Adele vuelve a lo grande con un golpe de efecto histórico
La cantante prepara el lanzamiento de su nuevo disco.
El 15 de octubre es una fecha marcada a fuego en el calendario de todos los fans de Adele. Ese día la cantante lanzará Easy on me, el primer single de su nuevo disco.
Para calentar motores, la británica ha logrado un golpe de efecto histórico. Adele es la protagonista de los números de noviembre de las ediciones británica y estadounidense de Vogue. Hasta ahora, nadie había ocupado la portada de los dos números a la vez.
La ocasión es especial y para celebrarla las publicaciones no han escatimado en gastos. Dos sesiones fotográficas diferentes, con fotógrafos diferentes y sus dos entrevistas correspondientes. Un proyecto “transatlántico”, en palabras de Edward Enninful, director de Vogue UK.
En la portada de la edición británica Adele posa ante el objetivo del reputado Steven Meisel, vistiendo un diseño amarillo de Vivienne Westwood.
La revista ha compartido otra portada, en la que luce un vestido dorado de Dior, que previsiblemente será digital o para suscriptores. En su entrevista con la edición británica de Vogue, Adele charla sobre maternidad, imagen corporal, su divorcio y, por supuesto, sobre su nuevo álbum, al que se refiere como “redención”.
Al otro lado del charco, Vogue US muestra una versión totalmente diferente de la cantante, retratada por el fotógrafo británico Alasdair McLellan. “La reaparición de Adele”, reza el titular de portada junto a una imagen de la artista posando con un vestido de Alta Costura de Valentino.
En la portada de la revista también se incluye una declaración de la cantante: “Sé lo que quiero. Y realmente sé lo que no quiero”. En el reportaje que acompaña a la sesión fotográfica Adele revela que se refugió en el estudio para hacer frente a lo que ella ha llamado “el año de la ansiedad”.
La multipremiada artista también se sincera sobre la relación con su hijo Angelo y explica cómo este nuevo trabajo, que todavía no tiene fecha de lanzamiento, es una manera de explicarle cosas que quizás todavía no comprende. Un disco que pueda escuchar cuando crezca, ha reflexionado.
Tampoco se corta al hablar de su transformación física, que causó revuelo el pasado año. “Mi cuerpo ha sido tratado como un objeto durante toda mi carrera. No es solo ahora”, defiende la cantante, que se ha mostrado decepcionada con los comentarios “brutales” que le dedicaron algunas mujeres por su pérdida de peso. También comprende que algunas se sintieran “dolidas” con su nueva imagen: “Visualmente representaba a muchas mujeres. Pero sigo siendo la misma persona”.
Ambas revistas llegarán en los próximos días al quiosco, pero todavía habrá que esperar para escuchar su nuevo disco. Por ahora se desconoce el título, aunque muchos seguidores de la cantante creen que se llamará 30, siguiendo la estela de sus anteriores trabajos, a raíz de unos carteles publicitarios que han aparecido en varias ciudades europeas esta semana.
A pesar de que Adele tiene ahora 33, ella misma explicó en su día en Instagram cómo el año de los 30 había sido un reto para ella. Falta saber si ha decidido plasmarlo en sus nuevas canciones.