Adiós a los coches: Berlín planea una revolución ciclista
"Berlín tiene las mejores condiciones para convertirse en la capital ciclista de Europa".
Envuelto en prendas de abrigo y con su calzado Gore-Tex, Peter Neubert es uno de los pocos valientes ciclistas que pueden verse en Berlín durante los crudos meses de invierno.
Incluso con la llegada de las nevadas y las calles resbaladizas con la nieve a medio derretir, este profesor va al trabajo pedaleando.
"Ir en bicicleta es mucho más rápido y sano. Por eso voy en bici, da igual el tiempo que haga", justifica.
En plena Alemania, un país famoso por la industria automovilística, su capital ha elaborado un plan revolucionario para mejorar la calidad de su aire (y la salud de sus ciudadanos): en Berlín se van a construir 12 nuevas supercarreteras que conectarán la ciudad con los barrios del extrarradio. Otras medidas incluidas en el plan son la delimitación de zonas urbanas libres de automóviles y la construcción de barreras entre los carriles bici y las carreteras.
"Alterará el paisaje urbano para siempre", asegura Denis Petri, uno de los activistas que lucharon para conseguir que se implantara el nuevo plan ciclista. Tras una consulta popular que logró 100.000 firmas, las autoridades tomaron nota.
"Esta ley supone un proyecto gigantesco para la ciudad", comenta Denis Petri, que espera que el plan esté preparado en primavera para comenzar su implementación gradual. Y avisa: "Si vemos que tarda más de lo esperado, ejerceremos más presión pública".
Con Alemania abordando el problema global de la contaminación atmosférica, las demás ciudades del país no pierden detalle de Berlín en busca de inspiración. En la actualidad hay hasta un 92% de la población mundial viviendo en lugares en los que la calidad del aire está por debajo de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada año, la contaminación atmosférica acaba con la vida de 6,5 millones de personas en todo el mundo, y la gente más pobre, especialmente en el Sudeste Asiático y el Pacífico Occidental, son quienes más sufren las consecuencias, según la OMS.
Muchos alcaldes europeos se han comprometido a disminuir la contaminación atmosférica de sus ciudades. En marzo del año pasado, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, y Sadiq Khan, alcalde de Londres, anunciaron la implantación de un sistema de puntuación de coches basado en el impacto medioambiental de sus emisiones, una medida para combatir la contaminación atmosférica.
En Berlín, esta es una de las metas de los activistas, pero también lo son la salud y la seguridad. De 40 ciudades, la Asociación Alemana de Ciclistas calificó Berlín como la cuarta peor para desplazarse en bicicleta, según informa el medio alemán Deutsche Welle.
"Ojalá los ciclistas pudiéramos circular por Berlín sin que nos pitaran ni nos rodearan los coches, pero por desgracia, me pasa todo eso cuando voy al trabajo", se lamenta Lara Eckstein.
Como muchos otros ciudadanos en su situación, va todos los días al centro de la ciudad y vuelve en bicicleta, circulando por calles estrechas y vías principales llenas de tráfico, hostigada por coches, furgonetas y camiones.
"Son algo más de seis kilómetros y solo hay un pequeño tramo en carriles bici, los únicos tramos en los que me siento segura", denuncia Lara Eckstein.
Esta mujer de 27 años, que trabaja en una asociación ciclista, no ve la hora de que la nueva ley entre en vigor: "Espero que en cinco años como mucho todo el mundo pueda sentirse seguro yendo en bicicleta por Berlín".
El 80% de los hogares de Berlín ya cuenta al menos con una bicicleta, pero, a diferencia de Copenhague, donde las bicicletas superan en número a los coches y la inversión en infraestructuras ciclistas lleva tiempo formando parte integral de la planificación urbanística, Berlín ha invertido tradicionalmente muy poco dinero público en el tráfico ciclista.
De media, Berlín invierte unos 3,7 euros anuales por persona en infraestructuras ciclistas. Ciudades como Copenhague, Ámsterdam, Madrid, Barcelona, Londres y París invierten anualmente entre 14 y 19 euros por ciudadano, según el grupo activista de Denis Petri.
Cuando se anunciaron de forma oficial los planes de remodelación vial para ciclistas, hubo cierta suspicacia y oposición, especialmente por parte de los conductores, quienes temían que se sacrificaran las plazas de aparcamiento para construir los carriles bici. "¡No os olvidéis de los conductores!", llegó a decir un periódico en su titular.
Ahora, en cambio, ciudades como Hamburgo y Múnich están siguiendo los pasos de Berlín. Algunos activistas esperan incluso que las bicicletas sustituyan a los coches como principal medio de transporte urbano.
Una parte reseñable del plan son los 103 kilómetros de carriles bici de casi cuatro metros de anchura que conectarán el centro de la ciudad con los barrios del extrarradio, algo así como unas supercarreteras. Ya hay muchos kilómetros planificados de carriles bici bien señalizados en verde y protegidos del tráfico por unos bolardos de 90 centímetros de grosor. Se señalizarán calles de sentido único para ciclistas y algunos tramos de las carreteras se reservarán para el uso exclusivo de los ciclistas, acabando así con el dominio de los automóviles en determinadas partes de la ciudad.
Para el año 2025, está previsto que la ciudad instale hasta 50.000 aparcamientos para bicicletas en las paradas de transporte público de bus o tren. En espacios públicos como las escuelas, los museos y los edificios gubernamentales se instalará un número similar de aparcamientos de bicicleta. Para supervisar esta remodelación de las calles de Berlín, decenas de planificadores de tráfico partidarios de la reforma serán contratados con el fin de ofrecer su consejo en los proyectos.
Es posible que no encuentren un aliado en el alcalde socialdemócrata Michael Müller, ya que este plan ciclista está saliendo adelante no gracias a él, sino a pesar de él. En lugar de pronunciar discursos apasionados a favor del ciclismo urbano, Michael Müller acaparó los titulares al quejarse de que los carriles bici estaban acabando con las plazas de aparcamiento en una determinada calle, que resultó ser la calle en la que vive.
Aun así, Berlín va a invertir 50 millones de euros anuales en la primera fase del plan. Los expertos aseguran que Berlín es una ciudad idónea para desplazarse en bicicleta debido a sus amplios bulevares, sus anchas calles y su buen sistema de tránsito urbano.
El plan ha llegado en el momento perfecto y se beneficiará de las características favorables de la ciudad, según asegura Michael Hardinghaus, del Instituto de Investigación en Transportes del Centro Aeroespacial Alemán.
Michael Hardinghaus también señala que, debido a la configuración de la ciudad, la mayoría de los desplazamientos son de menos de 5 kilómetros.
"Berlín tiene las mejores condiciones para convertirse en la capital ciclista de Europa", sentencia.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.