Agua y niñas, un binomio de esperanza

Agua y niñas, un binomio de esperanza

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2.100 millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura y 4.500 millones de personas carecen de servicios de saneamiento gestionados de forma segura, según datos de la Organización Mundial de la Salud y Unicef. 700 millones de personas, 1 de cada 10 en el mundo, no tienen acceso a agua potable para beber. 340.000 niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades diarreicas. Podría seguir enumerando datos ante los que la mayoría no somos capaces de hacernos a la idea de que son reales y nos parecen inadmisibles en pleno Siglo XXI, pero con este artículo quiero traer esperanza porque hoy, 11 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Niña.

El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 66/170 en la que declaraba este día universal con el objetivo de reconocer los derechos de las niñas y los problemas extraordinarios a los que se enfrentan en todo el mundo. Las niñas son el eslabón más débil de la pobreza, y la pobreza empieza cuando no se tiene acceso al agua, que es fuente de vida, salud, desarrollo y oportunidades.

No disponer de agua potable impide a muchas niñas y niños ir al colegio y a muchas mujeres, sus madres, no poder realizar otra actividad productiva o laboral que beneficie a la familia porque cada día tienen que caminar varios kilómetros y cargar con bidones de hasta 30 litros a sus espaldas para llevar el agua a sus casas. Un agua que no cumpliría con los estándares de calidad de nuestro país, que nos resultaría difícil beber y que, seguramente, nos provocaría algún malestar estomacal.

En tres años hemos beneficiado a 15.000 personas con 24 proyectos en 12 países. Y muchas son niñas

Pero como decía, este artículo quiere transmitir ilusión, como toda la actividad que realizamos en AUARA, una empresa social de agua mineral que invierte el 100% de los dividendos que genera con sus ventas en desarrollar proyectos de acceso a agua potable, saneamiento o agricultura en países en vía de desarrollo. En tres años hemos beneficiado a 15.000 personas con 24 proyectos en 12 países. Y muchas son niñas. El acceso a agua potable y saneamiento en condiciones adecuadas de salubridad representa para estas niñas y adolescentes una oportunidad vital, al reducir su mortalidad y permitirles mantener su escolarización y mejorar su rendimiento académico, lo que permite vislumbrar para ellas un futuro más esperanzador.

Ahora, gracias a nuestro acuerdo de colaboración con la cadena de supermercados Ahorramas y la Fundación Kirira, nos hemos propuesto instalar dos tanques de recogida de agua de lluvia para llevar agua potable a más de 1.000 niñas y niños de las regiones de Thakara y Tangulbei, en Kenia.

Ruth Njoka será una de las futuras beneficiarias. Tiene 17 años y vive en la región Thakara. Debido a la sequía de la zona, las condiciones en las que vivía junto con su hermano eran muy precarias y muchas de sus necesidades básicas como el acceso al agua o la alimentación no estaban cubiertas, y tampoco pudo asistir al colegio los primeros años. En la actualidad vive en la casa de acogida Estrella Giménez de la Fundación Kirira y estudia el equivalente a 1º de Bachillerato gracias a una beca de esta misma organización. Sueña con ser médico.

Cuando se tiene agua, las dificultades de las niñas disminuyen y pueden mirar a la vida con más ilusión

Ruth se siente afortunada de poder estudiar y vivir en un sitio seguro. Es consciente de que al igual que ella, mucha gente que no dispone de fácil acceso al agua, y considera que los tanques de agua como el que se va a instalar en su escuela ayudarán mucho al desarrollo de la propia comunidad y a su futuro.

El testimonio de Ruth no es muy diferente al de otras niñas que, gracias a disponer de agua potable, pueden estudiar y pensar en un futuro más próspero. Cuando se tiene agua, las dificultades de las niñas disminuyen y pueden mirar a la vida con más ilusión.

Ojalá el Día Internacional de la Niña se transforme en 365 días de esperanza para ellas.

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