Lo que supone la dimisión de Adriana Lastra
La salida de la ‘número dos’ propicia a Sánchez el cambio en el partido que le pedían sectores para relanzar el proyecto en el momento más débil de la legislatura.
Domingo 17 de junio de 2017. A reventar uno de los pabellones de Ifema. El socialismo español se ha rendido a los pies de Pedro Sánchez tras la cruenta batalla con Susana Díaz. El nuevo líder, a tope en el escenario. A su lado la nueva todopoderosa vicesecretaria general. Ella se ha encargado de elegir el temazo para la nueva era que se abre: Sweet Child O’Mine, de Guns N’Roses. Where do we go now?, escupen los altavoces.
Habían conseguido lo que nadie creía. Una guerra ganada a pulso contra el aparato del partido. El PSOE giraba a su lado más izquierdo y Adriana Lastra se convertía en su mano derecha, formando el Espíritu Santo junto a José Luis Ábalos en Ferraz. Ella se había convertido en su fiel escudera, en la dirigente que se reveló contra su maestro Javier Fernández (que presidió la gestora) para ponerse al lado del madrileño. Con su chupa de cuero y su gusto por el heavy y el rock. Y con esa fuerza tan característica del socialismo asturiano.
Cinco años después, en otro tórrido día madrileño, se acabó la Vicesecretaría General. Adriana Lastra ha decidido dimitir aduciendo razones personales -se encuentra embarazada y de baja- para abandonar el segundo despacho más importante del partido. Un día que ha dejado en shock a más de un socialista, pero que cristaliza el runrún ensordecedor que recorría el partido desde hace semanas de que había que dar un golpe de timón. Tenía que caer alguna cabeza.
El PSOE vive uno de sus momentos más complicados, con las encuestas en su contra y viendo cómo el PP sube cada día más en los barómetros desde la llegada a Génova 13 de Alberto Núñez Feijóo. Y con varias derrotas electorales muy dolorosas e impactantes a la vez: en Madrid y en Andalucía. Todo ello en un cóctel en el que varios sectores pedían al presidente cambios y tener un “escudero”, bañado con luchas internas dentro de la propia casa en Ferraz, que distorsionaban también la relación con La Moncloa.
España vive un momento muy complicado, tras los años de la pandemia, en el que la inflación supera los dos dígitos (está en el 10,2%), lo que ahoga los bolsillos de las familias. El país espera un buen verano en datos de turismo, pero la sociedad se empieza a preparar para un duro otoño e invierno, lastrados por las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. El IPC es el principal problema del país y del Gobierno. Todos recuerdan aquella frase de James Carville, asesor de Bill Clinton, durante una campaña: “Es la economía, estúpido”.
La dimisión de Lastra lleva al partido a perder a su ‘número dos’ y abre la posibilidad de reorganizar todo a Sánchez. Por el momento, durante estas horas no ha tocado nada, por lo que, de facto, Santos Cerdán se convierte en el hombre fuerte en la sede al tener el cargo de secretario de Organización (heredado de José Luis Ábalos tras la remodelación del pasado verano). Pero dentro del PSOE hay sectores que llevan semanas apuntando también debilidades en la Portavocía del partido encarnada por Felipe Sicilia y en el Congreso, con Héctor Gómez al frente.
Pedro Sánchez hizo una profunda remodelación el verano pasado, con un Gobierno pensado para otro escenario: salida de la pandemia, llegada ingente de los fondos europeos, con rostros más amables y jóvenes llegados del municipalismo. Pero la situación es totalmente distinta desde la irrupción de la guerra de Ucrania y sus efectos económicos. Dentro del propio partido muchos ven que el Ejecutivo no ha funcionado y se echa de menos a “parapetos” o “escuderos”, como eran José Luis Ábalos y Carmen Calvo. Esa labor ahora la ejercen, pero de manera diferente, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y el titular de Presidencia, Félix Bolaños.
Pero, por el momento, Sánchez no ha tocado ese Gobierno. Nadie sabe lo que puede pasar, pero el presidente se ha guardado esa bala y puede utilizarla para sacar a ministros de cara a las próximas elecciones municipales. También dentro del partido, según varias fuentes socialistas, hay quinielas con futuribles ministros con peso político como Antonio Hernando, Rafael Simancas o Patxi López, entre otros.
Dentro de Ferraz, además, la tensión había ido en aumento entre las órbitas de Adriana Lastra y Santos Cerdán, según reconocen fuentes socialistas, incluso culpándose unos a otros de las diferentes estrategias durante las pasadas campañas electorales. Y, asimismo, Sánchez quiere una mayor conexión entre la dirección y La Moncloa, en la que ahora tiene el principal peso Óscar López, otro pata negra del socialismo.
La dimisión de Lastra llega en un momento en el que Pedro Sánchez ha cogido cierto aire por la organización de la cumbre de la OTAN en Madrid y por el desarrollo del debate sobre el estado de la nación, donde La Moncloa considera que salió victorioso y con el empuje para aguantar hasta el final de la legislatura con medidas potentes como los nuevos impuestos extraordinarios a las entidades financieras y las grandes energéticas. El jefe del Ejecutivo quiere mantener este impulso y no da por perdida la batalla a pesar de las encuestas. “Queda todavía un año”, señalan fuentes gubernamentales. Sánchez ha confirmado que será el candidato y que piensa pelear en las generales que deben ser en diciembre del año que viene.
En su comunicado de despedida, Lastra, que seguirá siendo diputada, ha explicado su dimisión de esta manera: “En los últimos meses se han producido cambios importantes en mi vida personal que me exigen tranquilidad y reposo y que, en las dos últimas semanas, me han obligado a tomar una baja laboral que se va a prolongar aún un tiempo”.
“Por todo ello, y ante la dificultad de compaginar las exigencias de reposo y cuidados, imprescindibles en mi situación actual, con la intensidad que exige la dirección del Partido, he presentado mi dimisión como Vicesecretaría General del Partido Socialista Obrero Español”, reza el comunicado difundido a los medios.
De esta manera decía este julio adiós a esa Vicesecretaría que conquistó en junio de 2017. Las canciones heavy son también para el verano.