Aimar Bretos estremece al relatar una "sensación terrible": "Ojalá no lo hayan sentido nunca"
"No hay denuncia falsa que lo diluya".
El periodista Aimar Bretos ha comenzado este miércoles el programa Hora 25 de la Cadena Ser con una reflexión que muchos deberían grabarse a fuego después de que el joven de Malasaña que había denunciado una agresión homófoba haya rectificado su declaración para asegurar que fueron lesiones consentidas.
“Puede que no lo hayan sentido nunca, y ojalá que no, la sensación terrible de ir de la mano de tu pareja y soltársela cuando por delante viene alguien que, por lo que sea, te activa cualquier alerta. Puede que no lo hayan sentido nunca, y ojalá que no, la sensación por ejemplo en el metro de mirar alrededor a ver qué gente hay antes de dar el paso de hacerle un gesto de cariño público a tu pareja”, ha empezado diciendo Bretos.
“Puede que no lo hayan sentido nunca, y ojalá que no, estar en un bar por la noche y empezar a calcular hasta qué punto el ambiente es lo suficientemente seguro como para darle un beso a la persona a la que estás conociendo”, ha proseguido.
El periodista ha rematado el inicio de un programa de una forma demoledora: “Ese miedo es real, puramente real, y no hay denuncia falsa que lo diluya”.
Desde el Ministerio se ha puesto en valor el trabajo de la Policía Nacional, ya que el joven que el domingo denunció una agresión en el barrio de Malasaña de Madrid “ha decidido rectificar su declaración inicial y ha declarado que las lesiones inicialmente denuncias fueron consentidas”.
“Esta declaración se produce sin perjuicio del desarrollo de las investigaciones y del procedimiento judicial”, según han apuntado las citadas fuentes.
Según ha adelantado la Sexta, el joven se ha derrumbado ante la Policía en un nuevo interrogatorio al que le han sometido esta tarde, en el que habría reconocido que esas laceraciones provocadas en el labio y en una nalga, en el que le tatuaron la palabra ‘maricón’, fueron consentidas dentro de una relación íntima.
La Policía ya sospechaba que los detalles de la denuncia que había realizado la supuesta víctima “no cuadraban”. Había afirmado que ocho jóvenes a plena luz del día, el domingo a las 17 horas, le atacaron con sudaderas con capuchas y pasamontañas en pleno verano y nadie había oído nada.
En las cámaras de seguridad de la calle Palma, en la que vive, y aledañas, además de las del Metro de Tribunal, no habían visto rastro alguno de un grupo tan numeroso de personas con esas vestimentas de invierno. Tampoco había llamado a los servicios de emergencias ni le había atendido ningún sanitario del Summa o del Samur-Protección Civil, según ha podido comprobar Europa Press.
Los agentes habían interrogado estos dos días a comerciantes y vecinos de la zona y tampoco había escuchado nada. Entonces, los agentes han analizado el móvil y las redes sociales del denunciante, y ha comprobado que mantenía una relación con otra persona con elementos poco habituales. El denunciante aseguró en un primer momento que no conocía a los autores de su agresión.