Al menos 14 cascos azules de la ONU asesinados y otros 53 heridos en un ataque al este de Congo
Las víctimas podrían formar parte del contingente de Tanzania, cercadas en Kivu Norte, una zona en disputa por su riqueza en minerales.
Al menos 14 cascos azules de las Naciones Unidas han muerto en un ataque en el este de la República Democrática del Congo (RDC), según ha confirmado el secretario general de la ONU, António Guterres. Al menos 53 más han resultado heridos. Guterres confirmó también la muerte de al menos cinco miembros de las Fuerzas Armadas locales, de RDC, y condenó un ataque que calificó como "el peor contra las fuerzas de paz de Naciones Unidas en la historia reciente". Al parecer, los soldados podrían provenir de Tanzania, añade la agencia Reuters.
De los 40 heridos, cuatro están "muy graves", según el secretario general, quien expresó su indignación e hizo un llamamiento para que los responsables del ataque contra la Misión de las Naciones Unidas en la RDC (MONUSCO) sean llevados ante la justicia.
"Estos ataques deliberados contra las fuerzas de paz de la ONU son inaceptables y constituyen un crimen de guerra (...) que no pueden quedar impunes", afirmó el diplomático portugués, quien pidió a las autoridades de RDC que investiguen lo ocurrido. El secretario general recordó los "enormes sacrificios" que hacen los Estados miembros que aportan contingentes militares a las misiones de paz de Naciones Unidas "al servicio de la paz mundial".
Un funcionario de la ONU ha reconocido que un "gran número" de efectivos de mantenimiento de la paz han sido víctimas de este atentado, que tuvo lugar en la provincia de Kivu Norte, en el este del país, a última hora de ayer. La zona sigue siendo un hervidero de milicias armadas que luchan por el control del campo, rico en minerales a pesar del final de la guerra que arrastran desde hace más de 15 años.
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UNA SITUACIÓN DESESPERADA
Más de 1,7 millones de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares en lo que va de año en la República Democrática del Congo debido a la inseguridad, lo que eleva el total de desplazados hasta los cuatro millones, según ha alertado hoy mismo el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC). Según un nuevo informe publicado por el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC), un promedio de más de 5.500 personas al día abandonan sus hogares en este país en el que más de 70 grupos armados luchan por el control de los recursos, a lo que se suma la demora de la celebración de elecciones presidenciales.
"Es una megacrisis. La escala de personas que huyen de la violencia está fuera de lo común, superando a Siria, Yemen e Irak", dijo la directora del NRC en Congo, Ulrika Blom. Las provincias de Kivu -donde ha tenido lugar el ataque contra personal de la ONU-, Kasai y Tanganyika son los epicentros actuales de la violencia en el país, que se alza por segundo año consecutivo como el más afectado por el desplazamiento de todos los conflictos en el mundo.
"Lo que hemos visto de primera mano en la provincia de Tanganyika es más que horrible. La semana pasada encontramos una iglesia que albergaba a más de 80 personas que habían huido de los ataques en septiembre, familias amontonadas en absoluta miseria. Niños durmiendo en suelo mojado, cubiertos por sacos de azúcar vacíos", relató Blom. "Cuatro personas han muerto desde que llegamos a esta comunidad, incluidos dos niños", agregó.
La violencia ha impedido que muchas familias accedan a su tierra para mantener el sustento, lo que ha derivado en hasta 7,7 millones de personas que padecen inseguridad alimentaria grave, un 30 por ciento más que el año anterior. Además, la falta de acceso al agua potable ha provocado un brote de cólera que ha acabado con la vida de unas 600 personas.
A pesar de que la ONU activó la emergencia de nivel 3 -la más alta- en el país el pasado octubre, poco dinero o recursos se han obtenido para responder a la crisis, denunció NRC en un comunicado.
En la actualidad, Congo es el segundo país con menor financiación de las crisis más grandes del mundo, ya que hasta el momento se han recibido menos de la mitad de los 812 millones de dólares necesarios para ayudar a 8,5 millones de personas. "La fatiga de los donantes, el desinterés geopolítico y las crisis en competencia han llevado al Congo a una posición muy remota en la lista de prioridades para la comunidad internacional. Sino logramos avanzar ahora, el hambre se extenderá y la gente morirá", alertó Blom.
A los 20 años de conflicto armado y violencia intercomunal, se suma el actual anuncio de que las elecciones presidenciales se celebrarán en diciembre de 2018, pese a la presión de la oposición para que tuvieran lugar este año. Joseph Kabila, que se mantiene en el cargo desde la muerte de su padre, Laurent Kabila, en 2001, ya se ha presentado a dos elecciones y tiene prohibido por la Constitución optar a un tercer mandato.