado, ha sido retirado para prevenir que las barras de metal se utilicen como proyectiles.
Unos 89.000 policías han sido desplegados en todo el país. De ellos, unos 8.000 han sido destinados a París para evitar que se repita el caos del sábado pasado, cuando varios alborotadores quemaron automóviles y robaron tiendas en el famoso bulevar de los Campos Elíseos, además de rayar el Arco del Triunfo con mensajes dirigidos al presidente Emmanuel Macron.
A través de las redes sociales, los manifestantes han descrito este fin de semana como el 'Cuarto Acto' de un dramático reto a Macron y sus políticas.