Adolfo García Sastre, uno de los mayores expertos españoles: "Vamos a estar todo el rato apagando rebrotes"
El científico burgalés asegura que "salvo unos pocos países nadie estaba preparado".
Adolfo García Sastre, uno de los mayores expertos en ciencia de España, duda absolutamente de casi todo lo relacionado con el virus. Es pronto para conocer al SARS-CoV-2 en profundidad y este burgalés no tiene problema en reconocerlo en reiteradas ocasiones, a pesar de ser casi una eminencia en el campo de la microbiología y de la investigación.
A sus 55 años es el jefe de patógenos emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York. Pero su currículum va mucho más allá, incluso, de los casi 500 papers publicados con su nombre.
En 2005 la prestigiosa revista The Lancet distinguió un artículo suyo en Science sobre la gripe del 1918 como la publicación del año. En 2009 fue premiado por la Academia de las Ciencias de Holanda; en 2011 fue elegido Presidente de la Sociedad Internacional de Vacunas, mientras que en 2017 fue nombrado académico de la Real Academia Española de Farmacia y en 2018 Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos. Estos son solo algunos puntos de una trayectoria que ocupa 86 páginas cargadas de distinciones, títulos y reconocimientos.
Su conocimiento, como el de otros científicos, le hizo pensar desde un primer momento que el virus no se iba a quedar en China. Así se lo comentó en una reunión que mantuvo a finales de enero con el ministro Pedro Duque. Que iba a ser un problema de salud pública global era la única certeza que tenía en medio de un gigantesco océano de dudas.
¿Alguna vez había pensado que fuera a vivir una pandemia?
Siempre había pensado que fuera posible. Quizás para mí lo más llamativo ha sido darme cuenta de la gran desorganización que ha habido en todo el mundo sobre cómo afrontar la pandemia y la poca cooperación internacional a nivel de Gobiernos para unirse e intentar controlarla. No me lo esperaba.
¿Cuándo fue consciente de que esto iba en serio y no era una gripe?
Casi desde el principio. Estaba muy claro. Era un SARS-CoV, que da más problemas que la gripe estacional, muy distinto al SARS-CoV-1 o al MERS por el número de casos que había en China. Sabiendo que si China tenía tantos problemas para controlar sus casos, en cuanto salieran fuera...
Puedes pensar que a lo mejor es que China no los puede controlar bien y sí que lo pueden hacer en Estados Unidos o en Europa, pero qué pasa con India, África, etc. Eso quería decir que no se iba a poder frenar y desde que se vio el número de casos en China estaba claro que iba a ser muy difícil de contener.
¿En qué punto de la pandemia estamos? En Europa parece que está controlada, pero en el mundo sigue creciendo.
Si no hiciéramos nada, ahora mismo estaríamos en el principio. Decimos que estamos en el final de la pandemia cuando tengamos alrededor del 40% de las personas infectadas. Ahora mismo no nos aproximamos al 10%. Todavía nos queda un recorrido largo para llegar a ese número y, mientras no se alcance, va a seguir dando problemas. La cosa es que con las medidas que se toman, el llegar al 40% igual lleva consigo cuatro años porque se toman medidas de contención que frenan al virus. Yo espero que haya una vacuna antes y aumente el número de inmunes dando lugar a que se pueda decir que la pandemia se ha acabado.
¿Es verdad que el virus ha perdido virulencia, como han dicho varios científicos en las últimas semanas?
Es uno de los problemas de los científicos, que existen distintas teorías, muchas de ellas no comprobadas. Y a la gente que las tiene les gusta proponerlas. Es posible que esté ocurriendo, pero los datos no son lo suficientemente robustos para decirlo. Uno de los problemas que hay para averiguar si es verdad es que se necesita comparar cómo eran las infecciones antes y cómo lo son ahora, pero la metodología y el número de casos que miramos ahora, con mucho más diagnóstico y detención, no se pueden comparar con los de hace dos meses.
Puede ser que haya una cierta tendencia o una forma de normalizar que ahora hay más diagnósticos, pero los datos no son lo suficientemente robustos para tener una conclusión segura. Hay que pensar que el virus sigue siendo igual y que si hay un ligero descenso de virulencia, es un ligero descenso y no que haya cambiado el virus.
¿Se podrá tener una vacuna en octubre, como dijo la Universidad de Oxford?
Sobre lo que se dice de las vacunas, qué quiere decir con tenerla para octubre: es que tienes ya el número de dosis necesarias y vas a empezar a vacunar a todo el país o que vas a tener datos que sean cercanos a saber si funciona o no.
Al principio cuando se decía que se tenía una vacuna que había empezado ensayos clínicos en humanos no significaba que se pudiera usar para todo el mundo que la necesitaba. No creo que en octubre vaya a haber una vacuna disponible para todo el mundo. Seguramente y si todo va bien, sí que habrá el número de dosis para hacer un ensayo clínico de eficacia, que va a tardar tres meses más. Entonces, veremos si funciona en enero. Si tenemos suerte, a principios de 2021 tendremos vacunas hechas para empezar a vacunar.
¿De todas las que se están desarrollando, cuál es la que más le convence?
Yo creo que la mayor parte van a funcionar. Lo que va a depender es de la capacidad de producción de las distintas vacunas que vayan saliendo. Cada una necesita una producción muy distinta y eso puede ser uno de los desafíos, saber si inviertes más en cuestión de producción de la vacunas A, B o C.
Para preparar dosis, si quieres una vacuna basada en RNA, como la de Moderna, el tipo de producción que se necesita es muy distinto al de una vacuna basada en adenovirus, que es como la de Oxford. Dónde pones el dinero para hacer la industria y la fábrica para hacer las dosis para todo el mundo. Eso es lo que es más complicado, tomar esa decisión.
¿A quién le corresponde de invertir en una u otra vacuna? ¿Qué influencia tienen en la decisión organismos internacionales como la OMS?
Lo normal es que en el sitio en el que se encuentre una vacuna que funcione, el país se preocupe en lograr el número de dosis para vacunar a sus ciudadanos. Luego verá cómo puede ayudar al resto de países que lo necesitan. Eso es lo que hay que hablar, hacer un pacto para saber cómo se va a desarrollar, ya que se saben los tipos de vacunas y los países. Hay que tener una estrategia para saber cómo implementar rápidamente la producción de una vacuna en otros países: puede ser que el país de origen fabrique para el resto o hacer una transferencia de tecnología. Eso se tiene que estar hablando ya o vamos a tener una vacuna, pero no vamos a saber producirla. Si se tiene una vacuna a principios del año que viene, pero un país determinado no tiene forma de conseguir de fuera dosis y tiene que hacer su propia fábrica, el proceso se puede alargar varios meses más en ese país.
Moderna ha prometido unos mil millones de dosis de vacuna, pero eso no es suficiente para todo el mundo. Entonces hay que hablar y se necesita un pacto a nivel mundial. El problema es que el tipo de cooperación internacional para apagar el virus ha sido casi inexistente y los Gobiernos se han ido echando la culpa unos a otros sobre quién es el culpable de que el virus se expanda. No hay un buen diálogo internacional y eso es lo más preocupante para mí.
¿Cómo contesta la ciencia a los antivacunas?
Es una pena lo que ocurre y mucho tiene que ver con educación. Espero que la gente que sea radical antivacunas y que no es capaz de creerse nada porque están convencidos de que es una conspiración no sea lo suficientemente grande, ya que a este tipo de población es muy difícil de convencer.
También es verdad que hay personas muy desinformadas del impacto de las vacunas y las vidas que salvan. Hay gente que no se vacuna de, por ejemplo, la gripe porque dice que nunca ha tenido y que a lo mejor la vacuna le puede dar alergia y no porque haya una conspiración detrás. A esa gente sí que hay que explicárselo e informarla.
¿Los medicamentos (Dexametasona y Remdesivir) pueden marcar un antes y un después en la evolución de la enfermedad?
Van a ayudar, pero no van a hacer que se pueda llegar a la normalidad. No son lo suficientemente eficaces como para poder reducir el número de fallecidos en pacientes severos. Se necesita una vacuna que funcione o medicamentos más eficaces en reducir contagios y enfermedad severa.
¿Qué tipo de fármaco se necesitaría para alcanzar la normalidad?
Para poder tener una normalidad más segura se necesitaría un medicamento que se tomara de un modo profiláctico, es decir, que evite contagios y ser infectados, similar a lo que haría una vacuna pero de modo temporal y que no tenga efectos adversos.
Si tuviéramos una pastilla que si te la tomas diariamente te garantiza que no vas a ser infectado en el 80% de los casos, daría lugar a un efecto parecido a la vacuna. No es ideal porque te lo tienes que tomar todo el rato, pero tendría un efecto similar. El problema es que se necesitan más dosis porque esperemos que la vacuna funcione con una o dos dosis, pero esto necesitarías uno cada x días. Este es el único tipo que permitiría volver a la normalidad sin una vacuna, aunque es muy difícil que llegue antes, porque el tipo de estudios que necesitan son muy parecidos a los de una vacuna, solo que son un poco más rápidos al dar la protección de infección desde el momento en que se toma. Si tuviéramos uno que ya hubiera empezado ensayos clínicos, sería posible que lo tuviéramos antes que la vacuna, pero de momento no hay ninguno.
Eso sí, no podemos descuidar de buscar medicamentos, porque las vacunas o pueden no funcionar o pueden hacerlo peor en grupos de riesgos, porque tienen menos inmunidad. En esos casos sería muy importante tener un medicamento que prevenga.
¿Cómo ve los rebrotes que están saliendo en España?
Los rebrotes van a existir siempre, da igual las medidas que tomemos... salvo que esté todo el mundo aislado. La cosa es saber si se puede controlar y se encuentran antes de que se expandan, eso es lo importante. Hay que poner medidas de diagnóstico y seguimiento de contactos para encontrar casos lo más rápidamente posible y aislarlos para que no se haga el rebrote más grande. Vamos a estar todo el rato apagando rebrotes.
Luego existe un componente aleatorio por el que no podemos decir con seguridad que todos se puedan seguir, pero hay que tener claro que si no se hace nada volveremos a la situación de marzo.
¿El calor tampoco va a ayudar mucho?
Es fácil que reduzca el número de contagios, pero no quita la posibilidad de que se pueda causar un tipo de situación como la que ha ocurrido antes. Igual tardas dos semanas más, pero llegas. Hay dos cosas muy importantes para evitar esa situación: diagnosticar cuanto más se pueda de un modo regular y dirigido a un contagio para aislarlo y después responsabilidad individual mediante el distanciamiento, llevar la mascarilla, higiene de manos o evitar sitios cerrados.
¿Cómo vio las idas y venidas de la OMS y de los Gobiernos con el tema de las mascarillas?
Es difícil ponerlas o no como obligatorias. El problema está en que no sabemos hasta qué punto previenen el contagio. Sabemos que si hacen algo, va a ser disminuirlo porque hay partículas que no van a salir fuera de la mascarilla. Yo creo que sí hay stock disponible, como actualmente, hay que usarlas porque, aunque no sepas cuánto va a bajar la probabilidad de contagio, sí que sabes que va a bajar.
No sabemos con toda seguridad cuánto contribuye cada método de transmisión y cuánto tiempo se mantiene infeccioso en el ambiente. Depende si hay viento, hay sol, etc. Sabemos que ciertas precauciones y ambientes rebajan el número de contagios, pero no sabemos cuánto. Hagamos lo que hagamos, al no ser que nos aislemos todos, no vamos a parar el número de contagios, pero sí que los vamos a disminuir y contener.
¿Se ha puesto en contacto el Gobierno de España con usted?
He tenido algún contacto con la Federación Española de Fútbol para saber qué tipo de medidas se pueden tomar. A nivel de Gobierno, dio la casualidad que a finales de enero estaba en España y tuve una entrevista con Pedro Duque. Estaba Luis Enjuanes y mi mujer, que también trabaja en ciencia. Nos preguntó sobre nuestra opinión. Le dije que sabía que iba a llegar, pero no cuándo lo iba a hacer, cómo o qué medidas había que tomar, solo que había que estar preparado.
También hablamos de qué tipo de medidas se pueden tomar para movilizar a la comunidad científica para desarrollar vacunas, diagnósticos y antivirales. Él nos dijo que, según la normativa legal en España, era muy difícil la movilización rápida de presupuesto para que los científicos pudieran desarrollarlos. Pensaba que eso debería cambiarse y que lo iba a intentar.
¿Entendió que no se tomaran más medidas antes?
Claro que lo entendí. No sabes cuándo va a llegar y luego que empiezas de cero. Imagínate que a finales de enero o en febrero piden hacer confinamiento, todo el mundo se hubiera vuelto loco. En ese momento, no vas a hacerlo. Lo único que se podía buscar era gente contagiada. ¿Cómo se hace? Con diagnóstico. ¿Qué capacidad tienes en ese momento en España? Cero, no existe todavía. Entonces piensas que hay que empezar a desarrollarlos, pero de golpe se te cae todo encima.
Luego también hay un elemento aleatorio. No es que en España haya habido más condiciones que otros países para que haya ocurrido antes lo que ha ocurrido, es que hay un elemento aleatorio de cuándo ocurre el pico de contagios en un sitio respecto a otro sitio, que depende de algo aleatorio. Imagina que al principio hay 40 contagiados y todos viajan. Entre ellos hay 20 españoles que vuelven, dos que van a Alemania, cinco a EEUU y el resto se quedan en China. Simplemente por casualidad, en España prende la mecha dos meses antes que en el resto del mundo y eso nadie lo puede controlar. ¿Por qué empezó antes en España que en California? No es porque se hayan hecho las cosas peor.
¿Se podría haber evitado? Sí, pero habría que haber tenido una capacidad grande desde el principio para hacer test diagnóstico y mucha gente movilizada. La realidad es que salvo unos pocos países nadie estaba preparado.
¿Ve justas las críticas al Gobierno?
No me gusta meterme en política, puedo hacer una comparación. Si comparas a España con lo que está sucediendo en Estados Unidos, que es un desastre, España lo está haciendo muy bien.
¿Qué le pediría a Pedro Duque de cara al futuro para mejorar la ciencia?
Lo que es importante es tener capacidad de respuesta inmediata y de producción de diagnóstico que se pueda implementar de forma rápida. También personal preparado para testearlos, una suficiente capacidad hospitalaria. Esto sería un frente.
El otro, más inversión en investigación para evitar enfermedades infecciosas. Para eso se necesita invertir en proyectos y en el personal investigador, ahora mismo es todo muy precario. No vale de nada aumentar diez veces el presupuesto para proyectos científicos si no se acompaña con el número de científicos necesarios para investigar.
¿Volvería a España en caso de que le pongan delante un proyecto atractivo?
Estoy con mi mujer, que también es investigadora, en Nueva York. Pero sí, lo miraría. No es tan importante el volver o no, para mí la ciencia es internacional. Lo que es importante es que me encuentre cómodo desarrollando una labor investigadora.