Ahora le toca a Extremadura
La igualdad de oportunidades debe ser la máxima que nos guie en política
Durante años, los extremeños hemos visto cómo se limitaba el desarrollo de
esta tierra en el sector industrial. Nuestra estructura económica complicaba que
Extremadura se subiera al tren de la revolución industrial. Por no tener no
teníamos ni un tren digno. Algunos nos habían reservado un papel que ha
hipotecado durante muchos años nuestro futuro y ha expulsado de la región a
miles de extremeños que han tenido que buscarse la vida a otras regiones
industrializadas.
Con la llegada de la democracia a nuestro país esto empezó a cambiar, pero
primero había que dedicar los esfuerzos a lo urgente y a lo imprescindible, a
aquello que en otras zonas del país disfrutaban desde hacía muchos años.
Teníamos que llevar los servicios más básicos a nuestros pueblos, había que
pavimentar caminos y convertirlos en carreteras, había que crear una
universidad para que nuestros jóvenes ayudaran al desarrollo de la región…
Ahora vemos cómo Extremadura suena con fuerza como motor de desarrollo
industrial, buena muestra de ello son el anuncio de una fábrica de baterías que
creará 3.000 puestos de trabajo directos y 12.000 indirectos en Navalmoral de
la Mata, la fábrica de diamantes artificiales de Trujillo, el primer centro de datos
neutro en carbono de Europa que se instalará en Cáceres dentro del proyecto
CCGreen, la instalación de Amazon en la plataforma logística de Badajoz y
otros muchos proyectos de distinto tamaño que se proyectan a lo largo y ancho
de la geografía extremeña.
Mucho está cambiando el panorama respecto a lo que estábamos
acostumbrados. Antes, nuestros recursos se sacaban de nuestra tierra para
generar desarrollo en otras zonas del país. Ha pasado con la energía, con la
extracción de minerales, con todo tipo de productos agrícolas y sobre todo con
lo más valioso que tenemos: los extremeños que tenían que emigrar a otras
regiones para generar desarrollo fuera de su tierra. Ahora estamos decididos a
aprovechar todos nuestros recursos, a impulsar nuestro desarrollo económico y
recuperar todo el tiempo perdido. Lo dijo alto y claro el presidente de
Extremadura en un foro logístico en Barcelona: los recursos de Extremadura se
utilizarán para el desarrollo de la región. Si alguien quiere disponer de ellos
tendrá que instalar las industrias en Extremadura.
Estos cambios no son casualidad, son la consecuencia de un trabajo realizado
durante muchos años, que ha permitido que nuestras redes eléctricas sean de
las más consistentes del país, tener un coste energético menor por la apuesta de las energías renovables, disponer de suelo industrial urbanizado para la
instalación de industrias, contar con zonas logísticas con conexión ferroviaria, o
el impulso de inversiones públicas como el centro ibérico de investigación en
almacenamiento energético.
No dudo que algunos me acusarán de regionalista al defender el desarrollo de
mi tierra, pero lo considero imprescindible hasta que tengamos el mismo nivel
de desarrollo que tienen el resto de las regiones. El día que eso se cumpla me
convertiré en regionalista de aquellas regiones que se encuentren rezagadas,
aunque ese territorio no me haya votado.
La igualdad de oportunidades debe ser la máxima que nos guie en política. Es
lo que permite que los ciudadanos se sientan libres, eliminar los sentimientos
de agravio y sobre todo sentirnos ciudadanos iguales con los mismos derechos
y las mismas oportunidades.